Capitulo 7.

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—¡Hola Sev! —saludó Harry en cuanto vio al que en algún momento le hizo la vida imposible acercarse a ellos.

Severus detuvo su caminata de forma abrupta apenas escuchó el sobrenombre salir de los labios ajenos, cerrando sus ojos con fuerza en un intento por encontrar razones suficientes para no asesinar cruelmente al chico frente a él. Pasando así por lo menos unos segundos antes de que finalmente abriera los ojos y con una profunda respiración encarará al pequeño demonio.

—Dime por favor que no has dicho aquello —rogó, aún lo suficientemente avergonzado como para simplemente ignorarlo.

—No se a que te refieres Sev —Harry se encogió de hombros mientras colocaba en su rostro su mejor sonrisa inocente.

Lily, quien se encontraba a su lado comenzó a reír con fuerza ante aquella pequeña interacción. Claramente divertida ante la vergüenza de su mejor amigo.

—¿Por qué tan molesto Sev? —pregunto está fingiendo confusión y uniéndose a las burlas.

—Oh por Merlin, ¿pueden recordarme porque soy amigo de ustedes? —pidió terminando de acercarse y tomando lugar frente a ellos.

—Porque somos adorables —menciono el Potter mientras comía su barra de chocolate.

—Exacto, James dice que es inevitable. Somos fáciles de querer —concordó la pelirroja comiendo de su propia barra de chocolate.

—Oh, hablando de eso, tú hermano y su grupo de amigos hizo una broma esta mañana en la sala común, bombas de pintura que cayeron sobre al menos la mitad de personas que estaban allí —comentó el Slytherin mayor recordando el momento sin poder evitar reír un poco—. A Bellatrix y Lucius les tocó la peor parte, también le cayó un poco a Regulus.

Harry sonrió ante la diversión del mayor. Severus estaba lejos de odiar a los merodeadores ya que le solían divertir sus bromas (mientras no acabarán en él) y mucho más lejos de ser un mortifago algún día.
Así que si, grandes avances, incluso ya podía verlo participando en alguna broma.

—Tuve suerte de despertar tarde entonces —meditó el azabache, ser hermano de James no lo salvaba de las bromas la mayor parte del tiempo, lo cual podía llegar a ser una tortura—. Solo lo lamento por Regulus —termino diciendo, imaginarse al chico con pintura en tonos chillones no era algo sencillo de hacer, pero lo que si podía imaginarse era lo indignado que se debió haber sentido luego de aquello.

—Ustedes son muy amigos, ¿no? —pregunto Severus casualmente, feliz de que su comentario le ayudara a llegar a donde quería.

—Si, nos llevamos bien —respondió distraídamente, no prestando demasiada atención a su extraña sonrisa.

—Te entiendo, Regulus suele ser interesante, también es muy apuesto, ¿no? —siguió Severus con voz desinteresada, aprovechando la distracción de Harry.

A su lado Lily captó rápidamente a dónde quería llegar, por lo que centró inmediatamente toda su atención en el menor de los Potter.

—Supongo, es decir, es un Black —dijo el menor comenzando a abrir una nueva barra de chocolate—. Ya saben, tienen esa belleza natural y aristocrática que te hace babear —explico mientras comenzaba a comer la barra, sin percatarse en ningún momento de las miradas puestas en él.

Severus sonrió intentando no ser demasiado obvio, aquellos datos les servían bastante, Narcissa estaría contenta sin duda, estaban avanzando demasiado rápido en su investigación.

A su lado Lily abrió un poco la boca con sorpresa. Genial, ella había creído que Harry se quedaría con Altair en algún momento, por lo que tal vez sería mejor cambiar su lado en la apuesta que mantenía con los merodeadores.

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