El Diario de Jo

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- Woongie, ¡felicidades! -

Un chico al que no recordaba apareció de la nada y se fue directo a abrazar a Hwanwoong.
Admito que me sentí un poco celoso, pero aquellos celos se desvanecieron en cuanto preste mayor atención a su interacción, pues ambos eran amigos, y aquel chico resulto ser Sun.

- Me gusta como te vez, el negro te luce -

- Muchas gracias, aunque creeme, estuve muy nervioso -

- Pero lo hiciste, yo en tu lugar no hubiera podido, me pone mucho de nervios -

Ambos continuaron conversando con respecto a la obra, por lo que preferí ignorarles y aferrarme a mis propios pensamientos.

Pudiese ser que Hwan no estuviera mostrando más de lo normal, pero para mi corazón era demasiado.
De su piel no había visto nunca mas que sus brazos, cuello y un poco de sus clavículas, pero un poco de su espalda...

Estaba que me mordía mis propios labios, inclusive trataba de despejar mi mente para no pensar en aquello, pero mi intento al fin logrado se fue tan pronto como llegó, ya que ahora era Yeo quien se encontraba abrazandome por detrás.

- Gracias Young-Hyung -

Tome sus manos y le obligue a soltarme, posteriormente me gire y esta vez fuy yo quien lo abrazó.

- Aunque, tengo entendido que eran cisnes, ¿no?.
Termino siendo otra cosa, pero aun así resulto bien -

- A mi parecer...
Fue algo un tanto dramático, pero me gusto mucho -

- Tu trabajo con las luces fue bueno -

- Estuve supervisando, no tenia porque salir mal -

Rei, lo tome del mentón y deposite un beso sobre sus labios, beso que como siempre era correspondido.

- Young Jo, ¿recuerdas lo que me dijiste antes de llegar a la escuela? -

- ¿Qué? -

- El mensaje que me enviaste por Kakaotalk -

- ¡Ah!...
Eso, ¿qué ocurre con eso -

- Deberemos posponerlo, sabes que hoy tenemos que trabajar -

Cierto, lo había olvidado.
Definitivamente tenia que hacer algo, y pues , opte por posponerlo para el domingo.

- Perdón por arruinar tus planes -

- Tranquilo, no es para tanto -

Bese su frente y acaricie su mejilla.

[💫]

Menudo día...

Llegue muerto a mi casa, ya no aguantaba mis pies, la cafetería había estado llena hasta la hora de cerrar.
Ahora lo único que deseaba con fuerza era entrar a mi habitación, cerrar la puerta, despojarme de todo e irme a bañar.

- ¿Tan pesado estuvo su día? -

- Tuvimos una obra escolar y además, la cafetería estuvo bastante llena -

Y sin más...
Subí corriendo las escaleras, necesitaba llegar y darme aquel deseado baño.
Por lo que al entrar, cerré la puerta con seguro, deje mis cosas sobre la cama y comencé a quitarme la ropa quedando tan solo con mi ropa interior, tome mi toalla y entre al baño, después, gire la llave de la regadera para que el agua pudiese fluir, luego de eso di paso a quitarme mi ropa interior y a dejarla de lado para ahora si poder bañarme.
No me importaba si el agua estaba fría o tibia, lo necesitaba y era lo único que importaba, el sueño y el cansancio me mataban.

Una vez terminado por completo de ducharme, gire de nuevo la llave y tome mi toalla para poder secarme, después me amarre la toalla sobre la cintura, tome la perilla de la puerta, la gire, abrí la puerta, apague la luz y volví a cerrarla una vez afuera.

Saque mi ropa interior de mi cajón y me la puse, después fuy por mi pijama para ponérmela.

Mis ojos no daban para más, por lo que me costo bastante el poder secarme el cabello.

- ¡Esto es horrible! -

Deje mi toalla extendida sobre la silla junto a mi escritorio, después fuy por mi secadora, la conecte, encendí y comencé a terminar por de secar por completo mi cabello. Ya terminada dicha acción, la apague, desconecte y guarde para después poder irme a dormir, claro, claro.
Apague antes la luz, no podía dejarla encendida y mucho menos podía dejar la puerta con seguro.

Ya acabado aquello, pude destender mi cama con tranquilidad y dormir plácidamente.

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