❝ 𝐈 𝑴𝑬𝑶𝑾 𝐲𝐨𝐮 ❞ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

十三

- Jimin, tienes que decirle a Taehyung, esto podría salirse de las manos en cualquier momento. - Taemin dijo con cierta preocupación.

Era así. Ellos habían crecido juntos, eran inseparables, los mejores amigos, hermanos, tan unidos, que era prácticamente inevitable que Taemin no se preocupara por Jimin.

- Tranquilo, Min-min. - Jimin respondió sosteniendo el teléfono con su hombro y su mejilla, dejando el uricular en su oreja humana.- Estoy teniendo mucho cuidado.

- No lo dudo, Jimin, pero Taehyung es tu mejor amigo. Deberías contarle que encontraste a tu alfa, es como si yo no le contara nada a BoGum. - Taemin intentaba por todos sus medios convencer a Jimin de hablar con Taehyung sobre Yoongi.

- Lo haré, solo... Dame tiempo. -Pidió Jimin, terminando de cortar las zanahorias para la cena de esa noche.

- ¿Tiempo? Ya le haz llevado a casa, ya han estado solos y juntos, dos veces... Ya tuviste tiempo. - Taemin replicó, no a modo de un regaño, ni exigencia, pero si con insistencia.

- Solo un poco más, ¿Sí? Anda eres mi hermanito, sé que puedo contar contigo. - Jimin soltó de manera melosa y cariñosa, porque sabía que eso le podía muchísimo a Taemin.

- No uses el hecho de que mi padre y tú madre estuvieron juntos antes de que conociera a tu padre como excusa para que no te delate. -Taemin dijo riendo, y Jimin soltó una risa por igual.

Era cierto. Años antes de que Taemin y Jimin nacieran, sus padres se habían conocido, habían salido, tubieron un amorío y después encontraron a sus almas gemelas. A pesar de sentirse atraídos el uno por el otro y tener una conexión envidiable, nunca resultaron como pareja. Cuando se separaron, a los pocos meses la madre de Jimin conoció a su padre y no hubo vuelta atrás, se enamoraron y tiempo después, la camada de Jimin llegó. El y otros dos hermanitos más nacieron de ese bonito amor entre su madre y su padre.

Y si... ¿Eso pasaba con Yoongi y con él? ¿Y si su destino era tener una conexión envidiable pero no funcionaban como pareja? Tal vez por eso aún sus celos no se sincronizaban, tal vez por eso sus aromas no se estaban mezclando cómo era debido.

No, no, eso nunca.

[ 🐾 ]

Y aunque Taemin tenía razón, Jimin no se detuvo en los absoluto. Él seguía encontrándose con Yoongi en el callejón, o invitándole a pasar tardes enteras en casa hasta que la hora de llegada de Taehyung se acercara. Porque para Jimin era importante pasar tiempo con Yoongi, y viceversa.

En la vida de Yoongi existían muchos altibajos, desde hacía años, pero hasta ahora, la constancia más bonita era Jimin. Ese pequeño gatito moteado de orejas puntiagudas y colita inquieta hacía que sus días fueran más llevaderos, y mentiría si dijera que no esperaba cada segundo con ansias para verle.

Escuchar ese maullido dulce característico al comienzo del callejón le hacía latir el corazón de manera rápida, y no importaba lo que estuviera haciendo, lo pausaba para poder encontrarse con su gatito tricolor. Jimin era su respiro de su atormentada realidad, le otorgaba paz y en definitiva, conciliar el sueño era grato a su lado.

Tal vez Jimin pensaba que Yoongi era un gato dormilón, que no prestaba atención realmente cuando estaba con él, no porque no quisiera, si no porque era un flojo. Pero era todo lo contrario. Se trataba de no dormir en la noche por cuidarse la espalda, y dormitar por el día cuando Jimin estaba cerca, porque Jimin era su lugar seguro, y Yoongi sabía que él era el lugar seguro de Jimin. Lo era y lo sería siempre.

- Hyung... - Jimin le llamo, y entonces, por más pesados que sintiera los párpados o por más cansado que estuviera, él despertaría, cuidaría de su gatito y atendería hasta su deseo más loco.