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|Cap ₁₈|Pero, te quiero.

Lean la siguiente explicación antes de leer, por favor <3

-Explicación: En este capítulo doy referencias sobre las simultaneas marchas que se dieron acá en mi país; Chile, en el mes de octubre [2019]. Dentro de la lectura, no daré a conocer el propósito de la lucha por la que pasaron millones de chilenos el año pasado, —incluyéndome—.  Ya que no quiero adentrarme en el tema.

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Se acabó. Tuve una pequeña discusión con Hoseok y nos dejamos de hablar. Se acabó. Todo se acabó. Así de la nada. Sin más.

PA-RA SI-EM-PRE.

Ya deja el dramatismo, chica. Aburres.

¿Tú no te habías cambiado de cabeza?

Sí, bueno, eso no va a suceder. Sigue narrando, humíllate un poquito más.

Lo tomaré, pero me ofende muchísimo.

Sí, como sea. Narra. Esto está mejor que la Rosa de Guadalupe.

Aquí voy...

La discusión fue tan estúpida, que llegó al punto de haberme olvidado de la razón por la que habíamos peleado.

En verdad soy distraída. DEMASIADO distraída.

¿Cómo puedo olvidar la razón por la que peleamos? Mejor dicho; ¿fue una pelea? ¿En verdad lo fue?

Bueno, cuando me di cuenta de que había olvidado la razón de la discusión, fue el momento exacto en el que me había percatado sobre mi notable desinterés respecto a nosotros dos. Quiero decir... Si en vez de Hoseok, hubiera discutido Jungkook, ¿me hubiera olvidado de la causa?

Y, la respuesta se proyectó con rapidez en mi mente: No, no lo hubiera olvidado, porque me encontraba estúpidamente enamorada de Jungkook.

Y, debía pensar con la verdad. Hoseok me gustó, pero no lo suficiente como para sacar a Jeon de mi cabeza. Y, sé que está mal sacar un clavo con otro clavo, pero lamentablemente, eso intenté hacer, sin embargo, no funcionó en absoluto.

Con Hoseok dejamos de hablar hace dos días. Dos días en los que estuve charlando con Jungkook.

Por la mañana.

Por la tarde.

Por la noche.

Por la madrugada.

Bueno, ya había aceptado quererlo. Lo quería, me gustaba, lo adoraba. Él me fascinaba con todas las letras incluidas. Pero... tampoco es algo que se pueda confesar así por así...

Aunque él viva repitiendo lo hermosa, divertida e inteligente que puedo llegar a ser —ante sus ojos, claro—, no puedo confesarle mis sentimientos. No es que piense que esté mal, sólo es... tal vez... miedo.

Miedo al maldito rechazo.

Miedo a quedar en la zona de amigos.

Miedo a perderlo.

Miedo a que me rompa el corazón.

Y, no, no quiero pasar por eso de nuevo. Definitivamente no.

Entonces... tal vez nunca le confesaría mis sentimientos, por el bien de mi salud mental, creo. Llevo demasiados capítulos sin saber qué hacer, pero es toda la verdad. En este punto de mi vida, no sé qué hacer.