Dieciséis

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El miércoles siguiente fue la visita al panteón.

Ese día no trabajé, el arqui me dio el día libre precisamente porque iríamos a ver a su esposa.

Nos reunimos en el panteón de Yatareni, ubicado a las afueras del pueblo a las tres de la tarde.

Primero llegué yo y casi de inmediato llegaron Gibrán junto con los demás miembros de SPEED.

Y media hora después llegaron Mayra y su papá con algunos ramos de flores.

Tardaron en llegar porque pasaron a comprar esas flores antes y, al parecer, no se decidían por cuáles serían las adecuadas.

Como de costumbre Mayra venía con su capa roja y su vestido negro, aunque creo que es la primera vez que viene vestida de manera correcta para la ocasión.

Entramos al panteón y caminamos siguiendo a Mayra y a su papá, ya que ellos sabían dónde estaba.

Debo decir que siempre que entro a lugares como estos me siento incómodo. El tema de la muerte es algo muy inquietante para mí, y en ocasiones de solo pensar en ello, me causa un poco de ansiedad.

Así que me entretenía viendo los obituarios de algunas lapidas. Leía los nombres y los tiempos de vida de cada una, cosa que me recordó un cierto anime, y vi que este panteón ya llevaba funcionando desde muchos años antes, siglos quizá.

Vi a personas que llevaban más de cien años fallecidas. Gente que nació cuando este país todavía no se independizaba.

Pude ver que otras lapidas tenían oraciones como el Padrenuestro o el Ave María.

Y otras tenían dedicatorias como "Tú familia siempre te recordará" y cosas de ese estilo.

Y, había también, otros obituarios con mucho sentido del humor como "Les dije que me sentía mal", "Aquí yace mi esposa, fría como siempre" y "Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando"

Mientras me entretenía, también los vi a ellos.

Incluso me detuve a contemplarlos mejor.

No los reconocí a primera vista, pero los identifiqué luego de leer sus nombres y el hecho de que se apellidaban como mi madre.

Las dos tumbas, de los abuelos maternos de mi madre, una junto a la otra, estaban ahí.

Aun conservaban frescas las flores que mi madre les trajo el día en el que vine por primera vez a Yatareni.

Yo no la acompañé ese día, pero sé que ella las dejó porque ella misma dijo que lo haría.

Seguramente en este panteón hay más familiares que no conozco.

Entonces apreté el paso y me adelanté cuando ya los demás habían llegado a la tumba de la madre de Mayra.

Debo decir que lo que vimos los chicos de SPEED y yo fue algo impresionante, y de hecho hizo que se me fuera un poco la ansiedad que sentía en ese momento.

La tumba de la madre de Mayra se encontraba en un nicho que la rodeaba completamente. Tenía la apariencia de un pequeño templo griego. Estaba hecho de mármol así que destacaba en todo el panteón. Parece que no escatimaron en gastos a la hora de hacerlo.

Y en el centro, una placa con su nombre y su tiempo de vida.

Se llamaba Cecilia y había fallecido hacia cinco años atrás.

Pero lo que más llamaba la atención era que, tenía grabados en el mármol, personajes de animes de los 80's y 90's. No veo mucho anime antiguo, pero reconocí algunos.

Yatareni - Volumen UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora