Capitulo 13.

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Regulus puede decir que la poca tranquilidad que antes podían conseguir en su habitación, se había reducido a ser algo casi nulo.

Cuando estaban en primer año e incluso segundo Altair era el único que se atrevía a entrar a la habitación como si fuera suya. Ahora todos lo hacían.

Eso se vuelve más obvio cuando la puerta de la habitación es abierta de forma abrupta un día cualquiera por la tarde. Alertando a ambos miembros de esta, uno de ellos molesto por la interrupción, mientras que el otro, que sabía que lo que sucedía, no sentía más que nervios por lo que significaba.

—¿Cómo es que tienes la contraseña? —pregunta Regulus mirando sospechosamente a Harry. Ambos se encontraban en la cama del primero, donde habían estado conversando hasta segundos atrás.

—Escucha Regulus, te robare a Harry un minuto, luego de eso es todo tuyo —explicó Draco brevemente. Sin siquiera tomarse tiempo en molestar a Regulus de alguna manera, solo tomando el brazo de Harry y arrastrándolo hacia su propia habitación.

—¿Y bien? — Preguntó Harry una vez Draco cerró la puerta tras ellos, intentando impacientarlo y de alguna manera calmar sus nervios.

—No te hagas el gracioso conmigo —le golpeó suavemente en el brazo—. Necesito saber si tú también lo sentiste.

Harry tomó asiento en su cama, poniéndose cómodo antes de dirigirle la misma mirada que estaba recibiendo en ese momento de su parte, dándole una respuesta incluso antes de abrir la boca. Cuando Draco se sienta a su lado ambos juntan sus costados de forma instantánea.

Por un momento se queda callado, solo mirando su perfil, apreciándolo.

Este era su Draco, aquel con el cual había compartido tanto en su vida pasada. Tantos planes, momentos, recuerdos que intento olvidar. Pero a la vez se sentía tan lejano a todo lo que era, nunca sería el mismo Draco que conoció no tendrían lo mismo que tuvieron antes.

Lo mismo pasaría con sus amigos. Nunca serían los mismos.

Harry no sabe si está listo para sentir aquella lejanía con ellos también.

—Yo también lo sentí —confirmo—. Están cerca —y con ello una pequeña bomba pareció ser sembrada, en la espera de explotar.

—¿Quienes crees que sean?

—¿Cuantos crees que sean? —preguntó Harry a la vez antes de sonreír débilmente, experimentando el mismo dolor que el primero.

Saber que su pasado estaba volviendo le generaba una mezcla entre felicidad y dolor. Dolía mucho. Tener a Draco a su lado dolía por el recuerdo de cómo lo perdió.

—No lo se, solo se que todos somos una pieza clave, algo sobre unión y ese tipo de mierdas —respondió.

—Me da miedo verlos de nuevo —murmuro Harry luego de un par de minutos de vacilación, sus verdes ojos siendo cubiertos por una bruma de inseguridad que tocó el corazón de Draco de forma rápida, el contrario conocía esa mirada. Merlín, él conocía a Harry como la palma de su mano—. Me torture tanto con la idea de haberlos perdido a todos, y saber que tendré la oportunidad de tenerlos de nuevo aquí... no quiero perderlos Draco, no quiero perderlos de nuevo.

Draco entrecerró los ojos antes de acercarse de forma decidida, saber que Harry cargaba con el peso de todas sus muertes era horrible, él chico no merecía cargar con toda esa culpa, creer que se lo merecía.

—Escúchame bien Harry James Potter —dijo casi haciendo temblar al ojiverde, hacia tiempo que no le llamaban así, toda una vida—. Si quieres tener esta conversación, esta bien, la tendremos. Pero eso será cuando el resto esté aquí y pueda dar su opinión sobre el tema —Harry sonríe aceptando antes de ser jalado por Draco, haciendo que quede recargado contra su pecho en un abrazo, un abrazo que prometía seguridad, que prometía tantas cosas y a la vez solo una.

Vuelta atrás. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora