Pelea

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Fueron días bastante raros, en los cuales tanto Akaashi como Bokuto no se hablaron por distintas razones. Uno por todos los nuevos sentimientos que empezaba a experimentar y que le sofocaban por la intensidad de estos, mientras que otro por frustración de saber que él otro no confiaba lo suficiente él, siendo que lo quería tanto y prometió siempre estar a su lado. Les hacía pensar que se habían prometido tantas cosas siendo que solo llevaban unos meses saliendo. ¿Quizás esa relación estaba yendo muy rápido, o tal vez tan lento que ni siquiera se podían dar la cara para poder disculparse como las personas adultas que decían ser? En el momento que ambos empezaron a preguntarse eso supieron que algo estaba mal. Que algo debía ser arreglado, pero... ¿Quién daría el primer paso?

Una vez los días faltantes acabaron, y Bokuto ya estaba en condiciones de volver a jugar, las cosas no volvieron a la normalidad, solo que la tensión entre ellos era menor por el hecho de que el mayor volvía a ser igual de energético y risueño que antes. Eso tranquilizaba al equipo y a Akaashi, pero no quitaba de en medio el elefante en la habitación que todos podían ver claramente. A la hora de jugar no dejaron que sus problemas como pareja afectarán el partido, pues los dos se tomaban el deporte en serio y desde el principio de la relación dijeron que nada debería interrumpir sus desarrollos como jugadores. Los pases del pelinegro eran iguales que siempre, y los remates del de pelo grisáceo parecían tener aún más potencia por todos los sentimientos que deseaba dejar en la pelota y quedarse vacío de ellos. Deseaba no estar sintiendo tanto. En algún momento, Bokuto empezó a mirar más a su novio, el cual le ignoraba de tal manera que él hizo. La miraba que le dirigía era una de pésame y arrepentimiento.

Ninguno de los dos soportaba ese estado de desconocimiento del otro, así que pensaron en los mismo y se acercaron. Se llamaron al unísono, diciendo el nombre del contrario con seriedad, haciendo que el pobre Komi se tensara y se fuera lejos, fingiendo que era llamado. Sabían que tenían miradas sobre ellos, por lo que fueron afuera, a la sombra de un gran árbol.

- Lo siento. Por todo lo que ha pasado en estas semanas y por mi actitud.

Dijo Bokuto, seguido de una pequeña disculpa por no hablarle y se excuso mayormente en su tobillo, centrando su discurso en eso. Akaashi no le creyó ninguna palabra, pues sabía que sus motivos eran más profundos que esos. Le molestó mucho que no fuera sincero, pero no dijo nada, y se mantuvo callado, escuchando el parloteo nervioso del otro. A pesar de estar enojado de la actitud del otro, acepto de todas formas sus disculpas y volvieron al gimnasio. No quería seguir discutiendo de eso. Solo quería que todo estuviera tranquilo. Y cuando el otro estuviera dispuesto a hablar con él, le escucharía.

Pero los días pasaban, y después una semana completa paso. Sin explicaciones, ni intentos de una.

Akaashi quería mucho a Bokuto, pero ese cariño no era igual a su paciencia, y había esperado mucho, desde el inicio de su lesión para que se acercara a ÉL. Pero nada, absolutamente nada. Le frustraba que actuará como si nada hubiera pasado, y, sobre todo, se sentía un mal novio por no tener su confianza, sintiendo que había hecho algo mal, o que le había fallado en algún momento, y el pensamiento de poder haberle fallado en algún momento era peor. "Nada de eso era tu culpa" pensaba, pero, "tal vez si desde un principio le hubiera insistido más para hablar todo sería distintas" eran más frecuentes.

Pero pensar en los "tal vez" era tan destructivo como las acciones no hechas.

Tantas cosas iban de un lado para otro en su mente, que no se dio cuenta de que Bokuto se acercaba para él, y este, al ver lo estresado que se estaba, intentó animarle de alguna forma. Cuando esto pasaba, ocurrían dos resultados; a causa de la energía del otro se terminaba animando, o terminaba más estresado y diciendo cosas que no tenía intención de decir. Este día sucedió la segunda opción. Pues la carga de las semanas anteriores gatilló su ira contenida.

Fue una cálida tarde antes del entrenamiento, en la cual el pelinegro estaba aprovechando estudiara para un importante examen cercano, del cual debía sacar una buena calificación sí o sí. Decidió repasar unos temas a la sombra de un árbol y al aire libre para poder despejarse de las espesas clases de ese día, cargadas de ejercicios de preparación. No pasaron unos minutos para que llegara Bokuto con balón en manos, con su usual sonrisa y actitud activa.

- ¡Akaashi, pásame unas colocaciones!

- Bokuto san estoy ocupado, más tarde puedo.

- Solo serán cinco, ¿vamoooos? - canturreo, alargando la última vocal infantilmente.

- Ahora no puedo Bokuto.

- Pero te juro que solo van- insistió, pero fue interrumpido.

- No es no. ¿Acaso no puedes ver que estoy ocupado estudiando para los exámenes que se vienen? ¿Acaso no deberías estar estudiando, no has pensado que tu carrera profesional no resulte?

Bokuto se quedó en silencio, mirándolo sin expresión alguna en su rostro, pero con tristeza reflejada en sus ámbares.

Se dio cuenta de su error al ver a su pareja irse, sin despedirse ni decir alguna palabra.

Aquellas palabras fueron tan directas y crueles que Akaashi se sorprendió de que fuera capaz de decir algo semejante a quien le daba abrazos cuando estaba estresado y era tan amable, y que esforzaba tanto por ser más calmado a su alrededor, aunque sea un poquito. Puede que no le confiara sus secretos más ocultos y dolorosos, pero le regalaba su amabilidad y cariño a pesar de estar mal.

La cálida tarde empezaba a ser sofocante.

Sabía que estaba mal, muy mal, por lo que dejó sus libros y fue a buscarle en vano. Ni siquiera los del equipo ni las managers sabían dónde estaban, solo le sugirieron unos cuantos lugares para ir, pero parecía que la tierra se lo había tragado. Reviso de nuevo los lugares hasta que la campana anunció la última clase. Akaashi no se pudo concentrar muy bien, lamentaba esas palabras tan hirientes y maliciosas que dijo, y se sintió triste el resto de la clase hasta que llego al gimnasio, aún sin rastros de su novio.



Parte (2/3); Siguiente, "Reconciliación"

(1064 palabras) 

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Hola mis panas uwu, ¡solo faltan dos partes!

Me fui como un cohete escribiendo, no se de donde agarre tanto vuelo HAHAHA. Como queda tan poco para terminar esto, ultimamente pienso mucho que escribir en estas notas finales... y siempre llego a pensar en lo mismo, en lo lindo que es escribir esto 💖

Les recomiendo Moral of the Story de Ashe, es tan linda y triste unu.

¡Gracias por leer!

♡(◕ᗜ◕✿) - WearyOwl


¡Bokuaka de Octubre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora