Capitulo 10.

8.4K 1.1K 134
                                    

Al llegarse el momento adecuado Harry se aseguro de tomar todo lo necesario para esa noche. Noche sumamente importante ya que por fin Remus le permitiría acompañarlo a plena luna llena. Siendo que los meses anteriores evitó aquello, alegando que no estaba listo para dar ese tan peligroso paso, incluso si había estado bebiendo algunas pociones hechas por Harry y practicado los ejercicios que este le enseño. Sin embargo el año estaba por terminar, y Harry en ningún momento dejó de molestar con aquello, por lo que esa noche sería la elegida para tan esperando día.

Incluso si Remus desearía noquearlo para que lo olvidara por completo.

El pequeño Potter sabía que no necesitaría demasiadas cosas, la mayor parte ya la avían hecho, lo único necesario ahora sería una buena alimentación, meditaciones y ese tipo de cosas que realmente no ocupaban mucha ciencia, por lo que solo alistó algunos suministros de comida y bebidas que pudieran necesitar al terminar la noche.

Una vez terminó con aquello lo guardo bajo su cama, esperando Remus no se arrepintiera porque de ser así tendría que recurrir al plan B, el cual si era un poco más peligroso.

Y qué decir, quizá también más divertido.

________________________

— Hola gran A, pequeño A y Emy —saludo Harry una vez llegó a la sala común, donde sus amigos lo estaban esperando como todas las mañanas.

Vaya que habían creado una buena rutina.

—Sabes que odiamos que nos llames así —se quejó Emory golpeando su cabeza suavemente a modo de saludo. Justo antes de que el grupo de amigos comenzará a caminar hacia el gran comedor, donde el desayuno ya debería haber comenzado.

No eran las serpientes más puntuales del mundo, si tenían que admitirlo.

—Ni siquiera diré nada —murmuro Altair. Realmente no había dormido muy bien esos últimos días y no tenía ánimos siquiera para quejarse sobre el tonto apodo que Harry usaba con él. Por otro lado, ya debería estar acostumbrado a estos. Harry era una pequeña mierda molesta cuando se lo proponía.

Mientras caminaban entre platicas por los solitarios pasillos Altair por un momento se preguntó hasta cuándo seguiría así. Sufriendo de alguna forma al estar enamorado, o sentirse atraído, o lo que fuera que estuviera sucediéndole con uno de sus amigos. Demasiado mortificado con la situación que lo sobrellevaba cada vez más pero sin poder hacer nada al respecto. ¿Por que tenía tan pésima suerte?

—Vamos Emory, a Aedus le gusta que le llame así —continuo Harry, sin poder evitar molestar aún más.

—No, no me gusta —el chico lo miró como si hubiera enloquecido.

—Ustedes son tan crueles conmigo —se quejó mientras entraban al gran comedor— Hola Narcissa, Reg y Sevi —saludo sentándose entre Narcissa y Regulus, y besando la mano de la primera en modo de saludo.

—No me llames Sevi —hablo el pelinegro mayor con el entrecejo fruncido, odiaba que tanto Lily como él insistieran en llamarle por ese ridículo apodo. En ocasiones no entendía como ambos chicos podían ser tan parecidos.

—¿Por qué nadie aprecia mi amor y cariño? —dramatizó el ojiverde dejando caer su cabeza sobre la mesa. A sabiendas de que estaba acabando con la paciencia de sus amigos.

—Está en sus días déjalo —resto importancia Altair al notar como Regulus le miraba fijamente sin saber qué hacer.

Sin embargo el chico realmente era un poco ingenuo respecto a Harry, y parecía bastante dispuesto a cometer error tras error con el.

—A mi me puedes decir Reg —concedió Regulus mirando su desayuno como si fuera lo más interesante del mundo, intentando no arrepentirse de sus palabras demasiado rápido.

Vuelta atrás. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora