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(Esta vez yo no edité la imagen, la encontré en Pinterest dbksdbkasb)

Mis visitas a la casa de Jihyo fueron muy divertidas, las noches en mi casa no tanto.
No importaba si estaba en el supermercado, en la verdulería, en la calle o en la panadería, siempre creía ver a Momo, pero nunca era ella. Después de "verla" siempre le enviaba algunos mensajes, para saber cómo estaba, ella respondía pronto, super dispuesta a hablar, pero simplemente... La conversación no duraba mucho.

Decidí invitarla un Jueves en el que papá y mamá no estarían, por su trabajo, y volverían bastante tarde. Ella no dudo en aceptar venir, me dijo que también me extrañaba y que usaría algo lindo, para hacerme feliz.
Yo le dije que tampoco se arreglara tanto, al fin y al cabo terminaría sin ropa, sería contra producente. Ella rió ante mi comentario.

Eran las cuatro de la tarde y teníamos hasta las ocho para estar juntas, ella me miró de una manera preciosa cuando cerré la puerta. Yo no sabía cómo comenzar con el tema, simplemente la dejé pasar. - ¿Quieres beber o comer algo? - Me miraba con una sonrisa tierna, miraba mi ropa, mi cabello, mis ojos, mis labios.

- Lo que tú quieras. - Sonreí y fuí a la cocina por unos vasos y jugo de manzana, luego volví al comedor y la miré durante varios segundos; Jugaba con su teléfono, así que casi no notó mis ojos; miré su camiseta ajustada, sus pantalones cortos, sus labios pintados con un leve tono rojizo, sus ojos con simplemente rimel y un delineado perfectamente simétrico en sus ojos.
Yo también estaba arreglada, tenía mi vestido corto más lindo, de esos que se usan diariamente, y pendientes, además mis uñas estaban pintadas y mi cabello estaba peinado de una forma bonita.

- Y... ¿Cómo has estado?¿Fue lindo volver a trabajar? - Me senté en la punta de la mesa, ella estaba en uno de los lados, así que, con poco esfuerzo, podía acariciar sus piernas.

- No está mal, extrañaba a algunas personas, a otras no tanto. - Me miró y sonrió ampliamente, acariciando mi cabello. - He estado muy bien, solo que... Un poco triste. - Bebí un poco de mi jugo. Mis piernas temblaban levemente.

- ¿Por qué? - Dejó mi pelo y yo miré a mi vaso.

- Porque te extrañaba, y no me llamaste ni una sola vez. - Reclamó sonriente.

- Tú tampoco llamaste... - Susurré volviendo a mirarla.

- Creí que no querrías hablar. - Acarició mi pierna amigablemente. - ¿Por qué estás tan... tensa? - Miré a su mano y me dí cuenta de que mis piernas no paraban.

La miré. - Tengo miedo, Momo. - Suspiró y me abrió sus brazos, yo me senté en sus piernas, y, estando ahí, la miré a los ojos. - Podrían enterarse. -

- Si no puedes hacerlo aquí... podemos arreglar para que vayas a mi casa. - Besó varias veces mi mejilla.

- No, no. Ya estás aquí, es tarde. - Acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

- No digas eso, no me enojaré si no quieres. Podemos ver alguna película, recostarnos un rato, ver alguna cosa que dé risa en internet... - Acaricio mi mejilla. - No vine a hacer eso, vine a verte, porque te amo y te extraño ¡Ni siquiera podía dormir tranquila sin tenerte a ti! Tardo dos horas en obtener el suficiente sueño como para dormirme sin ti. - Sonreí ampliamente.

- Yo también tardo mucho en dormir, tengo una almohada que abrazo y pienso que eres tú, entonces me puedo dormir fácilmente. - Acarició mi barbilla mirando mis labios.

- Te ves preciosa. - Susurró sonriente. - ¿Puedo besarte? - Sonreí.

- Sí, porfavor. - Tomó mi nuca lentamente y me besó con suavidad, con amor.
Al terminar me miró a los ojos, yo apreté los labios cuando sus manos tomaron mi vestido lentamente. - ¿Podemos ir a mi habitación? - Dije antes de que eso avanzara. Asintió sonriente y tomé su mano para llevarla a mi habitación.

¿Podrías guardarme un secreto? - MochaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora