-No creo que eso sea algo de lo que alegrarse.- Mew le murmura negando con la cabeza. El padre desafía ese comentario alzando una cejita con borrar su sonrisa de labios tierna.
-Claro que estoy disponible.- Desafía el piel dorada a su novio al seguir hablando por teléfono. Se da la vuelta. Dándole la espalda a su novio para dar unos pasos en adelante, con sarcástica delicadeza. Las personas siempre que estaban ocupadas en algo bajo la atenta mirada de otros tendían a hacer gestos raros. Gestos como relentalizar las acciones o movimientos. Incluso crear un circulo invisible en el suelo con la suela de los zapatos. Cosas raras de la vida.
-¿Mañana? Absolutamente de acuerdo. Sí. Dios lo bendiga. Amén. Adiós.- Gulf cuelga en lo último alejando el teléfono de su oído para presionar el botón que colgaba la llamada.
-Quiero ir contigo entonces.
Mew suelta con sus manos hundidas en los bolsillos de sus pantalones.
-Absolutamente y innegablemente no.- Gulf le dice volteando hacia él con una mirada que gritaba a los cuatro vientos: «¡¿Estás loco?!».
-Y qué se supone qué haga. ¿Esperar a por ti como la esposa de alguien que se va a la guerra?
-Pues es un buen ejemplo para esta situación.
Gulf accede a las palabras que no iban para nada en serio del contrario. El contrario suspira. -No. Estaré preocupado todo el tiempo. Estarás en algún lugar... Exorcisando. Exorcisando.- Mew le recalca, tomándolo de las manos.
Gulf suspira. -Mew. Estaré bien. Además prefiero ser yo quién esté en riesgo que ponerte a ti. Sólo quiero protegerte. Hazme caso.
Le dice el padre con todo el cariño que puede dar y le da un beso en la frente para calmar los nervios del contrario. Aún con carita de cachorrito, mira abajo a sus manos durante el beso en la frente. Gulf retrocede su rostro con una sonrisa de labios.
-Aún así. Quiero ir contigo.
-Eres tan testarudo, ¿huh?- Gulf juega con él en un suspiro antes de llevárselo de la muñeca. Mew se deja jalar de nuevo. Pasan por todas las butacas de nuevo, pasan del escenario, hasta que entran a la oficina del padre. Una vez sus cuerpos desaparecen dentro de la oficina, Gulf cierra la puerta tras ellos.
Él empuja a Mew a que se recline sobre el escritorio de manera sensual. Mew cae inclinado ahí con un brazo arriba de su cabeza pues el padre está colocado detrás de él moviendo su propia cabeza a un lado (en una sacudida) para que sus flequillos quedasen a los lados de sus ojos. La mano del padre se desliza por todo el brazo colocado arriba de la cabeza de Mew quién jadea.
Gulf desliza su otra mano por el brazo agachado de Mew (brazo derecho dónde tenía su tatuaje de dragón bajo la tela de su camisa). El padre se lo come entero con su mirada, su boca en una sensual "O" ojeando todo el cuerpo de su novio sumiso quién tiene el lado izquierdo de su cabeza reposado contra el escritorio intentando mirar al padre de reojo.
-Haremos uso del azotador de castigos,- Gulf habla en una voz rasposa. -No necesitarás esto.
Seguido de hablar así, procede a bajarle los pantalones a Mew bruscamente porque no estaban abiertos. Mew jadea pero sonríe en su sitio.
-¿Va a castigarme, padre? ¿Por qué? No he hecho nada malo.- Mew juega fingiendo una voz adolorida mientras le da pequeñas palmadas al escritorio con la mano arriba de su cabeza para sonar real.
El padre le baja los pantalones junto a sus boxers y sonríe al tener aquel trasero expuesto totalmente a su disposición. -Has sido muy malo últimamente.
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OH PADRE QUE ESTÁS EN LA IGLESIA•MewGulf
Mystery / ThrillerGulf Kanawut es un sacerdote sin filtro. No tiene interés en nadie que no sea rico o que le beneficie en algo. Es serio, callado, mentiroso y sus ojos dan mucho miedo porque estos son oscuros como los de un tiburón que ve sangre. Sin embargo, no es...