Gulf encuentra la computadora de Praew encima de un escritorio y se sienta frente a esta. Investiga todos los archivos Word que tiene pero no hay nada. Inclusive decide abandonar la computadora para buscar por toda la habitación a por un USB. No hay nada. Por más que busque.
Nunca hubo nada.
El padre Gulf sale del cuarto de Praew para ver al guapo chico sentado en el mueble viendo televisión. No le dice nada y se va, cerrando la puerta.
-¡Oye! ¡No tuvimos oportunidad de conocernos! ¡Nunca supe qué eres de Praew.- Mew le grita, brincando del mueble para correr a la puerta y al abrirla, la cerradura alza la toalla.
Él se aleja más de la puerta y queda expuesto. El padre se da la vuelta.
-No me dijiste tu nombre.- Mew le murmura cubriéndose el miembro con ambas manos. -Ni qué eres de Praew.
El padre se le queda viendo al chico, carismático. -Soy un padre.- Gulf simplemente contesta, yéndose.
-Qué tipo tan cortante.- Mew dice. Impresionado por la seriedad del padre. Cuela una mordida a su labio inferior en su sonrisa sin quitarle la mirada al padre que se va.
👄
Él vuelve a la iglesia. Entrando a su oficina. Mira alrededor y Praew está ahí sentada sobre el escritorio con la mirada baja. Ella lo mira con las cejas alzadas.
-¿Te divertiste buscando a por mis medios?
-Para nada.
Gulf posa a su lado con sus manos unidas contra su propio regazo. Mirando frente a ellos sin expresión alguna.
-Fui... Una tonta por creer que sacaría algo más de ti. Lo siento.- Praew se disculpa.
-Cometiste un acto estúpido. Acepto tu disculpa.
Ella ríe un poco. Cabizbaja. -Me iré de aquí pero no le contaré a nadie que duermes con las monjas. No me sirve si no tengo alguna oscura intención tuya.
-No tengo intenciones. Sólo vivo siendo yo mismo. Es todo.
-No,- Ella niega su cabeza. Él la mira con una ceja alzada al menos. -no vives como tu mismo, Gulf Kanawut.- Ella le acaricia su mejilla izquierda. -Ningún ser humano que sea normal, dejaría de sonreír ni de hablar de más o de compartir más palabras. No sé cuál es tu pasado, padrecito. Pero, no vives como el verdadero tu. Apuesto a que nisiquiera disfrutas otra que no sea sexo. Y, a veces, ni eso.
Ella le dice. El padre se le queda viendo confundido. Parece hipnotizado por las palabras de la monja.
-Encuentra tu camino, padrecito.- Ella le da un beso en la mejilla derecha antes de bajarse de la mesa con un brinco y caminar sensual como siempre a la puerta. La abre. Antes de que pueda cerrarla, el padre le dice:
-Tú no conoces nada de mí como para decirme eso.
Lo más cautivador de esas palabras es que el que las dijo, está cabizbajo. No dirigió su mirada a la monja de enfrente. Ella sonríe.
-No me hablarías de tu pasado de todas formas.- Ella le réplica al saber que sus palabras tocaron algún profundo lugar de ese oscuro corazón. Cierra la puerta, dejando al padre en esa callada oficina.
El padre no sabe cómo ni por qué o de si es coincidencia pero justo después de ella salir, el teléfono encima de su escritorio suena. Gulf acuesta toda su espalda en ese escritorio mirando al techo con el ceño fruncido. Alza el teléfono para llevarlo a su oído.
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OH PADRE QUE ESTÁS EN LA IGLESIA•MewGulf
Mystery / ThrillerGulf Kanawut es un sacerdote sin filtro. No tiene interés en nadie que no sea rico o que le beneficie en algo. Es serio, callado, mentiroso y sus ojos dan mucho miedo porque estos son oscuros como los de un tiburón que ve sangre. Sin embargo, no es...