Durante todo el camino hacia la iglesia, no dije ni una sola palabra, y no me atreví a mirar a Mayra.
Y ella era experta en ignorarme, tal y como lo estaba haciendo en ese momento.
Si no se había molestado porque la metí a la fuerza al club, ahora lo estaba por haberle quitado su santuario.
Y entonces llegamos al susodicho lugar.
Los chicos de SPEED rodearon la construcción analizándola hasta el más mínimo detalle, entraron en ella y siguieron con la faena.
Y al final, reunidos todos, nos comunicaron su decisión:
─Mi tropa y yo lo hemos discutido, y hemos decidió establecer en esta iglesia la nueva base de SPEED. Solo será cosa de limpiar el lugar, retirar la maleza y acondicionarlo para que pueda albergar la Sociedad.
─Jaja, que bien que te haya gustado ─dije tratando de parecer condescendiente, cuando no debería.
Y, dirigiéndose a su tropa, les dijo, haciendo de nuevo esas poses curiosas:
─Mañana a primera hora, vendremos con todo lo necesario para limpiar y acondicionar este lugar, y al día siguiente nos mudaremos. Aprovecharemos que es fin de semana para ejecutar nuestra tarea.
Sonó como un líder dando un discurso antes de ir a la guerra.
Y los demás miembros lo secundaron.
Sé que Mayra y yo ya formamos parte de "eso" pero aun no sentía las ganas de unírmeles. Faltaba mucho para eso. Mucho.
─Antes de despedirnos, me gustaría hacer nuestro grito de guerra ─anunció Gibrán─. Servirá para que los nuevos reclutas lo conozcan.
Y de nuevo los otros cuatro miembros lo secundaron.
─¿Grito de guerra?
─Lo hacemos cuando nos despedimos o cuando terminamos de hacer algo importante ─comentó Claudio.
─Lo que tienen que hacer es lo siguiente ─explicó el líder.
Gibrán gritó primero el número uno, pero en japonés, que es "Ichi", y al mismo tiempo levantaba su mano derecha, a la altura de su cuello y de ésta, levantaba el dedo índice, poniéndolo un poco más abajo que su rostro, además de que encorvaba un poco la espalda.
El siguiente en gritar fue Claudio, quien dijo el número dos en japonés, es decir "Ni" y al mismo tiempo adoptó la misma postura que Gibrán.
Y así, las otras tres chicas hicieron lo mismo con sus respectivos números, quedando al final todos en círculo y con los dedos índices formando otro círculo más pequeño en el centro del primero.
Los siguientes seríamos Mayra y yo.
Según Gibrán, como yo fui el que aceptó la oferta de unirse a SPEED, era más antiguo que Mayra, por unos dos segundos de diferencia, de manera que me tocaba el número seis, o "Roku", es decir, el número que nos tocaba era el orden en el que se integraron a SPEED.
Y finalmente, Mayra, mucho más tímida que de costumbre, hizo lo mismo y repitió su número, siete o "Nana"
Cuando ya todos estábamos en el círculo con los dedos índices levantados, a la señal de Gibrán, saltamos y al mismo tiempo levantamos los índices lo más alto que pudimos mientras gritábamos "SPEED" con todas nuestras fuerzas.
O eso debimos hacer Mayra y yo, pero no lo hicimos correctamente por el agobio de la pena ajena.
Afortunadamente, los otros gritaron tan fuerte que no se dieron cuenta.
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Yatareni - Volumen Uno
Teen FictionEliseo es un egresado de la carrera de arquitectura que, por azares del destino, termina mudandose a un pequeño y remoto pueblo provinciano mexicano llamado Yatareni, para trabajar con el arquitecto del pueblo. Al inicio, el muchacho no está conten...