Capítulo 19 - The one that got away.

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- Creo que tengo un hueso chueco. - comentó Jennie haciendo reír a Lisa.

- ¿Qué dices? - pregunto la menor antes de dejar salir una carcajada. - No tienes nada chueco. - aseguro mirándola.

Estaba recostada en la cama observando a la mayor frente al espejo que había en aquella habitación. La mayoría de las tarde-noches se lo pasaban en casa de Jessi (dónde actualmente vivía) o donde Jennie cuando su padre no estaba. Eran de las cosas que más disfrutaba, estar sola con Jennie en cualquier lugar hablando de lo que fuera, incluso un hueso chueco.

- Es verdad, está chueco pero no lo ves porque me quieres. - aseguro la mayor recostandose a lado de la rubia.

- Eres la persona más hermosa que he visto. - dijo Lisa.

- Eso es falso, apuesto que cuando te hacía la vida imposible creías que era horrible. - comentó la castaña.

- Aún cuando me hacías la vida imposible creía que eras la persona más preciosa que jamás había visto.

- Oh, cállate idiota. - dijo Jennie acercándose a depositar un beso corto en los labios de la menor.

Lisa sonrió antes de besar de nuevo a la castaña con un poco más de profundidad mientras sostenía su mejilla. La castaña la tomo por las mejillas mientras acariciaba la piel de esa zona con sus pulgares, amaba la sensación que Lisa le provocaba, amaba sentir cualquier cosa que la menor le ofreciera, amaba saberse enamorada.

Probablemente aquellas emociones y sensaciones llegarían a su final algún día, ¿Que importaba?, Estaba siendo feliz, estaba sintiéndose viva y estaba experimentando cosas que jamás nadie le había hecho sentir, estaba enamorada y agradecería eternamente que Lisa fuese su primer amor, uno real que solo le hacía entender que si se mantenían unidas apoyándose probablemente el resto no existia. Eso le hacía sentir la menor, que jamás la dejaría caer.

- Lisa. - susurró Jennie cuando la menor intento introducir la mano bajo su blusa. La menor la miro confundida y Jennie desvío la mirada. - Lisa. - intento de nuevo y la menor se aparto un poco.

- ¿Que sucede? - pregunto acariciándole la mejilla.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que habían tenido algo sexual, exactamente aquella vez había sucedido mucho antes de que Kai le hiciera daño. Lisa no sentía la necesidad de llegar a ese punto para sentirse en algo íntimo con Jennie, no necesitaban tener sexo para estar intimidad y eso le gustaba.

- No tenemos que hacer algo que no desees. - aseguro Lisa sonriendo y la castaña por fin la miro.

Probablemente sonaría loco por el corto tiempo que llevaban juntas pero habían desarrollado algún tipo de conexión tan grande que a Lisa le basto solo segundos para que aquella tormenta en los ojos de la mayor le explicará casi a la perfección lo que sucedía. Tenía miedo.

- Hey, todo está bien Jennie. - aseguro la menor recostandose para atraerla a su cuerpo y rodearla en un abrazo. - No te haré daño. - aseguro sintiendo como la castaña escondía el rostro en su cuello. - Solo nos recostaremos y estaremos así, ¿Te parece bien? - pregunto sintiendo temblar el cuerpo de su amada.

- Tengo cicatrices, muchas cicatrices. - susurró Jennie sobre su piel antes de estremecerse. Lisa sintió una punzada en el pecho y apretó su agarre en la mayor.

- Jennie. - le llamo la rubia levantándose para quedar ambas sentadas en el colchón.

- Lo siento, no puedo. - murmuró la castaña cerrando los ojos con fuerza y sintió las manos de Lisa sobre sus mejillas.

- Por favor, mírame. - pidió la tailandesa y la castaña obedeció. - A nadie le importan, a mi no me importan. - inició sonriendo levemente. - He visto tu cuerpo antes de ello, es precioso, pero puedo asegurarte que seguiré pensando lo mismo ahora que tienes esas marcas en tu piel. No es tu cuerpo lo que quiero, Jenn, te quiero a ti por lo que me haces sentir, más allá de lo físico, más allá de cualquier cosa carnal que puedas ofrecer, no importa cuántas cicatrices tengas o que tan grandes sean, te quiero Jennie y te prometo que querré cada cosa que haya en ti. - aseguro la menor mirando fijamente los ojos cristalizados por las lágrimas de la surcoreana.

- ¿Incluso si tengo un hueso chueco? - pregunto la mayor intentando no llorar y Lisa sonrió.

- Incluso ese maldito hueso chueco, mi amor. - aseguro besando la frente de la castaña.

Lisa se dejó caer en la cama arrastrando a Jennie con ella para abrazarla una vez más. Sintió a la mayor removerse y quedar completamente sobre su cuerpo.

- Jenn, de verdad no necesitamos hacer nada...

- Por favor, solo cállate. - ordenó Jennie poniéndose a horcajadas sobre la menor. Cerro sus ojos con fuerza y tomo una bocanada de aire antes de quitarse la blusa.

La menor se quedó en silencio observando el torso desnudo de su novia y un mundo de sentimientos se le vinieron encima. Eran bastantes cicatrices, algunas pequeñas que no se notaban mucho, otras un tanto medianas de color rosáceo pues apenas terminaban de cicatrizar, luego estaba esa que probablemente a Jennie le causaba conflicto. Era una cicatriz que atravesaba desde su hombro hasta su pecho, era delgada y parecía apenas estar terminando su completa cicatrización. Se le cristalizaron los ojos al imaginarse el enorme dolor que Jennie pudo sentir, lo desesperante que pudo haber sido para ella pensarse muerta mientras seguían haciéndole daño, la peor parte fue el que Jennie le dijese que en esos momentos agradecía estar por morir.

- Estoy enamorada de ti, Jennie. - aseguro Lisa con voz temblorosa y se aferró al cuerpo de la castaña. - Estoy perdidamente enamorada de ti y agradezco infinitamente que me permitas expresarlo y coexistir contigo.

Jennie se aferró a los hombros de la menor cuando esta escondió el rostro en su cuello y rompió en llanto como si fuese una pequeña niña. No sabía que pasaba por la mente de su novia, pero se hacía una idea, Lisa era demasiado empática y sentimental, podría jurar que estaba tratando de entender por lo que había pasado o recreando el sentimiento. Suspiró escuchando los sollozos y murmullos de la menor tratando de entender lo que decía pero solo lograba sentir como la rubia se aferraba a su cintura después de cada sollozo.

- Te quiero. - murmuró ella acariciándole la espalda a la más alta mientras la escuchaba tranquilizarse.

Lisa asintió sin dejar de abrazar a la castaña. Jennie era una chica frágil, quería protegerla del mundo aunque ella sola podría dominarlo, sabía que podría dar su alma para evitar algún daño sin que la castaña se lo pida, quería incluso protegerla de si misma. Sabía que Jennie era fuerte y le bastaba poco y nada para conquistar el mundo.

¿Eso era amar a alguien?

Holaaaaaa

¿Cómo estás? ¿Has hablado de lo que sientes? Cuéntame.

Yo estoy en una pequeña batalla contra mi cerebro y el destino. No lo he pasado bien y todo eso de mi teléfono. Por otra parte estoy bien, realmente quiero creer que es así.

Muy bien, quiero decirles que se amen muchísimo. Amén sus cicatrices, aprendan a amar esas marcas y piensen que después tendrán un significado para ustedes, tienen vida, ¿Son concientes de lo fascinante que es eso?, Es maravilloso que existas, es realmente maravilloso que podamos coincidir en esta vida. Por favor no te juzgues a ti mismo por tu apariencia, si sientes que algo no va bien, cámbialo de manera positiva. Una marca o cicatriz no definen lo valioso que eres, eres hermosa, eres brillante y te agradezco por estar viva.

Díganme si les gusto el Cap.

Perdón por la ausencia.

Sean buenos con ustedes mismos y las demás personas.

Last Hope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora