❝ 𝐈 𝑴𝑬𝑶𝑾 𝐲𝐨𝐮 ❞ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

ニ十九

Jimin aún estaba envuelto en su bata, Yoongi tenía sus pantalones de chándal puestos y ambos estaban recostados en el sofá de la sala de estar. Jimin estaba recostado encima del pecho de Yoongi, dibujando figuras sin forma en uno de sus pectorales, líneas curveadas, a veces corazones, a veces sus nombres.

En la televisión del frente se reproducía "Yo antes de ti" y Yoongi no era de ese tipo de híbrido que miraba películas, y mucho menos románticas, pero lo hacía por Jimin, por pasar tiempo con él y poder mimarlo. Sus manos le acariciaban la espalda y parte de las caderas, haciéndole ronronear de manera dulce.

— Onew me había dicho que la viera desde hace mucho tiempo, pero no me había animado a verla, ¿Es linda no? — Jimin dijo mientras miraba a Yoongi al girar su rostro.

— Lo es, pero no es más linda que tú. — Yoongi tocó la punta de su nariz con una sonrisa y Jimin ronroneo, moviendo su cola. Sus mejillas se sonrojaron de inmediato, avergonzado por lo que había dicho su alfa.

— Gigi... — Jimin desvío la mirada y entonces Yoongi lo abrazó aún más fuerte contra su cuerpo.

Entonces, el teléfono volvió a sonar. Jimin dió un pequeño salto exhaltado. ¿Taehyung? Él había dicho que irían a la granja de la familia de Jungkook y difícilmente tendrían señal ahí.

Jimin se levantó de encima de Yoongi, a pasos torpes y rápidos para buscar el teléfono en la mesa a un costado de la entrada. Acomodó su ropa en su cuerpo, atando mejor el nudo en su cintura. Cuido que sus pies no resbalaran, y una vez que estuvo cerca, tomó el teléfono para presionar el botón verde y atender la llamada.

— ¡Jiminnie! — Del otro lado de la línea Taemin le saludó emocionado. Jimin sonrió casi de inmediato, para menear la cola. Le gustaba mucho hablar con su mejor amigo.

— Hola, Minmin. — Al saludarlo, guió su andar mientras meneaba las caderas y su cola.

Yoongi se había sentado en el sofá y había pausado la película en la televisión, mirando el andar de su bonito Omega. Le gustaba centrar su mirada en la manera tan peculiar que tenía Jimin para caminar, como sus pies iban uno detrás del otro, su colita se meneaba al compás y por su mente pasaba la vaga idea de que sería un estupendo modelo, pero su alfa saltaba celoso porque no deseaba que nadie más pudiera admirar a Jimin de esa forma.

Cuando se giró para volver con él, Yoongi podía jurar que su Omega era un ángel. Sus caderas seguían yendo de un lado al otro, su colita seguía paseándose de un lado al otro, y con cada paso, la bata se abría para dejar ver sus muslos. Yoongi babeaba, babeaba por ese precioso angelito que caminaba hacía él.

— Nos ha ido bien, estamos bien.

Yoongi reaccionó cuando Jimin estaba justo de pie frente a él. Se colocó entre sus piernas y comenzó a acariciarle el cabello y las orejas peludas de color negro. Yoongi le abrazo la cintura y recostó su cabeza en su vientre, ronroneabdo por sus caricias y mimos, además del dulce aroma que tenía su vientre.

— Claro, yo le digo, Minmin. ¿O quieres saludarlo tu? — Jimin dijo con una sonrisa, y entonces Yoongi supo que hablaban de él.— Eso creí. — Jimin respondió con una sonrisa, entonces Yoongi restregó su rostro en su vientre una vez más, ronroneando y moviendo su cola peluda. Jimin volvió a pasear sus dedos por su cabello, incluso si sólo había comido una gomita de vitaminas para el cabello, su cabello era cedoso y suave.

Jimin terminó la llamada una vez que se despidieron, dejó el móvil en la mesa de noche justo detrás suyo al girarse de manera rápida. En cuanto volvió con Yoongi, sus manos volvieron a mimarlo, una y otra vez, sin dejar de sonreír. Su alfa le miró con una sonrisa al recargar su mentón en su vientre.