El verano llegó, con un calor insoportable, notas superadoras a 8, días soleados, camisetas ajustadas, los besos de Momo, las peleas de mis padres, el odio entre Jihyo y la tecnología avanzada y, por supuesto, mis nauseas.
Olvidé decirles, pero Jihyo y yo nos enfermamos juntas, por comer cosas indebidas (Es que compramos una bolsa de dulces, como cada vez en esos meses, y estaban vencidos).
Aunque con la llegada de las vacaciones Jihyo desapareció, les pidió ir a un campamento de verano a sus padres, y dejó de enviarme mensajes.
¿Me preocupaba? Sí, por supuesto, pero sabía que si ella no me decía nada debía estar bien, porque había prometido hablarme por cualquier problema.Comencemos con todo lo que sucedió, porque si continúo hablando de Jihyo este libro será una enciclopedia sobre mi Bombón, y eso será... Aburrido, quizás.
- Despierta, dormilona, la mañana está hermosa y me prometiste un jugo de naranja... - Dijo Momo al entrar a mi habitación mientras abría las cortinas.
Esa noche ambas nos habíamos desvelado hablando por mensajes, fuimos muy constantes e insistentes con algunos temas.
Esa noche no me habían permitido ir con ella porque unos amigos de papá y mamá irían a casa, por lo tanto, la había extrañado mucho. - ¿Piensas continuar viéndome con esa carita o te levantarás? - Se sentó a mi lado en la cama y acarició mi mejilla.
Sus ojos visualizaron mi cuerpo, yo estaba tan solo con una camiseta negra, que estaba desacomodada y permitía ver mi estómago y mi ropa interior.
Su mano acarició mi pierna subiendo lentamente mientras sus ojos estaban clavados en mi ropa interior. Pero cuando su increíble hermosa, larga, esvelta, suave, cariñosa y guía mano iba a aventurarse por dentro de mi ropa ambas escuchamos un ruido y ella apartó su mano para sonreír - No sé que esperas ¿Sigues durmiendo o simplemente me ignoras? - Me senté en la cama, a su lado, y apoyé mi cabeza en su hombro.- Estás exigiendome demasiadas cosas, acabo de despertar... - Murmuré, ella se mordió el labio lentamente y se acercó a mi oreja.
- La otra vez no te comportaste así... - Sonrió y acarició mi espalda, entonces se levantó y me extendió sus manos para llevarme al baño.
Yo suspiré molesta y ella besó mi cabeza para entonces irse. Lavé mi cara y mis dientes, luego fui a buscarla. Ella estaba esperándome sentada en el sofá. - ¿Papá y mamá? - Pregunté, ella suspiró.
- Se fueron a hacer las compras... - sonreí y me acerqué a ella caminando lentamente, mi mano acarició su pierna con delicadeza y le sonreí, luego me subí sobre sus piernas y me aproximé a sus labios, ella parecía disfrutar cuando yo hacia cosas como esta.
Sus manos se adentraron en mi camiseta y me besó con lentitud, luego tomó mis pechos con sus manos, con suma delicadeza.
Nuestros ojos se encontraron y ella se mordió el labio.
Yo me ví... No sé... Creí que sería un lindo regalo hacer... Hacer eso...
Ya saben. Lamí con lentitud sus labios, ella sonrió, yo hice un par de olas con mi cuerpo, haciendo que sus ojos tuvieran un momento de turbiedad, ya saben, su serenidad desapareció.
Lo hice varias veces, apoyándola contra el respaldo y comencé a subir y bajar con lentitud, ella no tardó en tomarme con fuerza con sus brazos y besarme.- ¿Me acompañarás a casa luego? - Murmuró mirándome a los ojos con sensualidad, pero con un tono amigable.
Suspiré de esa forma, de esa que ella me hacía suspirar cuando estabamos juntas, ella me tomó por la cintura, debajo de la ropa, con fuerza. - ¿Me llevarás? - Sus ojos se enfrentaron a los míos.
- Chaeyoung. - Dijo seria. - No hagas esas cosas... -
- ¿Hacer qué? - Me senté en sus piernas por completo, dejando de oponerme a su fuerza, siendo sumisa.
- Lo que acabas de hacer, Chaeyoung. - Dijo. - Esa voz... - Me tomó del cabello con una leve brutalidad. - Me gusta demasiado...-
Esa tarde me llevó a su casa. Estuvimos todo el día jugando a ser exploradoras, de hecho, fue muy cariñosa luego, me permitió sentarme en sus piernas y abrazarla con amor, mientras ella descansaba su cabeza en mi hombro con sus lindos ojos cerrados, sus manos se encargaban de darme muchas caricias en mi espalda, algún que otro beso o susurro.
Yo sonreía, me hacía feliz sentir esas cosas tan lindas.- Oye Chaeyoung... ¿Que harás durante estos meses?¿Tienes algún plan? - preguntó recostándose en el sofá, sin soltarme, por lo tanto yo también caí.
- No sé, se suponía que haría algo con Jihyo, pero ella no está, así que no tengo planes... - Sus ojos se encontraron con los míos.
- Yo iré a un lugar, a las afueras de la ciudad, es un campo de la familia, estarán unos amigos, pero no podrán molestarnos... ¿Quieres venir? - Sus caricias en mi espalda eran dadas con sus uñas, dibujando garabatos lentos y lindos, lindos, lindos.
- ¿Tus amigos son buenos? - Asintió.
- ¡Por supuesto que lo son! Son muy buenos, sino no te lo propondría ¿Sabes? - Besó mis labios con ternura.
- Bueno... Debería preguntarle a mis padres... - Ella asintió.
- de eso no te preocupes, dejamelo a mí. -
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¿Podrías guardarme un secreto? - Mochaeng
Fiksi Penggemar- Puede ser nuestro secreto... Pero no puedes decírselo a nadie, sino no podríamos continuar viéndonos. - Asentí con lentitud.- ¿Prometes no decirle a nadie? - Asentí y ella comenzó a acercar su cara a la mía. - ¿Lo juras? - Volví a asentir. - No di...