El puerto de Yokoya era un pueblo que fácilmente pasaba desapercibido, situado en el borde del Estrecho Cola de Ballena, podría ser un punto importante de rebastecimiento para los barcos que salían de los diversos puertos que abastecían a Omashu, pero los fuertes y constantes vientos hacían que fuera demasiado fácil y rentable para los comerciantes que viajaban hacia el sur pasar de largo y a así llegar directamente a la Gran Isla de Shimsom.Jianzhu se preguntaba si los lugareños sabían o les importaba que los barcos cargados de riquezas navegaran tentadoramente cerca, mientras estaban totalmente atrapados en la cavidad de otro elefante koi. Solo un capricho del destino y el clima impedía que pilas de oro, especias, libros preciosos y pergaminos aterrizaran en sus puertas; en cambio, solo obtenían tripas de pescado, una gran cantidad de fauces y branquias.
El lado terrestre era aún menos prometedor. El suelo de la península se volvía delgado y rocoso a medida que se extendía hacia el mar. A Jianzhu le molestó ver campos de cultivo tan escasos y calvos la primera vez que cabalgó en el campo hacia la ciudad, las tierras de cultivo carecían de la abundancia salvaje y volcánica del Valle de Makapu o de la productividad cuidadosamente ordenada del Anillo Exterior de Ba Sing Se, donde el crecimiento se inclinaba a la exigente voluntad de los planificadores del rey. Aquí, un agricultor debería agradecido por cualquier sustento que pudiera sacar de la tierra.
El asentamiento se encontraba en la intersección de tres naciones diferentes: Tierra, Aire y Agua, pero, ninguna nación lo había reclamado. Los conflictos del mundo exterior tenían poco impacto en la vida diaria de los Yokoyanos.
Para ellos, los estragos del levantamiento de los Cuellos Amarillos en el interior profundo del Reino Tierra eran una historia menos interesante que el bisonte volador que se había escapado del Templo Aire y que derribó algunos techos la semana pasada. A pesar de ser marineros, probablemente no podrían nombrar a ninguno de los temidos líderes piratas que esculpen las aguas del este en abierto desafío para la armada Ba Sing Se.
A pesar de todo, el puerto de Yokoya no estaba en el mapa, lo que significaba para Jianzhu y Kelsang que su pequeño, desesperado y sacrílego experimento, era perfecto.
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Jianzhu caminaba cuesta arriba en la nevada húmeda y sucia, su cuello se erizó por la capa de paja envuelta alrededor de sus hombros. Pasó por el pilar de madera que marcaba el centro espiritual de este pueblo sin mirarlo siquiera, no había nada a los lados ni encima del mismo, solo era un tronco desnudo clavado en el suelo de un patio circular y no estaba tallado con ninguna decoración, lo que parecía extraño para una ciudad donde casi todos los adultos tenían un conocimiento práctico de la carpintería.
Allí, un anuncio le decía a regañadientes a los espíritus cercanos:
«Esperamos que sean felices.»
Casas corroídas se alineaban en la avenida ancha y erosionada, asomándose abruptamente en el aire como puntas de lanza. Su destino era la sala de reuniones, de dos pisos más grande al final. Kelsang había establecido una tienda allí ayer, diciendo que necesitaba la mayor cantidad de espacio posible para la prueba. También afirmó que el lugar disfrutaba de algunas corrientes de vientos favorables, utilizando el muy solemne y sagrado método de lamer su dedo para después sostenerlo en el aire.
Lo que sea que ayude, Jianzhu envió una oración rápida al Guardián del Leño Divino mientras se quitaba las botas de nieve, las dejaba en el porche y se agachaba por las cortinas de la puerta.
El interior del salón era sorprendentemente grande, con rincones lejanos cubiertos de sombras y paredes de tablones gruesos, cortados de lo que debieron ser árboles realmente enormes, el aire olía a resina, diez paños amarillos muy largos y muy desteñidos se extendían sobre las tablas desgastadas del piso y una fila de juguetes yacía sobre cada uno con espacios equidistantes como un semillero.
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El Ascenso de Kyoshi [EN EDICIÓN]
AventuraLa historia del Avatar más longevo en este amado mundo, El Ascenso de Kyoshi traza el viaje desde una niña de orígenes humildes a la despiadada perseguidora de la justicia que todavía era temida y admirada siglos después de convertirse en el Avatar...