Reconciliación

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Había pasado media hora, y tanto el capitán como el entrenador no aparecían. No era raro que este último se retrasara un poco a causa de que otros chicos de clubes distintos lo retenían en conversaciones, pero Bokuto siempre era el primero en llegar y en empezar a estirar. Mientras esperaban, Akaashi, como el sub-capitán, dirigió el calentamiento, equivocándose al decir figuras un par de ocasiones por lo preocupado y culpable que se sentía. Y aunque llegara, no sabría como empezar su disculpa.

Cuando apareció, fue al entrar al gimnasio junto al entrenador. Nunca los habían visto hablar de manera tan seria. Los demás chicos veían expectantes a la pareja, y si bien no sabían qué había pasado exactamente, podían notar la tensión que tenían al verse, sobre todo por la culpa en la cara de Akaashi, el cual espero a estar juntos para hablar. Pero no pudo. El resto de la tarde Bokuto se quedó sentado, hablando de algo seriamente con el entrenador, quien parecía estar dándole una lección a juzgar de la expresión en su mirada, pues, aunque la mayor parte del tiempo era dura, durante un par de veces se suavizó, como si el chico dijera algo que le conmoviera de tal forma.

Terminaron su charla unos minutos antes de que el equipo terminara los estiramientos finales, en los cuales Bokuto se quedó solo, apoyado contra la pared con los ojos cerrados, y una concentración inquebrantable, pues no le importo que pasaran cerca de él, y no se movió un centímetro. La única manera de saber que no era una estatua fingiendo ser el chico, fue por el suave moviendo que tenía su pelo a causa de la brisa que entraba por la gran puerta del gimnasio.

- ¿Podemos hablar?

Fue lo que dijo Akaashi, cuando terminaron. El otro se incorporó, y al sonido del "Vamos" salieron, al mismo árbol de hace unas horas.

Se sentaron en un duro banco cercano. Con incomodidad, cualquier contacto involuntario era rechazado con calma. Cualquier mirada era evadida, de tal forma que se quedaron asi por unos largos momentos, por miedo a que podría decir el otro. Era irónico, pues el árbol al cual se encontraban era uno muy popular en el instituto por ser uno que "unía parejas", si estas enrollaban un papel con el nombre de los dos en alguna rama. No estaban nada más y menos que bajo un gran y robusto árbol de cerezo con múltiples de ramificaciones salpicadas de colores rosas, llenos de papel llenando lo que los pétalos no cubría. La mayoría eran papeles nuevos, mientras que los otros estaban ya descoloridos, y unos cuentos arrancados de forma que quedaban pequeños pedazos abandonados. 

Ellos nunca pensaron en poner sus nombres ahí.

- Lo siento mucho por lo que dije hace unas horas, estaba muy estresado y molesto que terminé diciendo cosas muy crueles.

- ¿Me dices que nunca pensaste en eso?

Akaashi dejó salir un tic nervioso que tenía, y empezó a jugar con sus manos.

- Si lo he pensado, y me preocupa que algo llegara a pasarte que impidiera que sigas tu carrera profesional. Pero también creo que eres una persona increíble por la manera en que has dedicado tu tiempo en mejorar -le dio una mirada directa, después de un largo tiempo-. No tengo dudas en que tienes un futuro deportivo muy prometedor.

- Siempre dices cosas de manera tan seria y educada...

Bokuto se llevó las manos a su cabello, peinando hacia arriba sus puntas, haciendo que se despeine un poco. Luego, bajó sus manos a su cuello, hundiendo su cabeza entre sus codos.

- ¿Y qué te tenía tan molesto? -preguntó, sintiendo que sabía la respuesta.

- Tú. Tú manera de actuar. La manera en que me mientes, como si no me diera cuenta, Koutarou.

Se sobre salto, escondiéndose más entre sus brazos para que no viera su rostro. Era la primera vez que le llamaba por su nombre, y no estaba preparado para escucharlo. El pelinegro tampoco estaba listo, y como el otro insistía en esconderse, no podía ver su expresión avergonzada.

- Últimamente no me he sentido bien, tienes razón. Nunca me había sentido de esta forma -. Admitió.

- ¿Podrías contarme, por favor?

Asintió, y le dijo todo lo que le atormentaba. Desde cómo su lesión le hizo pensar en que no tenía nada más que sus habilidades para jugar, sus sentimientos de inferioridad, como sus palabras coincidían justamente con lo que pensaba, y como veía a las personas a su alrededor. Akaashi escuchó atento, todo lo que su novio ocultaba, y se sintió feliz de tener su confianza. Pero una cosa le molesto, y eso fue la manera en que le estaba describiendo.

- ¿Por qué dices que te sentías mal al estar a mi lado?

- Es solo que... yo no soy muy brillante, mientras que tu eres uno de los mejores estudiantes del instituto, y siempre tienes buenas notas, y eras tan educado y ordenado, y todos saben que pueden contar contigo para ayudarles, mientras que yo...

- ¿Pero que estas diciendo? -. Le interrumpió, confundido.

- Que te admiro, Keiji, porque eres todo lo que yo no tengo, y que tampoco podría tener si lo intentara. Y no quería estar a tu lado para que no vieras todos mis defectos y fallas.

No podía creer lo que estaba escuchando. Pues de todas las personas, era precisamente de Bokuto que no esperaba escuchar todo eso. Ni siquiera presto atención a que le llamara por su nombre.

- ¿Es una broma? Koutarou, eres la persona a la cual más admiro, ¿es que no te das cuenta?

Subió su cabeza, dejando su escondite para verlo con sorpresa, estupor mayormente.

- Has estado entrenando por años, quién sabe por cuantos, para seguir un sueño que no sabías si desde el principio se podría cumplir, o del cual eras capaz. Todo tu duro trabajo ha sido reconocido desde secundario a preparatoria con tu titulo del cuarto mejor rematador juvenil de todo Japón. Desde que estás en el equipo, el equipo ha podido ir a las nacionales de nuevo. Te han entrevistado y salido en revistas por tus logros. Estás en la lista de futuros candidatos a representantes de volleyball del país. ¿Cómo es que, siendo tan increíble, te ves de manera tan baja?

Bokuto se quedo sin palabras, y sintió que sus ojos le molestaban, y en unos segundos sintió que se humedecían hasta de sus resplandecientes ojos empezaron a salir pequeñas lágrimas. Akaashi se apresuró para quedar a su lado y abrazarlo. Un abrazo que deseaba darle desde hace mucho tiempo. Se sintió como el de la primera vez, pues nunca le había visto llorar por algo igual. Pero acostumbro a la sensación y le palmeo la espalda con cariño por un largo rato, hasta que se calmó. Y se quedaron viendo las interminables ramas del árbol, y como la luz atravesaba los espacios de los pétalos y papeles.

Una idea imprevista les sacudió, y decidieron colgar uno también, no creyendo en una tonta superstición adolescente, si no, para poder tener un mejor comienzo tras esa recaída, uno en donde confiarían mejor entre ellos.

Donde fueran más sinceros con lo que sentían, para que no volviera a pasar eso, si es que podían evitarlo.




Parte (3/3); SiguienteÚltimo día del reto, "Historia de Terror"

(1205 palabras)

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¡Hola mis panaaaaas! 

Mañana es el último capítulo, just wait for it. También publicaré una nota final donde diré un par de cositas, ya verán. ¡Oh! Recien acabe de leer el partido del Furukodani vs Mujinazaka en el manga, y puedo decir que NO estoy preparada psicológicamente para ver eso en el anime... aunque si quiero ver a un Akaashi y Bokuto chikito 💖👊

Les recomiendo Brazil de Declan McKenna, no sé porque, solo lo estaba escuchando de causalidad hahaha.

¡Gracias por leer!

♡(◕ᗜ◕✿) - WearyOwl

¡Bokuaka de Octubre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora