Mamá

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Llegar hasta este lugar me trae malos recuerdos, pero es fue un paso para lograr el estar aquí y tener un rostro nuevo, estoy algo asustada, no quiero que Adara me odie, sé que una niña de 2 años no puede odiar, pero creo que falté en los momentos más importantes de su vida, no dejé nada, no sé como actuar, no entiendo por que diablos estoy nerviosa, me siento como en la escuela aquellas veces en las que toca exponer y de pronto la mente se pone en blanco.

- Tranquila Adara te espera 

Asiento y agradezco las palabras de aliento que me da Ale, me miro en el espejo.

- Tal vez debería ponerme algo mas decente voy a entrar a un hospicio de monjas 

- Sabía que dirías eso, toma 

Ale me da una bolsa, adentro hay un pantalón de mezclilla y una blusa a cuadros con unas converse, voy a la parte trasera del auto y comienzo a cambiarme, me aseguro de pareces una buena persona y estar presentable, tomo el crucifijo de mi bolsa y me lo cuelgo al cuello, es el día en que vuelvo por Adara y las cosas que aquí dejé. 

- Bien Ale, es el día de ver a mi hermosa niña

- Vamos Lexa, tu puedes 

Bajo del auto, puedo recordar que aquí llegué con mucha dificultad, puedo recordar que estuve a punto de  morir y que debía preocuparme por ella. Me acerco a la puerta principal y toco, tardan un poco en salir, pero al fin lo hacen, la monja me mira. 

- Hola, buenas tardes, vengo en busca de la madre superiora 

-Adelante - me deja pasar 

Entro al lugar es bonito, la primera y ultima vez que vine, no pude contemplar lo hermoso que era. La monja me guía hasta la oficina de la madre superiora, en los alrededores puedo ver a los niños jugar ¿ En dónde estará Adara? llego hasta el lugar, la monja toca la puerta y esperamos hasta que nos dejen  pasar. 

- Hola buenas tardes, vengo a buscar a mi hija Adara Laurent 

La monja levanta la vista, me mira algo confundida, hace un año y medio vine a dejar a una niña de 6 meses ya que nuestra vida corría peligro, usted me dijo que solo la entregaría si traía este crucifijo y eso estoy haciendo 

- Creí que jamás vendrías, la niña te espera, está en el jardín 

Asiento, la monja me guía por el lugar, creo que mi corazón late, no es mi hija de sangre pero la he extrañado. Vamos llegando al jardín, en el hay muchos niños, busco a Adara con la mirada, es absurdo ya que cuando me fui era una bebé de meses. 

- Es ella, está jugando con ese oso de peluche que enviaste hace tres meses 

- Gracias 

Me acerco, está sola, la veo, la observo, es hermosa, su cabello es castaño, su tez morena clara y sus ojitos mieles , esos ojitos que tanto he extrañado, un mes no bastó, la he extrañado. Me acerco y me pongo a su lado. Está peinada con unas colitas, se ve hermosa. 

- Hola - la saludo 

Ella levanta la mirada, me ve y sonríe. 

- ¿ Sabes quién soy?

- Si 

- ¿ Quién soy Adara? 

- Eres mi mamá - alcanza a decir 

Veo que ha llevado una buena vida, habla bien, está sana, está hermosa, está conmigo. Al principio sigue jugando, pero después parece que me recuerda y me abraza, la abrazo también. 

- Ya no me dejaras ¿ cierto?

- No, mamá y tu estarán a salvo, es hora de irnos, y prometo que no te dejaré más, solo si tengo que salir a trabajar, pero estarás conmigo 

- Iré por mis cosas 

- Te acompaño 

Me toma de la mano y me lleva hasta donde están los dormitorios, me sorprende que tenga un buen desarrollo, puede hablar bien dentro de lo que cabe. Entramos a los dormitorios, se acerca a su cama, hay varios osos de peluche. 

- Los dejaré aquí mamá - dice lento y pausado 

- Adelante 

Los entrega a distintas niñas que están aquí, supongo que le han de representar mi abandono, no lo sé, entiendo que no debería sentirme culpable, ella no es mi hija, pero me hace recordar el abandono que tuve por parte de mi madre, Adara ha tenido que crecer de manera apresurada. 

- Ya mamá 

Trae en su mano una mochila pequeña, supongo trae objetos personales. Salimos de los dormitorios, ella me toma de la mano, me toma muy fuerte. 

- No me dejes - comienza a llorar 

Me pongo a su altura y la abrazo, ella sigue llorando. 

- No, no lo haré 

La tomo en mis brazos y salgo con ella, le agradezco a las monjas por cuidar de ella . 

- Deseo hacer un pequeño donativo a este lugar - digo 

- No, no es necesario 

- Lo es 

- Con lo que nos ha contribuido estos dos años es más que suficiente 

Al parecer Yadira no se ha alejado de su hija, creo que la ha cuidado. 

- Se los haré llegar pronto 

- No es necesario 

- Gracias 

Salgo con Adara en mis brazos, estoy nerviosa, asustada también y algo preocupada. 

- Tenemos que ir a otro lado Ale 

- Digo al llegar al auto 

Ella siente, acomodo a Adara en el auto, he preparado todo para que ella esté bien, le indico el camino hasta la camioneta que robé y con la que pude salvar mi vida. 

-Tengo que sacar unas cosas 

Ale asiente y salgo del auto, la camioneta se ve ya muy vieja, ha pasado tiempo, busco las llaves y la abro, enseguida, aun hay rastros de sangre, las cosas que tomé ahí siguen, me veo en el retrovisor, mi rostro es distinto, todo es diferente para mi, mi mente divaga en lo que pasó y en lo que vendrá, ahora tengo una hija y no puedo ponerla en riesgo. Tomo mis cosas y salgo de la camioneta. 

- De aquí en más vamos por una buena vida 


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