- Puede ser nuestro secreto... Pero no puedes decírselo a nadie, sino no podríamos continuar viéndonos. - Asentí con lentitud.- ¿Prometes no decirle a nadie? - Asentí y ella comenzó a acercar su cara a la mía. - ¿Lo juras? - Volví a asentir.
- No di...
Tenía muchas dudas sobre de qué se trataba o qué haría, por eso le pregunté a mi amiga, quién tenía una experiencia de 6 meses de tratamiento. Dijo que no debía preocuparme, solamente me harían masajes y me pedirían mover partes del cuerpo mientras sostenienen alguna parte, todo estando recostada. Ella tenía la suerte de que su tía se lo practicaba, decía que era un alivio que eso sucediera, y que su parte favorita era cuando le descontracturaba el cuello, decía que era levemente doloroso, pero igualmente se sentía muy lindo. Dijo que me iba a gustar, ya que eran algo similar a caricias, y que eso era, al igual que lo anterior, muy lindo.
Una semana, esperé una semana, con ansias, muy emocionada, no podía esperar a llegar y cuando escuché un... - Son Chaeyoung. - me sentí mucho más emocionada. Me llamaron desde la puerta del consultorio, yo sonreí ampliamente. Era una mujer de cabello medio y flaquillo, pelo negro, muy negro, con ojos castaños oscuros y una sonrisa muy bonita. Bella.
Yo me acerqué siendo acompañada por mi madre, nos invitó a pasar, mamá le preguntó si luego podría hablar con ella, momo asintió y entonces la puerta se cerró. - Mi nombre es Momo, es un placer conocerte ¿Cuantos años tienes? - sonreí levemente y comencé a quitarme los abrigos.
- 13 - sonrió levemente y asintió.
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Tuve una sesión por semana, cada miércoles, en estas debía quitarme todos los abrigos y quedar en brasier, bueno, era un top deportivo; No sentía muchas cosas especiales las primeras cuatro veces, pero para la séptima sentí muchas cosas lindas. En los ejercicios me hacía cosas de Kinesiólogo, como tomar de forma kinesiologica mi hombro, estándo por detrás de la camilla, sentada en una silla, luego pide que tome y suelte el aire de una forma especial, entonces me dice que mueva levemente mi hombro y ella lo acomoda; hace eso con mis hombros, cuello, caderas, y, por supuesto, columna. Mientras tanto conversábamos mucho, casi todo el tiempo, ella me preguntaba cosas, yo le decía otras, ella me hablaba de su trabajo, yo le preguntaba sobre eso... Era lindo, una linda relación la nuestra.
En fin, la séptima vez me hizo una cosa en la nuca, fue una caricia, que me gustó mucho, quizás fue algo que dije, alguna estupidez, pero ella me acarició en la nuca, causándome muchos escalofríos. Me gustan los escalofríos, me gusta ella.
