Capítulo Quince

4.9K 539 185
                                    

Al parecer simplemente dos días en los que el ojiazul había estado presente en el almuerzo de la familia de Harry habían sido suficientes para hacerlo olvidar la tortura que estos representaban para el muchacho si es que Louis no se encontraba allí. Y él no estaba. No había venido esta vez.

Mary dijo que lo había invitado de nuevo y que el chico había aceptado, que incluso parecía feliz al recibir la invitación y un poco emocionado. Que esta vez no dio vueltas ni intentó negar la propuesta de forma educada, como en la llamada anterior. Claramente algo le había sucedido, pero a nadie parecía importarle verdaderamente. Nadie excepto Harry.

El rizado estaba más malhumorado que nunca y no había articulado ni una palabra luego de que le dijeran que al parecer, Louis no iría ese día. Y para empeorar aún las cosas, Marco y su familia si estaban allí esta vez. Parecía apropósito. Ante los ojos de Harry sus primos se habían multiplicado por cinco desde la última vez que los vio y sus gritos sonaban el doble de fuerte. Su cabeza estaba por explotar, estaba aturdido (aunque no había salido la noche anterior porque no quería aparecerse tan desaliñado y cansado ante los ojos de Louis).

Todos reían y comían el pollo a la naranja que su abuela había cocinado, pero él no probaba bocado. La posición en la que se encontraba Harry se asimilaba muchísimo a la de un niño pequeño al que no le regalaron caramelos. Estaba excesivamente recostado en la silla, con las piernas abiertas y los brazos cruzados fuertemente, tenía sus ojos clavados en un punto fijo debajo de la mesa e inconscientemente su boca había formado un puchero. No prestaba atención a nada de lo que sucedía a su alrededor, solamente conseguía identificar un conjunto considerablemente molesto de voces. A pesar de que ahora el muchacho salía y estaba acostumbrado al murmullo, lo seguía odiando y le impedía concentrarse.

No paraba de pensar en qué le había pasado a Louis para que no pudiera venir, ni siquiera avisar. Posiblemente había olvidado que tenía que trabajar o algo así y no le dio tiempo de mandar un mensaje.

"Quizá lo chocó un camión en el camino hacia aquí y ahora están recogiendo sus trocitos delicados de piel bonita de la calle" dijo una voz en su interior. Rápidamente sacudió la cabeza para alejar el pensamiento. "No seas tan negativo por una vez en la vida, Styles"

No estaba muy seguro de porqué, pero necesitaba saber urgentemente dónde se encontraba Louis. Saber que estaba bien, sano y salvo. Era bastante tonto que se preocupara tanto por alguien que apenas conocía, pero en ese momento no se pondría a analizar las raíces de la situación. De repente, una idea se le vino a la cabeza.

-¿Dónde vas?- preguntó uno de sus tantos primos en el momento que Harry se levantó bruscamente de la mesa, para ser honestos, él no tenía ni idea de cómo se llamaba.

-Necesito tomar un poco de aire. Voy afuera- le contestó.

-Mejor vuelve sin esa nube de humo que te rodea y esa cara que asusta porque te acusaré de acoso infantil- dijo Marco, probablemente sin tener idea de lo que acoso en realidad significaba.

-Ya veo...

-No seas tonto Marco- intervino Gemma en voz baja desde el otro lado de la mesa-. Harry no volverá, va a buscar a su príncipe azul. Y cuando digo azul me refiero literalmente a...

-Métete en tus asuntos, te recuerdo que tienes que mejorar tus problemas de autoestima- la interrumpió el rizado dirigiendose a la puerta. Antes de desaparecer por completo de vista le levantó el dedo del medio a su hermana y ella le contestó con una sonrisa irónica.

Salió de la casa rápidamente. Hacía un clima bastante fresco, y el viento que corría despeinándole completamente, haciendo que se le metan en los ojos. Harry sabía perfectamente donde iba, esperaba que Louis se encontrara allí.

Tras caminar alrededor de veinte minutos (lo que era algo extraordinario hablando de Harry, el odiaba caminar) por fin se encontró con la fachada de la conocida panadería. Deseaba entrar ya, había comenzado a lloviznar y se estaba congelando, pero antes debía asegurarse de que no se viera tan mal como sospechaba. Cogió el celular y entró a la cámara, ignorando los catorce mensajes y tres llamadas que tenía de Niall, se ponía muy pesado a veces. Acomodó un poco su cabello, sin lograr convencerse del todo.

Podría quedarse una media hora más intentando lucir verdaderamente presentable, pero no tenía intenciones de morir congelado. 

Lentamente ingresó en el local, escuchando el sonido que hacía la campana cada vez que la puerta se abría. El calor y sensación de hogar del local lo invadieron de forma inmediata, haciéndolo sentir repentinamente bien.

Delante de sí, se encontraba una tierna imagen de Louis en un delantal a rayas, cachetes colorados por el calor y manos llenas de harina que intentaban acomodar dinero en la caja registradora.

-

muy corto really sorry, es que es día de semana y con la escuela no tengo mucho tiempo. actualizo pronto, promise :)

Catorce Días (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora