Historia de Terror

988 106 40
                                    

Hola, aparte de este capítulo, queda una nota final. Te agradecería si fueras a verla, ya está publicada. Gracias, y continúa leyendo.



Todos los chicos estaban sentados en el piso del gimnasio, alrededor del entrenador.

- ¿Qué dijo?

El entrenador suspiro, era la tercera vez que repetía las noticias.

- Por última vez, por dios. Los profesores y chicos del instituto corroboraron para que el equipo fuera de viaje a unas aguas termales cercanas por quedar de nuevo en las nacionales por tercera vez consecutiva. Es un agradecimiento por todo el trabajo, chicos.

Todos estaban callados, sin creer lo que estaban escuchando. Harto por la situación, el entrenador miró a las managers en busca de ayuda.

- Aguas termales, mañana, no falten -. Suzumeda dijo.

Esta vez sí entendieron, y se pusieron a celebrar ruidosamente. Era la primera vez que ocurría eso, que el instituto les diera una clase de regalo. La verdad es que hace mucho habrían recibido algo parecido, si no fuera por todo el desorden y cosas que solían romper diariamente.

El viaje no fue muy largo, duró una hora completa en la cual no fueron interrumpido por nada fuera de lo normal. Por lo general, todos los viajes que hacían en autobús o eran muy tranquilos si ciertas personas iban durmiendo, o muy ruidoso si estaban despiertos. Ese viaje fue del primer tipo, todos se habían levantado muy temprano para poder estar todo el día disfrutando de las pequeñas vacaciones que habían recibido, por esa razón todos fueron durmiendo ese pequeño periodo de tiempo. Como los asientos eran de a dos, Bokuto y Akaashi estaban juntos, apoyados en el otro para dormir. Hubiera sido adorable, si no fuera por el antifaz para dormir de Bokuto, el cual tenía unos ojos de búho saltones. Pero el pelinegro tampoco se quedaba atrás, pues los suyos eran unos que tenía un par de onigiris en vez de ojos. "¿Porque yo no puedo tener algo igual?" Le pregunto Sakurui a Konoha, después de ver para atrás y encontrarse con la escena de amor.

Al llegar todos estaban medios somnolientos, pero de igual forma se asombraron por el lugar tan hermoso en el cual se quedarían. Era un hostal tradicional japonés, no como todas las estructuras nuevas de Tokio. Estaba rodeado de árboles, y desde la entrada se podía ver el vapor de la parte trasera, el de las aguas termales. Incluso cuando entraron todo seguía igual de bello. La habitación donde se quedarían era muy espaciosa, de hecho, el lugar era bastante grande, y había muchas habitaciones. La idea era dejar todas sus cosas de manera ordenada e ir a disfrutar las aguas, pero en vez de eso dejaron todo tirado y fueron a una zona verde a jugar volleyball.

- ¿No se supone que están de vacaciones? – preguntó, Suzumeda.

- Solo ignoralos y aprovechemos que no hay nadie en el baño de mujeres – le respondió Shirofuku, tomándola de la mano para que se apurara.

Todos los chicos jugaron por horas, disfrutando de estar entre amigos. Ni siquiera pensaron en el plan original, ir a las aguas. Simplemente pensaron como una mente colmena que jugar sería más divertido. Jugaban de forma desordenada, como si los brazos les pesaran y trataran adrede de que el otro no jugara bien, estaban haciendo el tonto, básicamente. No se dieron de la hora que era hasta que las chicas les llamaron para almorzar. Una vez disfrutaron de la deliciosa comida, unos fueron a dormir una siesta, pero los otros fueron a probar las aguas.

- Quiero ver a la parejita lejos, lejísimo. ¿Me escucharon? -. Demandó Komi-. Venimos acá a descansar. Me encantará verlos juntos, pero no quiero ninguna sorpresa fuera de lugar.

¡Bokuaka de Octubre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora