Lexa Laurent

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Llevo cerca de una hora aquí, estoy nerviosa y aún me encuentro asustada, sé que O'connell sabe quién soy, es por eso que me ha dejado aquí, creo que tal vez me hubiese sacado a la fuerza la verdad acerca de su hija, sin embargo ha sido amable al dejarme aquí y con vida, creo que después de todo el lo sabe. 

Yamileth ha estado tranquila, pero yo no, siento que a pesar de que Octavio se fue el sigue aquí, lo siento, desde que volví a la habitación no me siento en paz.

Me acerco a la mesa de Yami, abro la laptop y comienzo a buscar orfanatos cerca del lugar, no puedo arriesgarme mucho con Yami, podría pasarle algo y yo por ahora no puedo protegerla a ella y protegerme a mi, debo ser cautelosa en esto.

Leo y leo, pero ningún lugar me da confianza, si algo le pasa a esa niña mi cabeza podría rodar.

-¡ Joder ! - grito de la desesperación

Esto me está volviendo loca, tengo que tranquilizarme, si no lo hago podría cometer algún error.

Me levanto de la silla y comienzo a caminar por la habitación, tengo suerte de que Yamileth se haya dormido de lo contrario no sabría que hacer con ella si siente mi frustración.

Voy hacia las cosas que me dio Yadira, tengo curiosidad de saber que es.

Me apresuro a buscar, comienzo a leer, son algunos títulos de propiedad, también hay dos pasaportes, Adara Laurent y Lexa Laurent, ninguno de los dos trae fotografía, supongo que son de ella y de Yamileth.

Inclusive hay un certificado de nacimiento con ese nombre, todo está en orden, ella tenía planeado huir de aquí junto con su hija. Sigo y hay algo de dinero en efectivo aquí, a parte de tener tres cuentas a nombre de Lexa, no entiendo nada, no sé la razón por la que ella me dio esto, ni siquiera me conocía, me ha confiado a su hija, revisando me encuentro con más papeles, pero los títulos de propiedad  prefiero no tocarlos, tal vez tenga que trabajar una temporada y así poder justificar todo esto, dejo de lado todo y me encuentro con unos papeles más, es una cita para un cirujano plástico, también se había encargado de una operación. 

Tengo que ser muy cuidadosa en todo esto, levanto la mirada y me encuentro con un papel aun más viejo, comienzo a leerlo, es un orfanato, parece ser de la iglesia, creo que ella también tenía planeado todo esto, ahora me toca hacer esto, no sé si llamarlo destino o suerte. 

Vuelvo a dar vueltas en la habitación, si no me apuro podría llegar Esdras o peor aún Octavio podría arruinar mis planes, sé que el conoce la influencia que tengo sobre Kurtis ,Scott y Axel. 

Voy al closet y comienzo a buscar la ropa de Yamileth y la guardo en una maleta, ella sigue dormida y eso me ayuda mucho a apurarme, está a punto de anochecer, así que hasta el día de mañana saldré con ella, a partir de mañana ella será Adara Laurent y yo Lexa Laurent, así de simple. 

Jimena 

Llevo cerca de unas tres horas aquí a fuera de esta casa, comienzo a desesperarme, no entiendo por qué razón el jefe me ha pedido estar aquí vigilando, si tenía necesidad de controlar a esa mujer se la pudo llevar bien, pero no, la ha dejado aquí y a mi también. 

Mi celular suena, enseguida contesto. 

- Diga Señor 

- ¿Han salido de ahí? 

- No Señor, la mujer está aquí en la casa, al parecer su esposa dijo la verdad 

- Mi hija tiene que estar en algún lado ¿ Ya buscaron en el convento?

- Si Señor y tampoco hay una niña de esa edad y características  

- Sigue vigilando a Renata, creo que ya he decidido su futuro 

-Si Señor, como usted ordene 

Cuelga, no sé que tiene que ver esta mujer con nosotros, pero por alguna razón no le ha hecho daño o la asesinado, pero cualquier momento en el que  ella salga yo decidiré su futuro. 

Kurtis 

El teléfono suena, mi asistente contesta, sigo leyendo los contratos que firmaremos mañana en la reunión. 

- Señor le habla un tal O'conell 

- Ahora que pasa - digo - recibiré la llamada 

Mi asistente me pasa el teléfono. 

- ¿ Ahora qué quieres? 

- Hola hermanito, es un gusto poder hablar contigo también, hace rato que no hablamos 

- Ve al grano Octavio 

- Tengo en la mira algo que te puede interesar 

- Lo dudo 

- Yo creo que no 

- Deja de llamar ¿quieres? 

- Bueno, entonces supongo que no estás buscando a Renata, así que colgaré 

- Espera, creo que si me interesa

- Es algo tarde 

- ¿ Qué quieres a cambio? 

- Lo sabes perfectamente, sabes que es lo que quiero 

- Entregamela y yo te entregaré la lista   

- No, la quiero primero 

- No la tengo yo -miento 

- Sé que tu la tienes, nunca fuiste bueno para mentirme 

- bien tu ganas, te la daré cuando tenga a Renata frente a mi 

- Bien, entonces cancela la reunión que tienes y nos veremos mañana en la mañana 

- ¿ Cómo la encontraste? 

- Ella me encontró a mi 

- Supongo que no te conviene tenerla contigo o haz conseguido lo que querías y ahora no la ayudarás 

- Te equivocas, si la tomo podría hacer de ella lo que yo quiero 

- No te gustó el sexo entonces 

- Fue el mejor que he tenido en años, le enseñaste bien 

Me quedo callado, de haber sabido que esto terminaría así jamás hubiese dejado que ella entrara en mi vida, tal vez, solo tal vez no debí amar a Regina. 

- Ella aprendió sola, ahora dime la hora y el lugar

Octavio ríe y enseguida me da la dirección de una casa de playa, además de la hora en la que nos veremos., cuelgo el teléfono, mi asistente me mira, en sus ojos hay deseo, pero en realidad ahora no me apetece follar, ahora quiero estar con mi familia. 

- Liliana, puede irse ya mañana, prepare la reunión para más tarde, tengo una reunión aun más importante que esta 

Ella asiente, en sus ojos se ve un poco de decepción, pero es mejor así, no quiero serle infiel a mi esposa de nuevo, no hoy. 





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