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|Cap ₄|¿No quieres conocerme?

Como tantas veces ya me había pasado al pensar en él, mi corazón saltaba dentro de mi pesado pecho, el cual ya no soportaba más emociones en un solo día.

¿Por qué me hablas después de dos semanas?

La última vez que hablamos ni si quiera se dignó a responder mi corto mensaje, y ahora volvía respondiendo una reciente foto subida a mi historia de instagram, como si nada hubiera pasado. Como si no me hubiera dejado más triste de lo que me encontraba.

Genial, ahora no sufría nada más por Tae Hyung, pues ahora Jungkook había abierto la puerta de mi corazón, diciendo; Ya llegué. Seré la nueva causa de tus lágrimas, chica. Mientras guiña su perfecto ojo.

¿Qué debía hacer? ¿Debía responderle el mensaje? ¿Qué exactamente se responde cuando un chico te escribe "Hermosa" con un puto corazón al último?

La respuesta parece simple, pero, créanme, para mí no lo es.

Y con la rabia, tristeza y emoción que sentía en el momento, le di un puñetazo a la barra de la cocina, junto a un grito.

Tampoco podía mentir. Justo ahora la felicidad sobresalía por todo mi cuerpo. El chico más hermoso del planeta me había vuelto a hablar y no podía quejarme, sino aprovechar. Antes de hacer cualquier otro movimiento, respiré hondo, pues debía encontrarme dispuesta y preparada para lo que próximamente le respondería.

¿Qué le responderé?

Tomé nuevamente el móvil entre mis manos, para así entrar a su chat y comenzar a hablar, otra vez.

Chat

—Gracias 👉👈

—¿Cómo estás?

—Bien. ¿Y tú?

—He estado bien.
¿Cómo estuvo tu día?

—Creo que bien.
¿Y el tuyo?

—Súper. Aunque no he
tenido certámenes.

—Creí que no volverías
a hablarme.

—Esa es una parte de
hablar conmigo. Tienes
que saber que de vez
en cuando desaparezco.

—¿Desapareces?
¿Te secuestran o algo así?

—De vez en cuando me
alejo de las redes sociales.

—Entiendo. Entonces
cuando me dejes de
hablar, ¿debo pensar
en ello?

—Exacto. Por cierto,
te veías muy linda
en la foto.

—En belleza tú me ganas.

Fin Chat

Luego de enviar aquel mensaje, lo único que hice fue correr escaleras arriba hasta llegar a mi habitación, junto a una sonrisa en todo el rostro. Parecía una pequeña de diez años, no una de dieciséis emocionada porque su amado le ha dicho un piropo.

Me tiré a la cama y comencé a reír de la felicidad. Después de todo encontrar a Jungkook esa madrugada no fue nada más coincidencia, sino que tal vez sí sería el destino quien nos había unido. Tal vez en verdad Jungkook se fijaría en alguien como yo, aunque siempre pensé que estas cosas sólo pasaban en las películas de Disney, ahora me estaba pasando a mí. Una chica ingenua, no tan atractiva y poco inteligente. Al fin y al cabo los príncipes sí existían y los buenos corazones aún viven en esta tierra.