|Epílogo|

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Whee-in se encontraba en mi pantalla, charlándome sobre lo que hizo y comió hoy, mientras ordenaba algunas cosas de su habitación. La pandemia nos había alejado totalmente, físicamente. Porque, sentimentalmente, ella seguía en mi corazón como hace once años.

La extrañaba, quería que viniera a mi casa y poder abrazarla por las noches, como antes siempre solíamos hacer. Toda mi tristeza se había amplificado al recibir una llamada de ella el día diecinueve de abril, a las doce de la noche, ella me cantó el Cumpleaños feliz, mientras yo no lograba llevar el peso de toda esta pena que me había producido no tenerla a mi lado.

Bueno, extrañaba a mis amigos. Sí, no nada más extrañaba a Jungkook, sino a todas las personas que me rodeaban. Extrañaba el amor incondicional de Jimin, los abrazados a diario de Jackson, las miradas tímidas de Yoongi. Extrañaba mi vida antes de la pandemia.

—En fin, ¿has hablado con Jungkook? —preguntó mi amiga a través de la llamada.

—Sí, bueno, algunas veces —hice una mueca—. Me envió un largo mensaje por mi cumpleaños. Fue lindo. Lloré aún más cuando lo vi entre mis notificaciones. 

—¿Qué decía? 

—Dijo que me quería, que a pesar de habernos conocido hace sólo casi un año, él sentía que me conocía de toda la vida —sonreí al recordar tan detalladamente su mensaje—. También dijo que siente que el tiempo vuela, y que se alegra porque ya haya cumplido diecisiete —resumí.

—Qué lindo gesto de su parte —dijo ella.

—También dijo que me debe el regalo, y que no sabe si se puede enviar botellas de alcohol por correo —reí un poco.

Whee-in rio conmigo.

—¿Y, cómo lo llevas? Debe ser duro... —lamentó ella, luego de que nuestras risas cesaran.

—No te voy a mentir diciéndote que ya me olvidé de él. Lo quiero como la primera vez que me di cuenta de aquel sentimiento —apreté mis labios—. Pero, estoy aprendiendo a seguir.

—Entiendo.

—Aunque, sigue respondiendo mis historias —suspiré—. Cada vez que subo un vídeo edit sobre mí, él me lo responde, diciendo que ama cómo edito, y cosas así. Pero, bueno, ya sabes, no planeo adentrarme más en las conversaciones que hemos tenido. Quiero olvidarlo poco a poco.

—Tienes razón —ella ordenaba algunos libros en sus muebles.

La noche había pasado. He pasado ya casi dos semanas sin poder dormir por las noches. Hay veces en las que duermo todo el día, y por las noches permanezco despierta, pensando, pensando, pensando...

La mayoría de esas madrugadas me dormí entre lágrimas, visualizando a Jungkook en mi mente, preguntándome una y otra vez si estuvo bien lo que hice. Si estuvo bien no haberme confesado. ¿Él me hubiera correspondido? ¿Cómo hubiera reaccionado? ¿Debí haberlo besado? ¿Debí hacer algo más antes de irme?

Ya nada importaba. El tiempo había pasado y nunca besé a Jungkook. Nunca me confesé. No fui valiente, porque simplemente nunca lo he sido.

Como cada mañana sin haber dormido, la luz entraba por las esquinas de mis oscuras cortinas. No tenía sueño, pero debía dormir, o si no despertaría a las seis de la tarde. Dormirse a las ocho de la mañana no siempre es la opción más saludable. 

Cuando dejé mi móvil en la mesita de noche, me acurruqué entre las sábanas. Hacía frío, amaba el frío, pero no cuando estoy sola. Me gusta el frío cuando estoy con Whee-in y puedo abrazarla.

Cuando mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente, los abrí con grandeza. Hace muchos días estaba pensando seriamente en escribir un nuevo libro, pero ninguna de mis ideas me llenaba tanto como para llevarla a cabo. Hasta hoy, cuando Jungkook se iluminó en mis pensamientos como cada día, como cada minuto de mi jodido año.

¿Y si escribía de él? ¿Sería demasiado? ¿Hasta dónde había llegado mi amor por él? ¿Estaba loca? Sí, me estaba volviendo loca. Sin embargo, Whee-in siempre ha dicho que mi vida es tan dramática como un libro. ¿Debía transformar mi vida en un libro? ¿Me atrevería a hacer eso?

Sin pensarlo un poco más, tomé mi móvil y empecé a grabarle un audio a Whee-in.

—Whee-in, ya sé cuál será mi próxima historia —tragué saliva, impaciente—. Se titulará "Omegle", y será sobre él. Contaré mi propia historia. Mañana comenzaré a escribirla.

Envié el audio y me recosté nuevamente, suspiré y sonreí un poco. Me sentía triste, pero escribir una historia completa en torno a él, después de todo, no me parecía tan mala idea. Necesitaba escribir mis sentimientos. Implantar todas mis emociones.

Necesitaba escribir cómo Jungkook se había vuelto en mi perdición, y cómo yo siempre sería su escapatoria, a la cual él siempre volvería, una y otra vez. Necesitaba escribir cómo el destino nos había unido por medio de Omegle.





•••





Por altas horas de la tarde, había despertado. Me duché y fui rápidamente a mi habitación, me recosté por lo largo de mi cama, estando de estómago abajo. Puse una canción de «Jessie Ware, Say you love me». 

Entonces, ahí, preparada, lista para mostrarle al mundo mi historia de amor imposible, comencé teclear en la computadora, leyendo al mismo tiempo:

«Y ahí me encontraba yo, deslizando mis más que inexpertos y sumisos dedos por el pene de mi mejor amigo, Kim Tae Hyung. Satisfaciendo sus necesidades con placenteros movimientos del nombrado vaivén que lograba hacer mi mano al masturbar su miembro...»

Y así, fue el comienzo de... «Omegle». La historia de mi amor imposible.

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Gracias por haber leído una parte de mí 🥀

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Omegle | JJK  [+16][✔] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora