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|Cap ₂₂|El comienzo de un ardiente verano.

Antes de leer, quiero aclarar unas cositas. Como saben y ya les he dicho bastante, esta historia está igualmente ambientada en mi país: Chile. Sólo aviso, ya que aquí las estaciones son distintas a Corea del Sur, obviamente. Aquí el verano es entre Diciembre, Enero y Febrero. Ah, y aunque sea verano sigue lloviendo, aunque son lluvias más tropicales.

Aclarando ese punto, pueden empezar a leer el capítulo 🤝🏻❤
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El verano estaba llegando, mi semestre escolar había llegado a su fin y tras ello había aprobado todas mis clases y... Y Jungkook ahora había iniciado una relación con una chica, la misma chica de la última vez.

«Está bien. No duele», me dije a mí misma al encontrarme con insomnio, un sin fin de pensamientos y al borde del colapso mental. No entendía cómo una sola persona podía llegar a provocarme tantas cosas en tan poco tiempo. Quería ser fuerte y no destruirme por estupideces de la vida, pero simplemente se me hacía difícil.

Estas últimas semanas han sido difíciles...

A la llegada de año nuevo, me recosté a lo largo de mi cama, esperando las doce en punto. Con mis ojos hinchados, seguí brotando lágrimas de los mismos, con un sentimiento amargo y nostálgico, recordando todas las mierdas de este 2019. La mayor parte del tiempo había llorado.

Cuando el reloj cambió de «31 de Diciembre de 2019, 11:59» a «01 de Enero de 2020, 00:00», una que otras lágrimas más bajaron por mis mejillas, y me dije a mí misma en un susurro:

—Vaya año de mierda... —pasé las mangas de mi blusa por mis mejillas.

Lo bueno, es que este verano trabajaría en una feria de juegos junto a Whee-in. Jamás hemos trabajado, y me encontraba un poco nerviosa por ese hecho, puesto que puedo llegar a ser bastante tonta cuando no me doy cuenta. El solo hecho de imaginarme interactuando con clientes, me causa ansiedad.

Pero bueno, así tendrá que ser.

Y, bueno, el lado aún más bueno es que estaré todo el verano sin mis padres, pues Whee-in y yo nos quedaríamos en casa de su abuelita, ya que queda cerca de la feria de juegos y no tendríamos que viajar todos los días. El lugar es turístico y llamativo durante el verano, sobre todo por la extensa playa y los juegos acuáticos.

En fin, ya hace cuatro semanas habíamos empezado a trabajar en aquel lugar. Había perdido mi miedo para hablar con clientes, y lo sentía un progreso personal, pues me ayudaría en futuros trabajos.

Sólo he sabido de la existencia de Jungkook gracias a las fotos que suele subir en su cuenta de Instagram, claro, con su novia. Me gustaría decir que la odio por estar con la persona que quiero, pero no, creo que es una chica linda. Es tierna y al parecer su relación con Jeon es... Es sana.

—Tuviste dieciséis puntos, puedes elegir un peluche de esta sección —le indiqué al niño.

—Mhm... —el pequeño hizo como si afilara su barbilla—. Quiero la tortuga de ahí —señaló la misma.

—¿Sí? —saqué la misma de su lugar—. Ten, pequeño —esbocé una sonrisa, mirándolo con ternura.

—Gracias, señora —se fue junto a su peluche.

—Señora... —repetí en un mascullo, junto a una mueca—. ¿Me veo vieja? —le pregunté a Whee-in, quien terminaba de atender a otro cliente.

—Mhm... —me observó el rostro—. Tienes la cara de un bebé, ___ —rio, acercándose a mí—. Con esas mejillas y esa sonrisita, engañarías a cualquiera.