두 마음 사이에 하나 💫

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...

Al fin terminaron de maquillarnos, terminamos de arreglar y por fin ya podíamos salir y dirigirnos al estacionamiento junto con nuestro staff y manager, aunque, para ser franco estaba seguro de que algo extraño ocurría con Hwanwoong, pues estos días había estado diciendo que se sentía mal y cada que intentaba acercarme para averiguar lo que le ocurría él me evadía por completo cambiando de tema nuestra conversación.

Tan solo deseaba que Joong no le hubiera echo o dicho algo malo, pues de ser así yo seria capaz de cualquier cosa.

- Y, ¿ya te sientes mejor? -

- Hyung, yo...

- Hwan, puedes confiar en mi, ya lo sabes -

Él me miro, abrió un poco la boca y volvió a cerrarla, al final no dijo nada tan solo se encogió de hombros y se recargo sobre su asiento.

Sabia que algo no iba bien.

Woong no era de ocultarme como se sentía, siempre estaba contándome cualquier cosa, tan alegre, expresivo y risueño, pero ahora tan sólo parecía un ave escondida entre sus plumas.

¿Tan grave era lo que mi dulce ángel ocultaba?

- Young, tan sólo quiero que no te preocupes por mi.

Estoy bien, de verdad que lo estoy. -

Posó su mano sobre mi rodilla y sonrió de manera tierna, pero aquello no me había echo relajarme o borrar aquellos pensamientos, pues nada aquí estaba bien, había algo e iba a llegar al fondo de esto me lo dijera o no.

- Tan solo quiero que confíes de nuevo en mi -

- Y lo hago -

- No es así -

Mas que enojado...
Me sentía un tanto dolido.

- Bien, te lo diré -

- Ok, te escucho -

- Pero...
Sera después, por el momento no, no quiero que alguien más lo sepa -

- Esta bien, respeto tu decisión, lo hablaremos luego -

Sonrió de nuevo pero esta vez besó mi mejilla y para finalizar, depósito un pequeño pero dulce beso sobre mis labios.

- Gracias -

- Pero no creas que te salvas, te lo estaré recordando -

- Ya dije que te lo diría, sabes bien que no puedo mentir -

En efecto, no podía hacerlo, pues ya nos conocíamos el uno al otro muy a pesar de haber estado distanciados durante un tiempo.

- Lo se y por eso es que te amo -

Tome su mano, la bese y sonreí mientras le acariciaba con ternura.

- Y yo a ti, Young Jo -

Sonrió de nuevo, se recargo sobre mi hombro, soltó un leve suspiro y me abrazo.
Así nos fuimos durante todo el trayecto mientras que los demás cantaban o jugueteaban entre si.

Los latidos de su pequeño corazón eran como música para mis oídos, mientras que sentir el suave tacto de sus manos sobre mi cuerpo era algo de lo más relajante.

Me hacia tan feliz tenerle a mi lado.

Simplemente me completaba.

El Diario de JoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora