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Jonh y yo generamos una amistad en muy poco tiempo, le gustaba mucho hablar conmigo, era el primer hombre que se fijaba en mí como una amiga, y no como un posible blanco de violación, así que me alegraba eso.
Me preguntó por mi relación con Momo, le dije que yo la quería mucho, que me gustaba estar con ella y me enseñaba cosas que nadie me había enseñado antes. Me preguntó qué clase de cosas y le dije que eran cosas sobre el cuerpo, de las que mi madre no platicaba, él me preguntó si Momo me dijo que lo guardara en secreto, le dije que sí, me preguntó porqué y le dije que no les gustaría a mis padres.
Es un buen hombre, lo quiero.

Una tarde Momo y yo salimos a caminar, ella me dijo que me extrañaba y que me sentía muy distante, yo la miré con brevedad, me preguntó si podía remediarlo y yo le dije que no estaba molesta con ella, solo no dejaba de pensar en lo que sucedió cuando llegamos. Se disculpó una vez más y me abrazó.
Los días siguientes hablamos como antes, todo fue bien, ella me llevaba a pasear, comíamos frutas y nos dabamos besos en secreto. Me dijo que no tenía que temerle, porque su corazón era totalmente mío, que ella me amaba mucho y todo lo que hacía lo hacía por mí, y nadie más. Porque me ama, me ama.

Yo soy feliz con su amor, me parece hermoso, le dije que yo también la amo, pero que tuviera cuidado con mi corazón, que era nuevo y nadie lo había roto aún, le dije que debía cuidarlo y ella lo prometió sin pensarlo, para besarme otra vez.

Dormíamos juntas abrazadas, nos besabamos al despertar y ella me respetaba mucho, siempre lo hacía, durante esos días, pero yo seguía aceptando todo su cariño y amor porque quería, aunque sus otras cosas que hacíamos cuando todos dormían... A veces me incomodaban un poco, o propuestas nuevas, sus intenciones de jugar con cosas de plástico dentro de mí...

No supe decirle que no...

No lo lamento, pero no se sintió cómodo, ella siempre hace las cosas cómodas y cálidas, pero esos momentos me hacían dudar mucho lo bien que estaba esto, pero ella me decía que lo hacía porque me amaba y que no quería lastimarme, que siempre podría decirle si no quería.

Pero nunca podía decirle que no, no quería decepcionarla, o que dejara de amarme. Así siempre terminaba haciendo cosas... Raras... A veces muy placenteras y lindas, pero otras veces incómodas y feas.

- ¿Cuando volvamos a casa irás a verme? - Preguntó mirandome con curiosidad, yo la miré a los ojos

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- ¿Cuando volvamos a casa irás a verme? - Preguntó mirandome con curiosidad, yo la miré a los ojos.
Estabamos en el sofá del living, estaba amaneciendo, todos dormían, yo estaba en sus piernas, con mis manos en su cabello, admirandola, mientras ella me acariciaba.

- ¡Por supuesto! - Dije sonriente. - ¿Tú irás a casa? - Susurré.

Su sonrisa apareció. - Claro que sí. - Acarició una de mis piernas con lentitud. - algún día podría ir cuando no estén tus padres y... -

- Estás loca. - dije entre risas, ella besó mis mejillas y luego mis labios, yo le sonreí.

- No estoy loca, estoy enamorada... - Me besó otra vez y apretó con fuerza mi cintura, yo tomé sus hombros con delicadeza. - Oye pequeña... - Susurró. - ¿Qué te parece si jugamos un poco aquí? -

- Pero... Vamos a despertar a todos Momo, no creo que sea lo correcto. - Se acercó a mi oído.

- Todos duermen y tenemos todo el living para nosotras... ¿Porqué no lo intentamos? - Me bajó de sus piernas sentándome a su lado, entonces acarició mi barbilla.

- No quiero hacerlo... No aquí. - Suspiró.

- ¿Tienes miedo? - Asentí y acarició mi mejilla. - ¿A qué le tienes miedo? -

- Nos atraparán. -

- No lo harán si no haces ruidos... - Me besó lentamente.

- Pero... - Me besó otra vez.

- Shhh. - Sus manos se adentraron por mi ropa y me la quitaron.

- No quiero. - Murmuré, ella sonrió y comenzó a besar mi cuello. - Porfavor, aquí no. -

- ¿Cuál es la diferencia? - su lengua comenzaba a ir por lugares a los que no quería que llegara, yo cerré mis ojos, pensaba actuar como si fuera la primera vez y lo disfrutara, pero entonces hubo un ruido y momo cubrió mi boca con su mano para hacerme callar.

Mis ojos se cerraron e imaginé que no estaba ahí, que esto no sucedía, que estaba con Jihyo, que ella me abrazaba y me decía que todo estaría bien, o esa Momo que conocí, esa que me cuidaba.

- ¿Momo? - La voz de Jonh me petrificó. - ¿¡Qué haces?!¡¡Es solo una niña!! - La quitó de encima de mí, ellos comenzaron a discutir y yo comencé a llorar, saliendo del sofá para vestirme y correr al campo.

No sé de qué hablaron, pero no salí hasta que dejé de escuchar sus gritos buscándome, pero eso fue porque Momo me había encontrado.

- Cariño, chae. Me tenías muy preocupada... - Tomé su mano y la obligué a esconderse en los arbustos conmigo, entonces la abracé. - Bebé... ¿Porqué lloras? -

- P-Po-Por-Porque Ahora Jonh nos encontró y les dirá a mis padres... entonces no podré verte nunca más. - Dije entre llantos.

- Oh... Pequeña... - Besó mi cabeza. - Eso no pasará, ya hablé con él. - Comenzó a acariciar mi espalda. - No cree que esté bien lo que hacemos, pero no podrá separarnos. - Sus manos se adentraron en mi cabello.

- Te dije que debíamos hacerlo en la habitación... ¿Ahora qué se supone que le diga? - Besó mi cabeza otra vez.

- No lo sé Chaeyoung, pero el mundo no parará, no puedes tan solo quedarte quieta esperando que algo pase o deje de pasar, debes hacer algo al respecto. - La miré a los ojos, ella me sonrió con ternura y pesar, entonces besó mi frente y me abrazó con cariño, otra vez.

- Pero... Debe pensar algo malo de nosotras. - Mis manos se aferraron a su camiseta.

- Puedes explicarle lo que quieras, o no hacerlo. - Besó mi cabeza. - ¿Le dijiste algo de nuestro secreto? - Su tono de voz era levemente agresivo.

- No, es un secreto. Evadí sus preguntas y le dije que solo conversábamos de cosas que mis padres no me decían, que me enseñabas cosas, y que mis padres se enojarían mucho si lo supieran. - Cerré mis ojos.

- Claramente podría pensar que te hablo del Santanismo, o de la aceptación a los homosexuales, de una clase de gobierno... No creo que haya pensado que yo te enseñaba lo que te enseño. - Sollocé.

- Pero nos vió, ahora es obvio. - Dije molesta. - Me dijiste que lo que hacíamos era hermoso, que me amabas ¿Porqué él se lo tomó tan mal? Lo que hacemos es malo ¿No es así? - Suspiró.

- Chaeyoung... Cálmate. - La miré a los ojos. - Por supuesto que lo que hacemos es hermoso, es maravilloso, y te amo mucho. - Acarició lentamente mi mejilla, tenía una sonrisa llena de ternura y amor, lo mismo en sus ojos. - Solo que... Otras personas no comprenden nuestro amor, las leyes sociales en el mundo no toman bien relaciones como la nuestra, no importa que tanto nos guste o la pasemos bien... Ellos no entienden nuestro amor. -

- Porque es algo malo. - Completé.

- No es malo, en el amor no hay buenos y malos, el amor es amor y uno puede amar a quien quiera amar. - Limpió mis lágrimas. - Y si es algo mutuo se puede hacer algo como lo que nosotras hacemos. - Besó mi mejilla. - Deja de llorar Chaeyoung, no vale la pena... - Susurró abrazandome.

- P-Pero... Momo... -

- Shhh... Tranquila... - Besó mi mejila varias veces. - ¿Quieres que te deje sola? -

- ¡No! Quédate conmigo, aquí, abrazandome. - Ella sonrió.

- ¿Puedo acomodarme? - La miré y asentí, ella apoyó su espalda contra un árbol y abrió sus brazos, entonces yo la abracé, apoyándo mi cabeza en su pecho. - Te amo Chaeyoung. - Susurró.

¿Podrías guardarme un secreto? - MochaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora