Esperó a que el otro se acercara y comenzara una conversación para dignarse a mirarlo. Harry sabía que él estaba allí, que lo había seguido y que posiblemente, tenía la esperanza de conocerlo a raíz de una conversación en la terraza.
Una parte de él se sentía complacida, no iba a negar que se había ido con la esperanza de ver si Louis se preocupaba por buscarlo. Y lo había hecho. El ego y orgullo del rizado crecieron un poco al escuchar tímidos y suaves pasos por detrás, pero también apareció otro sentimiento. ¿Nervios? Por dios. No podía sentirse nervioso ante la presencia de una persona a la que a penas conocía y que además era un chico. Seguramente el sentimiento se debía a que el muchacho lo había pescado en situaciones especialmente vergonzosas y no muy convenientes para su reputación.
Lo oyó tomar aire y poco después divisó su silueta por el rabillo del ojo. El ojiazul había caminado hacia él deteniéndose a su lado, mirando al mismo punto en la nada que Harry. No había articulado palabra alguna, tal vez era mejor así. Esa voz, su voz, producía escalofríos en el cuerpo del muchacho.
Harry se acomodó el pelo algo nervioso, intentado llenar con movimientos el vació que producían las palabras. Al mismo tiempo su compañero se acomodó el buzo gris claro que llevaba puesto, y como consecuencia el ojiverde no pudo evitar dirigirle una mirada rápida. Acto seguido Louis sonrió.
-Hola Harry- le dijo con el dulce canto que emitía su voz.
-Hola- respondió él-. Hola... hola de nuevo, Louis- agregó al darse cuenta de que había sonado muy cortante y que probablemente comportándose así provocaría que el otro se alejase.
Ambos miraban hacia más allá de la terraza, simplemente sintiendo la presencia del otro. Harry se sentía extraño a su lado, cálido. Quizá seguro. Nunca habían estado completamente solos hasta ahora, siempre había un tercero estorbando, por lo que era raro que se hallen solo los dos: juntos.
-¿Vienes seguido por acá?- le preguntó el ojiazul.
-No, no mucho- dijo-. En realidad solo subí para huir de la furia de Gemma.
"Y para comprobar si vendrías a buscarme"
Alejó rápidamente ese pensamiento de su cabeza, tal vez Louis podía leer mentes.
-Fuiste malo allá abajo.
La forma en que lo dijo fue demasiado. Harry no pudo seguir evitando su mirada tras escuchar esa frase. El ojiazul se había escuchado tan tierno y a su vez infantil, como si se tratara de un niño al que le decían que no debía decir malas palabras, porque era de malas personas. Solo faltaba que Louis hiciera un puchero y entonces creería que el espíritu maligno de un infante había poseído su cuerpo.
-¿Ah, si?- contestó algo desafiante, haciendo encontrar los ojos verdes con esos intensos azules.
-Sí, pero no me malentiendas, fue divertido. Creo que me agradas, Harry Styles- le dijo él, sonriendo de forma que sus ojos se achinaban.
Harry quedó boquiabierto por un instante pero rápidamente se recuperó y frunció el ceño.
-¿Cómo podrías saberlo? No me conoces- le espetó.
Louis se encogió de hombros.
-Es verdad, no mucho. Solo te vi... no sé ¿dos veces?
-Tres.
-¿Cómo?
El rizado no contestó inmediatamente. Nuevamente aparecía Louis con su capacidad de exponerse y dejarse en ridículo todo el tiempo, no entendía como era que siempre terminaba diciendo todo lo que no quería en presencia del muchacho.
ESTÁS LEYENDO
Catorce Días (Larry Stylinson)
Romance[COMPLETO] Harry odia las reuniones familiares. Pretender que es divertido escuchar como su madre habla de sus novias o como sus abuelos discuten sobre política lo agobia. Pero un día apareció un plato más. Un chico nuevo en la mesa. De repente las...