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Todo fue demasiado rápido: Un día me dijeron que iba a haber un juicio en contra de Hirai, un día tuve que hablar con un serio abogado de traje, un día tuve que prepararme para hablar en un tribunal y vestirme bien para ello. Un día me encontré con Momo en un juicio, y, cuando sus ojos se toparon conmigo y los míos con los de ella, noté que se veía hermosa, con un trajecito y un peinado muy bonito. Parecía manejar una ansiedad inimaginable, lo podías ver si mirabas su mano, que tenía una pluma azúl que estampaba contra la mesa con rapidez, una y otra vez.
Desvié mi mirada y cerré los ojos, con fuerza, intentando dejar de pensar en que Momo es el amor de mi vida, aún con un nudo en el estómago desde ese día, luego miré a Nayeon; quien había venido para acompañarme, porque la invité a venir, no dudó en aceptar; Ella me asistió, dándome algo de tranquilidad, luego miré a mis manos.

Habían otras 5 chicas, de distintas edades, con distintos estilos, con la misma mirada que yo, con una mirada llena de traumas.
Una rozaba los 20, las otras parecían mucho más cercanas a mi edad. Ninguna habló con ninguna, todas estabamos muy en lo nuestro. Todo simplemente comenzó con un abogado le explicó las cosas a una tribuna de gente, hablando pausado y sereno, luego llamó a la primera víctima, o superviviente, o abusada, o... Como mierda se llame.

Le hicieron jurar que diría toda la verdad, ella lo juró, mientras miraba a los ojos a Momo. Esa chica tenía agallas, yo no podría hacer eso sin quebrarme en llanto.
Era la mayor de todas, al menos en apariencia y en madurez. Tenía un cabello muy lindo, ondulado, y un a camisa azul.

Todas lloramos cuando la oímos hablar. Habló sobre cosas muy similares a las que yo había vivido, pero con ella "nunca había usado drogas, por eso vivía todo muy a pecho", y lo recordaba con muchísima claridad, cada puto detalle.

Habló sobre prostitución infantil, dijo que Mi Momo la había usado para obtener ingresos, entregandola a "Gente igual de repugnante que ella."

Todas ellas condenaron cosas similares; la última tenía los recuerdos borrosos, se mareaba, como yo; hablaron de penetración anal y vaginal con objetos, manos, juguetes sexuales y no sexuales. Hablaron de lo seguras que se sentían con Momo, pero lo inseguras que se sentían una vez que, la misma mujer, les decía algo malo, o que la luz se apagaba en la habitación. Perdían el control y decir no se volvía... Imposible.

— Señorita Son Chaeyoung

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— Señorita Son Chaeyoung. Hirai Momo fue su Kinesióloga por un tratamiento de escoliosis ¿No es así? —Respondí con un casi silencioso sí.— ¿Alguna vez la tocó de una manera fuera de lo profesional?

— ¿Fuera de lo profesional? Se refiere a algo... Que no hacían otros adultos ¿No? —Asintió.— Bueno... Ella me acariciaba mucho, cuando me masajeaba a veces pasaba por mis nalgas o rozaba mis pechos, nunca se disculpaba por ello, así que yo creía que era algo que cualquier Kinesiólogo haría... —Me temblaba muchísimo la voz, y miraba, semi petrificada, al señor frente a mí.

— ¿Ella abusó sexualmente de usted? —Miré a las otras chicas que habían declarado, me miraban con atención, esperando que yo lo dijera todo. Era la última, no la más pequeña, pero sí la última.

— En un principio no, pero, después de un tiempo, sí, lo hizo. —Mi mente iba muy rápido, mi voz la seguía con lentitud.

— Puede decirnos... ¿Qué clase de cosas le hacía?

Mis lágrimas comenzaron a caer al escuchar eso, no sé ¡No podía aguantar el dolor! Veía a todas esas chicas que se habían denigrado a si mismas, que habían dicho lo usadas que se sentían.
Definitivamente estaba presionada.— E-Ella... Me penetraba con cosas, en su mayoría con forma de... de pene, o frutas, o con sus propios dedos y lengua. —Sollocé.— Me obligaba a hacerle sexo oral aunque yo no quisiera, besaba y manoseaba mi cuerpo, mordía mis pezones... - Respiré hondo. - Ella me tomó una foto, una noche, oí el sonido de una cámara. Sentía frío, no tenía ninguna clase de manta. -

- ¿Usted llegó a tener ese aprecio del que hablaron las demás? - Asentí levemente.

Me quedé en silencio mirando pensativa a un punto perdido, entonces limpié mis lágrimas. - Momo es la clase de adulta a la que uno acudiría si tuviera cualquier problema, señor. Era demasiado confiable, una no dudaría en decirle cualquier cosa, porque ella misma notaba cada sentimiento. Me leía como un libro, siempre sabía que decir o hacer. - Suspiré. - Por eso era fácil encariñarse, porque no juzgaba nada, mientras se cumplieran sus peticiones. - Miré a otro lado. - Aunque yo no la quise, señor. - lo miré a los ojos. - Yo sentía un... Amor muy fuerte ¿Sabe? No como con un familiar, sino que... Como a un interés amoroso.

El hombre desvió la mirada. - ¿Usted la amaba? -

- Sí, señor. - Era algo que pocas habían dicho antes, el odio las había cegado, no podían pensar en amor al entender lo que les había sucedido. - Tenía todo lo que una podría querer en alguien, era amable, amorosa, cariñosa, le gustaba elogiar, me llevaba de paseo, me admitía en su casa siempre que se pudiera, me cocinaba lo que yo pidiera y me compraba cosas lindas. - Me encogí de hombros. Sabía a dónde iba el interrogatorio, así que yo proseguí. - Luego me tocaba, y yo no creía que eso estuviera mal, porque, en parte, yo quería que sucediera, siempre decía que sí, porque el peso de su mirada... y que lo hiciera cuando yo no quería... No era una opción. -

- ¿Qué sucedía cuando usted no quería? -

- Lo hacía igualmente, pero con menos cariño, más brutalidad. Como si fuera un castigo. - Cerré los ojos para recordar con claridad. - Entonces me sentía peor y necesitaba compensarlo, porque Momo ya no me querría si yo lo hacía. - Abrí los ojos. - Y yo provocaba a Momo para hacerla feliz, para que me quisiera y no me dejara, para que no se alejara de mí.

- ¿Alguna vez usó alguna clase de drogas o alcohol con usted? - Suspiré.

- Es posible. - Dije pensativa. - El primer día, en nuestro primer encuentro sin ropa, la bebida tenía algo, yo sé que tenía algo, era un polvo raro, que me hizo sentir mareos, sentir cansancio y me llevó a la cama. Sentía como si volara, por eso me levanté para buscar algo, no recuerdo qué, y en ese momento, cuando Momo y yo nos cruzamos, ella me besó y todo se fue, lentamente, a la mierda. - Mis ojos estaban cristalinos, pero no podía llorar, y hablaba lento, porque la voz se me cortaba.
- Además fumé cosas, durante unas vacaciones que tuvimos, fumé con ella, algo en un tubo, que me hizo sentir algo raro en el cerebro y que me dejó casi inconsciente, que me hizo tambalearme. - Cayó una lágrima. - Y alcohol hubo siempre, en todas partes. -

- ¿Puede decirnos más sobre sus vacaciones juntas? -

- habían otras personas ahi, 2 mujeres y 3 hombres. Solo dos hombres fueron importantes, uno llamado John y otro llamado walter. - Les dije por qué, entonces. - Walter abusó de mí junto a Momo el día en el que fumé. - suspiré. - No sé qué sucedió ahí, sentía dolor en el trasero, y algo raro por dentro... además de los susurros de voces, muchas voces. - Cerré los ojos.

¿Podrías guardarme un secreto? - MochaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora