¿Podrías guardarme un secreto? - Mochaeng

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La primavera llegó acompañada de un fuerte calor y mis constantes visitas a la casa de Momo, quien tenía una piscina, no muy grande, pero si fresca. Ella me presentó a algunos de sus amigos en alguna que otra noche en la que yo llegaba y ella tenía alguna cena, también a sus sobrinos que eran un par de años mayores que yo.

De Jihyo yo sabía poco, lo único que sabía era que flataban 5 meses para su cumpleaños y parecía no estar interesada en hablarme de ello, cosa que, por supuesto, me molestaba.
Momo dijo que no le preste atención, que estaba de novia, y a veces es difícil ser buen amigo y buen novio a la vez. Pero yo no creía que fuera eso, probablemente Jihyo tenía unas furiosas ganas de tomarme de los hombros y sacudirme hasta que yo le dijera lo que ocultaba, pero al hacerlo yo también debería quejarme con ella y hacer lo mismo.

En fin, hablemos de Hoy.

Llegué a media tarde a su casa, después de haber acabado mis tareas de la secundaria, había ido con mi traje de baño para nadar un rato junto a ella.
Estaba vestida con ropa corta, y llevaba, en la mochila, una camiseta grande para dormir.
Al entrar a la casa me la encontré preparando jugo de naranja, me recibió con un abrazo. Llevaba un top ajustado y un pantalón corto, se veía muy bonita, como siempre, por supuesto.

- ¿Porqué te ves tan hermosa? - Preguntó con una sonrisa, yo también sonreí y volvimos a abrazarnos.

Esa noche cenamos Pizza, pero el problema fue que a las pocas horas de mi llegada, justamente a mitad de la cena, llegó el Ex de Momo. Ellos se encontraron en la puerta de la casa y yo escuché todo desde el comedor.

- Momo... ¿Estás sola? - dijo la voz del hombre.

- No, estoy con Chaeyoung ¿Que quieres? - Se la notaba con impaciencia.

- Quería decirte que estuve equivocado todo este tiempo, que yo no pude ver lo que tu sí veías. Y que lo siento mucho. - Suspiró. - Y realmente me gustaría que me dieras otra oportunidad para redimirme, e intentar que esto funcione. - La puerta de la casa se cerró, por lo tanto no pude oír lo demás, pero lo que si oí fue un fuerte golpe contra la puerta y al asomarme por la ventana ví como se besaban.
No pude aguantarlo, no pude ver eso, por lo tanto me levanté de la mesa, tomé mi mochila y me adentré en la habitación de Momo, donde me cambié y me recosté en la cama para tratar dormir.
Algunos minutos más tarde ella entró a la habitación, me miró durante unos segundos y tomó mi mochila para llevársela consigo. Yo no dije nada, tampoco me moví, solo la observé mientras se iba.