❝ 𝐈 𝑴𝑬𝑶𝑾 𝐲𝐨𝐮 ❞ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

三十七

— Jimin, Jimin despierta, Jimin reacciona. — Esa era la voz de Taehyung a lo lejos, Jimin podía escucharla.

Existen acontecimientos en la vida que parecen sacados de alguna novela de ficción o un libro Best seller. Este era uno de esos. Y no, no precisamente un gato refinado enamorado de un gato callejero.

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— Esta en el segundo consultorio. — Esa era la voz de una enfermera a pasos rápidos, hablándole al mejor veterinario de híbridos en todo Seúl, así lo pensaba Jimin.

De inmediato, Taehyung levantó la vista, solo para encontrarse con la imagen de Hoseok caminando a pasos rápidos por el pasillo continuo a la sala de espera en donde estaba sentado con Jungkook. Portaba su bata blanca impecable, su cabello castaño bien peinado y a pesar de ser una noche saturada en el hospital veterinario, esa sonrisa no faltaba.

— Yo me encargo, Tete. — Le dijo en cuanto sus miradas conectaron, pero él no detuvo sus pasos hasta pasar por el par de puertas corredizas que llevaban a la zona de urgencias.

Taehyung no lo diría con Jungkook presente, pero la voz de Hoseok diciendo aquello le hacía tener la certeza de que todo estría bien.

Volvió a acurrucarse en los brazos de Jungkook, aferrándose a él y cerrando los ojos, tratando de alejar cualquier mal pensamiento de su mente. Él solo deseaba ver a Jimin bien, y bueno, también deseaba que su destinado lo estuviera.

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Después de que Jungkook apareciera por la puerta, Jimin perdió el conocimiento rápidamente. Tahyung corrió a tomarlo en brazos y auxiliarlo, pero no importaba cuánto alcohol etílico le acercara a la nariz, Jimin no podía reaccionar del todo.

Sí, aún era una incógnita enorme para Taehyung que hacía su novio con la camisa ensangrentada, pero no hubo tiempo para preguntas. Jungkook tomó a Jimin en brazos y los tres salieron corriendo por la puerta para subirlo al auto y salir en dirección al hospital veterinario de híbridos, aquel mismo al que la ambulancia de emergencias había llevado a Yoongi tan solo instantes atrás.

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Eran las 19 horas con 11 minutos en la hora capital de Seúl y Jungkook conducía de manera algo agitada para poder llegar a la cita que tenía con su novio, su híbrido y el prospecto de su híbrido. “Yoongi” Jimin había dicho que ese era su nombre. 

La primera y única vez que Jungkook había visto a Yoongi había sido la noche de navidad. Jungkook se había despertado por una simple razón. Bueno, dos realmente. La primera: tenía demasiada sed y la segunda: tenía unas trendas ganas de ir al baño. Y mientras se tallaba los ojos de manera despreocupada y se levantaba semidesnudo de la cama de Taehyung, pensaba que era realmente curioso que tuviera unas tremendas ganas de ir al baño mientras su boca le pedía a gritos un vaso de agua, demasiado líquido en un lado y escasez en otro.

Jungkook se sentía ligeramente culpable cuando se quedaba a dormir en el departamento de su precioso novio, porque usualmente eso implicaba que Jimin durmiera fuera de la habitación de Taehyung y eso lo hacía sentir un tanto mal. Pero Jimin siempre negaba ese hecho decía que no le molestaba en lo absoluto y que podía hacerlo cuántas veces quisiera, después de todo, Taehyung no era su pareja, solo su alma gemela.

Así que esperaba que Jimin estuviese dormido en su habitación, pero para su sorpresa, estaba en su forma animal, encima de uno de los almohadones favoritos mientras ronroneaba de placer, y ello se debía a la comodidad que gozaba con un enorme pelaje grisaseo que lo rodeaba. Definitivamente ese no era Taemin.