•XXIII•

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En algún momento, Mew se había escondido en su habitación con la excusa de que "iba al baño" para hablar con su papá de un asunto muy importante, para nada pequeño, que no le había contado a su novio. Razón por la que se estaba escondiendo en su cuarto parado al lado de su cama sosteniendo el teléfono contra una de sus orejas con la manía humana de acariciar con las uñas la gaveta enfrente suyo aunque obviamente esta no fuera suave.

-Hijo, te habías inscrito al Army. Debes de ir.- Su padre le recalca por teléfono.

-Sobre eso, papá,- Mew entrecierra sus ojos reflejando inseguridad fe lo siguiente que va a hacer. Ladea hacia abajo su hombro derecho como en un leve hundimiento que iba a hacer con su cuerpo (doblo una de sus rodillas incluso) y hace que su boca cree una sonrisa cuadrada de expresión angustiada. -no quiero ir.

-¡¿QUÉ?!- Grita el de la otra línea por lo que Mew se aleja el teléfono del oído por unos segundos. Cerrando sus ojitos en un suspiro. Vuelve a acercarse el teléfono. -DEBES DE IR. PAGAMOS MUCHO DINERO.

-Lo sé, papá. Y sé que no es justo. Pero es que, para cuando me inscribí no había conocido a Gulf y ahora que los meses se están acercando--

-Debes de ir, aunque termines el semestre de verano.

Mew abrió y cerró su boca todo indignado. Miro delante suyo con determinación cuando cerró su boca por última vez.

-¿Sabes qué, papá? No iré. No iré y no iré.

Le dice el pelinegro antes de colgar el teléfono con una sonrisa asintiendo su cabeza con su propio acto de rebeldía. Dejo de sonreír al percatarse de que su acto de rebeldía no traería buenas consecuencias. Ahora puso un rostro de cachorro perdido dándose suaves puños en el lado izquierdo de su cabeza cerrando sus ojos.

-¿A quién engaño? Voy aser carne muerta cuando visite a mis padres o ellos me visiten a mí.

Lloriquea con su voz el dramático pelinegro alzando su rostro con una expresión "llorosa" aunque no haya rastro alguno de lágrimas. No hay lágrimas, para más decir. Solamente expresa su "lloriqueo" con su triste expresión dibujada por todo su rostro. Unos toques en la puerta de la habitación lo sobresaltan un poco haciéndolo caer sentado en el borde de la cama sosteniendo su pecho con su mano izquierda. Él mira a la puerta y devuelta al suelo suspirando en alivio al escuchar la voz de su novio tras la puerta:

-Mew, ¿estás aquí?

-Pasa, Gulf.

Gulf abre la puerta con su sonrisa de labios tímida mientras se asoma por completo. El pelinegro sonríe completamente feliz de verlo.

-Tardabas mucho. Me preocupe.- El padre confiesa ahora sentándose al lado suyo. Mew bufa de manera silenciosa (levemente con la garganta) una risa. Suena como un ronroneo. Viendo a su novio con una sonrisa de labios.

-¿Te preocupaste?- Mew le acaricia el labio inferior al padre, con su pulgar. Delineándolo hacia los lados suavemente. Entreabriendo los labios del padre quién le mantiene una bonita mirada de ojos. Es tímida. No brilla. Pero tal vez eso lo hace más tierno.

-Sí...- El padre dice. Aunque rápidamente baja sus ojos hacia el teléfono del otro. -Aunque, ¿por qué después del baño viniste para acá? ¿Te sentías muy mal del estómago?

OH PADRE QUE ESTÁS EN LA IGLESIA•MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora