Siempre a tu lado [NaruHina]

Siempre a tu lado: FINAL

—Hinata... —Se alejo lentamente del abrazo y con la mayor delicadeza posible sus dedos rozaron su mejilla. —Todavía tengo... —Soltó una pequeña risa y de su bolsillo sacó el pedazo de bufanda que Hinata le había entregado, ese pedazo destrozado y quemado con el cual, él le había dado un discurso a Toneri antes de vencerlo. —Yo... también tengo un regalo para ti.

Naruto se separó por completo  y retrocedió un paso.

<<Acuerdate de lo que te dijo el abuelo Tazuna, deja que las palabras fluyan...>>

Suspiró.

—Cuando estábamos en la misión... hablé con Toneri y gracias a él me di cuenta de muchas cosas. —Sonrió mirando al cielo. —Siempre estuviste ahí, y cuando caí, tú me hacías levantar...

—Nunca había entendido el porqué me enfurecia tanto cuando alguien te hacía daño...

—Y lo único que quería era protegerte...

—Pero ahora lo entiendo todo. —Suspiro después de soltar una risa avergonzado. —Cuando te fuiste con Toneri pensé que era el final, nunca me di cuenta de que al frente mío estaba la persona a la que debería de amar... ¡Tú me salvaste, Hinata!

—Naruto...

Los ojos de la azabache comenzaron a brillar.

—Haz hecho tantas cosas por mí, que nunca te he agradecido y sé que con un simple gracias no es suficiente... —Naruto finalmente se arrodilló frente a ella. —Yo te amo Hinata! Y no quiero demostrarlo con un simple "Te amo", quiero demostrártelo cada día ¡y si te casas conmigo voy a tener toda, ¡TODA una vida para hacerlo! —Sus palabras salieron en un solo respiro, presionó sus ojos y bajo la mirada mientras sus manos temblaban. —Para agradecerte cada una de las cosas que has hecho por mi y devolverte cada uno de los sentimientos que hasta ahora no he sido capaz de corresponder.

Todo alrededor desapareció. Solo eran ellos dos, dos shinobis que habían pasado por tantas cosas... Pero nunca se habían dejado de apoyar mutuamente.

Después de una larga espera, Hinata finalmente se encontró con la persona que había amado durante toda su vida. Esta persona era la que, con solo un grito y una sonrisa, había sido capaz de sacudir su corazón y llenarlo de emoción. A la persona que había estado siempre mirando desde atrás, pero ahora, finalmente, habían logrado caminar juntos.

El amor verdadero, sabiendo lo desgarrador que pudo haber sido esperar por el momento en que finalmente pudiera estar con la persona que amaba. Una espera que pudo parecer interminable. Pero cuando ese momento finalmente llego, su persona amada estaba frente a ella, todo ese dolor y sufrimiento pareció desvanecerse.

No solo fue alguien que había sido capaz de sacudir su corazón con una simple sonrisa, sino que también había estado presente en sus pensamientos y en su corazón durante toda su vida.

—Hinata... ¿te casarias conmigo?

A lo lejos... se podían ver escondidos en los arbustos y entre los árboles a sus compañeros y sus mejores amigos, aquel chico que siempre fue olvidado, el otro que siempre sonreí y cuidaba de su perro mientras lo montaba. Aquellas tres chicas que apoyaban a su amiga. Un vago y el chico rellenito que ni en este momento había dejado de disfrutar de su bolsa de frituras. Aquel que entendió lo que eran las emociones y con su tinta envío un par de mariposas a la pareja.

La azabache sonrío y saltó hacia él. Finalmente, después de muchos años de espera, esta persona había llegado. Y ahora, podían caminar juntos, lado a lado, juntos en cada paso del camino. Era una sensación de dicha y felicidad que no se podía describir con palabras.

Una emoción que solo se puede entender verdaderamente cuando se ha experimentado por uno mismo. Y cuando finalmente llega ese momento, cuando se está con la persona amada, todo lo demás parece desvanecerse y solo queda la emoción pura y sincera del amor verdadero.

Fin...