Diez

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Habían pasado alrededor de 20 minutos en los que no se había movido de lugar, se quedó ahí sentado en el suelo con sus rodillas pegadas al pecho y su vista clavada en la ventana simplemente admirando el cielo que se mostraba más oscuro cada segundo que pasaba. Las lágrimas que había derramado dejaron su rastro sobre sus mejíllas, sus ojitos y nariz se tornaron de un leve color rojo y cuando se puso de pie para ir por una botella con agua a la cocina, escuchó unos toques tímidos en la puerta y su corazón empezó a latir más rápido.

Trató de limpiarse las lágrimas mientras se dirigía a la puerta y antes de abrir soltó un supiro, cuando por fin abrió una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro ante la vista. El rizado estaba frente a él con su famoso abrigo negro, el cabello recogido en un moño y una bolsa de la cafetería en la mano.

-Hola, Lou- sonrió mostrando sus hoyuelos.

Lou, ese apodo le había provocado mariposas en el estómago.

-Hola, Harry- le hizo un gesto para que entrara y los nervios ya lo estaban comiendo vivo cuando el rizado entró- Perdón si estoy distrayéndote del trabajo.

-Nada de eso, no podía dejarte así- se detuvo en medio de la sala de estar y lo miraba con timidez- Te traje pastel de chocolate.

Louis cerró la puerta y se acercó al rizado, mirándolo con un leve rubor en las mejillas tomó la bolsa.

-Es mi favorito, ¿como lo adivinaste?

-Esa vez en la cafetería ordenaste ese, supuse que te gustaba mucho así que fue cuestión de suerte- el fotógrafo se encogió de hombros y soltó una risa.

Louis le sonrió, no entendía cómo todo lo que hacía o decía el chico de ojos color esmeralda le parecía tierno pero algo era seguro, lo hacía querer más de eso. Se dejó caer entre los brazos del ojiverde quien lo atrapó en seguida y se quedaron ahí simplemente sosteniéndose, aferrándose al otro, fundidos en ese cálido abrazo.

El castaño le mostró el pequeño departamento y luego lo convenció de cenar así que cuando llegó la hora de cocinar se encontró con una agradable sorpresa: Harry se colocaba el delantal dispuesto a ayudarlo y así fue.

Mientras Louis se encargaba de la carne, Harry cortaba y picaba las verduras mientras le contaba un poco sobre su niñez y se reían por dichas historias. Era muy agradable el ambiente que había en la casa, entre ellos en general y reconoció que hace un tiempo no se sentía así de bien.

-¿Y tú hermana donde está ahora?- preguntó el castaño con verdadero interés.

-Está en Francia con su novio, ahí trabaja como psicóloga. Tengo un par de años de no verla y la extraño- Louis pudo ver la sonrisa triste en su rostro.

-Si, entiendo el sentimiento- finalmente puso la carne en el fuego y se giró hacia el rizado cuando escuchó la pregunta.

-¿Tienes hermanos?- preguntó dandole una mirada de reojo.

-Si, tengo seis- sonrió cuando recordó a su familia.

-Wow, eso es increíble- al finalizar con las verduras se las pasó a Louis para que las agregara luego y se sentaron en la isla de la cocina esperando- ¿Tienes mucho de no verlos?

-Los vi a principio de año, ellos viven en Doncaster y por mi trabajo casi no puedo ir- los ojos de Harry lo miraban atento y cuando sintió que le sostenía la mirada más tiempo del necesario la bajó.

-Sueles hacer eso todo el tiempo, parece.

-¿Que cosa?- jugueteó con sus dedos sintiéndose nervioso, no levantó la mirada al hablar.

Harry tomó su barbilla con el pulgar y el índice para obligarlo a levantar el rostro.

-No le permites al mundo apreciar tu mirada dulce, no me permites a mi perderme en tus ojos- la forma en la que las palabras salían de su boca le daba una sensación extraña en el estómago.

-Harry...- su nombre quedó suspendido en el aire cuando sintió los labios contrarios conectando con los suyos en un beso suave, que comenzó de manera inocente pero Louis sintió este arrebato dentro de él, por lo que se levantó de su asiento, apagó el fuego y luego enrolló sus brazos en el cuello del más alto siguiéndole el beso, haciéndolo más profundo y cuando sintió las manos de Harry en su cintura tratando de pegar su cuerpo aún más al suyo, soltó un pequeño gemido.

Sus manos se enredaban entre los cabellos que el moño no alcanzó a tomar y caían sobre la nuca del fotógrafo, sus lenguas ya se habían encontrado y jugueteaban una contra la otra, el castaño comenzó a retroceder arrastrando a Harry con él para apoyarse en cualquier lado que le quedara cerca y mientras avanzaba sus manos viajaban por el pecho del rizado, tratando de colar sus manos en la camisa a medio abrir.

-Lou- hablaba como podía entre los besos que se daban, sin detener su caminata- Lou, espera.

El aludido se detuvo a regañadientes al sentir como Harry lo apartaba ligeramente para poder verlo a los ojos. Sentía los labios hinchados y su respiración agitada.

-No puedo hacer esto, no así- la voz de Harry era apenas audible- Sé qué hay una razón por la que llorabas y no te presionaré con eso pero estás vulnerable y realmente no puedo aprovecharme de eso.

Las manos de Louis abandonaron el pecho del rizado y bajó la mirada sintiendo la verguenza invadirlo, parecía un adolescente sin poder controlar sus emociones y tampoco sus hormonas al parecer. Nunca se había catalogado como alguien inseguro, claro que tuvo algunos días malos pero desde los 20 años más o menos se sentía orgulloso de su cuerpo pero por alguna razón el rechazo de Harry lo hizo sentirse mal, insuficiente... ¿no era lo suficientemente atractivo para él?

-Si, tienes razón. Lo siento- se giró hasta darle la espalda al ojiverde, la inseguridad comenzaba a dolerle dentro del pecho.

-Mírame, por favor- Harry le hablaba en voz baja, con mucha delicadeza como si temiera romperlo en cualquier momento y cuando avanzó hacia él lo hizo de la misma manera.

Y como si pudiera leer sus pensamientos, las palabras que le dijo a continuación fueron las correctas. Siempre lo eran.

-Te deseo tanto, si supieras todo lo que quisiera hacerte, Louis- lo giró despacio para poder tenerlo de frente- No pienses ni por un segundo que no me atraes lo suficiente porque lo haces y esa es la cuestión, me gustas demasiado como para desperdiciar un momento así. Quiero que sea especial, es lo que mereces.

Louis no trató de ocultar su sonrisa y sus ojitos llorosos, consecuencia de las palabras de Harry.

Siempre lo hacía sentir bien, seguro, cómodo y esa sensación es increíble. Nunca le había dado tanta importancia al sexo y claro, desde hace un tiempo dejó de tener encuentros casuales pero al escuchar lo que Harry dijo tuvo que darle la razón, él también quería que, si algo pasaba entre ellos, fuera especial.

Al cabo de unas horas ya habían cenado, lavado los platos y ahora estaban sentados en el sofá apunto de ver una comedia romántica que habían elegido al azar pero Harry mencionó que lo notaba incómodo y el castaño le confesó la razón por la que le llamó llorando, le dijo como habían pasado las cosas desde que vio la noticia hasta la discusión que había tenido con el rubio esa mañana. El fotógrafo lo escuchó atento, sin intervenir y cuando terminó de hablar le hizo saber que todo iría mejor, que él estaría ahí siempre y selló su promesa con un abrazo.

Y la noche se les fue así, acurrucados en el sofá mientras se relagaban dulces caricias uno al otro y disfrutaban de la familiaridad que se había instalado entre ambos.

Se quedaron dormidos así, Louis sobre el pecho de Harry escuchando los latidos de su corazón mientras que los brazos de este lo rodeaban la cintura.




HOLAAAAAAA!
perdón por la tardanza pero aquí tienen otro capítulo, les agradezco por el apoyo.

NO ENTIENDEN COMO ESTUVE HOY EN LA MAÑANA POR EL VIDEO DE GOLDEN, HARRY ALGÚN DÍA VA A MATARME.

Creo que la fic tendrá a lo mucho unos 10 capítulos más, quiero hacerla cortita porque tengo otros proyectos en mente!

¿Que opinan de la fic hasta ahora? Déjenme saber.

All the love,
Dani.

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