•XI•

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El padre Kanawut va a la iglesia. Entra como el propietario que es. Al entrar por ahí, ve a Praew. Ella está ahí dentro vistiendo un traje floral azul bastante corto con una chaqueta grisácea, su cabello atado en una coleta de caballo, viste unas sandalias marrones. -Dime que al menos no estás aquí con Mew porque lo acabo de ver en la heledaría. Técnicamente sería imposible que este aquí.- Habla el padre Kanawut todo frenético en que vaya a aparecer el mencionado. La chica ríe.

-Tranquilo, padre. Soy sólo yo.- Ella se presenta.

-¿Qué la trae aquí, reportera?

Gulf pregunta, pasando de ella para entrar a su oficina. Praew suspira, entrando a su oficina.

-Estoy aquí porque... Tengo que decirte algo.- Ella va cerrando la puerta tras ella, haciendo de sus labios una fina línea.

El padre se quita la camisa. Alzándola por todo su cuerpo, por sus brazos, hasta que la sujeta fuera de sí mismo. La coloca en el escritorio para ponerse la camisa de padre que tenía guardada de repuesto en el armario de su oficina.

-Qué querías decirme.

-Es que no es fácil de decir si no me miras.

El padre suspira. Voltea a verla mientras se coloca una chaqueta negra encima de la camisa. Ajustando sus mangas.

-Estoy embarazada.- Praew dice.

El padre se congela en su sitio. Lentamente deja caer sus manos a los lados de su cuerpo.

-¿Te hiciste la prueba?

Ella asiente a su pregunta y saca la prueba de embarazo de uno de los bolsillos del traje para mostrárselo con timidez. La prueba es positiva. El padre Kanawut baja la mirada de la prueba para mirarla a ella. -¿Segura que no dormiste con alguien más después de mí?

-Tú fuiste el último con quién tuve sexo.

-Aquella vez dijiste que bebiste las píldoras de--

-Eso a veces puede no funcionar. Sí, las bebí. Pero de qué sirvieron si ahora estoy así.- Ella comienza a llorar. Su mentón temblando por el esfuerzo que hace en no abrir la boca. No quiere emitir sonidos de llanto. No quiere ser ruidosa o parecerle molesta al padre delante de ella. -Lo menos que quería era estar embarazada a mis veinte años. ¡Lo menos!- Ella llora.

-Yo lo siento. Es mi culpa.- Gulf la abraza a su pecho mientras que la chica descarga sus lágrimas. Ella trata de golpearlo con ambos puños pero desorienta estos para que tomen la camisa del padre Kanawut suavemente en dos puñitos. Ella sigue llorando pero sonríe de manera malvada con sus labios. Elimina esa sonrisa malvada para retroceder su rostro mediocre.

-¿Vas a cuidarme, padre Kanawut?- Ella pregunta. Acariciándole un cachete con sensualidad. Él detiene su muñeca de manera brusca.

-Voy a cuidar de ti. Pero no somos nada así que no vengas aquí a actuar como mi pareja. Te ayudaré cuando sea que me llames o pidas por mí.

-¿Por qué me tratas así?- Ella llora.

-Porque sé que eres una serpiente vil y cruel que no hace más que serpentear cada que puede. Tal parece que se te olvido que me dijiste que eres una reportera. Debo cuidarme de ti antes de que suenes tu cascabel.

Responde el padre antes de irse al salón principal. Justamente ahí, Praew sale de la oficina y se va por la puerta trasera. Al padre le puede importar menos dado a que ahora ve a Victor Zheng entrando por las puertas.

-¿Está disponible?- Habla el padre con una sonrisa.

Gulf sonríe con hipocresía. -Claro que sí. Pase usted.

OH PADRE QUE ESTÁS EN LA IGLESIA•MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora