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Los meses avanzaban tan rápidos que casi no los sentía. Ví a Jihyo teñirse el cabello, maquillarse, vestirse linda, salir, e invitarme a ir junto a ella.
No esperaba que este momento llegara, no tan pronto.

- ¡Que los cumplas Chaeyoooung, que los cumplas feliz! - Todos aplaudieron y yo soplé las blancas velas sobre el pastel con crema y fresas

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- ¡Que los cumplas Chaeyoooung, que los cumplas feliz! - Todos aplaudieron y yo soplé las blancas velas sobre el pastel con crema y fresas.
Jihyo me dió un beso en la mejilla, entonces me abrazó con amor, yo correspondí y le sonreí.
Se veía espléndida con el cabello así de largo y rubio, además parecía estar muy feliz así que era mejor.
Ella me llevó el día anterior a la peluquería de su tío (Si, la familia de Jihyo es enorme y muchos viven en la ciudad), ahí me habían cortado el cabello un poco, un poco más abajo de los hombros.
Además me había comprado otro regalo ahora, y eso significaba solo una cosa, me iba a decir algo grave, algo terrible, que me enfadaría mucho.

Lo peor fue que, este ser que quiero mucho pero odio por ser tan hija de puta, me acompañó en nuestro paseo de cada año, pero no dijo casi nada.
(En mi cumpleaños generalmente están mis padres, Jihyo y yo, y nadie más).

- Si quieres decirme algo solo dilo, odio que te comportes así. - Dije seria.

- ¿Qué?¿De qué forma? - Dijo preocupada, yo suspiré y la miré fsstidiada.

- Así Jihyo, como lo haces ahora. - Frené y la miré brevemente a los ojos, entonces miró al suelo.

- Bueno, Bellota, es que... No puedo ir a la pijamada de esta noche - Miró al suelo algo triste.

- ¿Qué?¿Porqué?¿Son tus padres?¿No estudiaste?¿Estás enferma?¡¿MORIRÁS!? - Me empujó entre risas.

- ¡No, idiota! Tengo un compromiso... Y... No es algo que pueda posponer. - Evitaba mi mirada y yo buscaba la suya moviendo mi cabeza.

- ¿Qué está pasando? - Pregunté tomándola de las mejillas para que me viera a los ojos, sus ojos se cristalizaron.

- No te enfades... - Murmuró. - P-Pero t-Tengo novio. - La miré confundida y entonces comencé a reír y la abracé con amor, entonces besé su mejilla.

- Bombón ¿De verdad crees que me molestaría por eso? ¡¿Crees que soy imbécil!? - Besé su otra mejilla y ella comenzó a llorar con alegría. - Más te vale que no fuera hace mucho, porque sí voy a enfadarme si fue así. - Me abrazó con muchísima fuerza. - ¡¿Cómo se llama!?¿Lo conozco?¿Es bueno?¿¡Te quiere, lo quieres, se quieren!? - Nos miramos a los ojos y limpié sus lágrimas entre risas. - ¡¿Porqué lloras!?¡¿Acaso quieres que yo llore!? - Sonrió más.

- Te quiero mucho Bellota. - Sonreí. - Es ese chico... No sé si lo recuerdas, el chico ese de la heladería, de la otra vez, el que tomó helado de perejil. - Estallé en risas y la abracé.

- Qué gustos raros tienes - Ambas reímos y también me abrazó.

Esa tarde invité a mi Kinesióloga a cenar a casa, ella respondió que sí con alegría y esa noche fue a casa

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Esa tarde invité a mi Kinesióloga a cenar a casa, ella respondió que sí con alegría y esa noche fue a casa. Se llevó muy bien con mis padres, todos reímos mucho, también después de la cena me acompañó a dar un paseo por las calles, de la mano y a oscuras.
Me alegraba verla tan linda, con esos jeans azules ajustados y su blusa roja con un leve escote. En un principio pensé que eso era por mí, que se había arreglado para mí, pero después lo sentí imposible, quizás yo solo tenía otro arranque de calentura e imaginaba cosas.

Al llegar a un lugar oscuro la abracé por la cintura, ella también me abrazó con una sonrisa y cuando levanté la vista... Noté que mis labios llegaban a su barbilla. No sabía que había crecido tanto hasta ese momento.
Sus ojos fueron a los míos, acarició mi mejilla y besó mi frente, entonces susurró. - Es mejor que volvamos, es tarde. - Yo asentí levemente y partimos de la mano.

¿Podrías guardarme un secreto? - MochaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora