Se bajaron en una heladería dónde vendían frappé así que estaban sentados en una mesa redonda frente al uno al otro bebiendo sus frappé. Gulf más que Mew. Estaba inclinado bebiendo del sorbete como si no hubiese bebido en días. Mew lo miraba impresionado pero con una sonrisita.
-Padre, sé que eres bueno en tragar todo bien, pero ¿todo bien en casa?
Mew bromea un poco.
-Es sólo que realmente sabe rico.- El padre miente, dejando al fin de succionar antes de eructar en un puño murmurando un: «Lo siento.» sus ojos se cierran presionaditos y debe sostener sus cienes con ambas manos. -Ouh. Frío, frío.- Él murmura porque el frappé ha llegado a su cerebro.
Mew lo nota así que acerca su rostro por completo al moreno. Soplándole en la frente. Unos cuantos hilos de sus cabellos vuelan por las sopladas pero el padre, a pesar de que abre sus ojos muertos, permanece cabizbajo. -¿Qué haces?- Él pregunta extrañado por las sopladas.
-Te doy calor, claro.
-Cómo me vas a dar calor... ¿Si tu aire es frío también?- Gulf le gruñe acercándosele el doble como indicio de que lo va a golpear, por lo que Mew se echa para atrás y el padre deja su carita de gruñón para sonreírle como un bebé.
-Pero gracias.- Él agradece todo tierno antes de volver a beber de su frappé.
«Es un demonio. ¿Cómo puede ser intimidante y sexy cuando hace caritas como estas? No es humano.»
Mew piensa muriendo de la ternura a pesar de que sólo tiene un rostro de indignado en el exterior y bebe de su frappé también para que ninguno de sus pensamientos salga por su boquita. Ahora está mirando a otro lado. Eso hace que el padre se le quede viendo divertido mientras sigue bebiendo del frappé. Ladeando su cabeza como un perrito, mira a la derecha siguiendo los ojos de Mew, sin soltar el sorbete.
Hay una linda cajera atendiendo clientes. Es blanquita ella con cabello azabache lloviendo por sus hombros vestida en una polo roja con una gorra negra.
-Oye.- Gulf llama a Mew con el sorbete en la boca, mirándolo. Mew lo mira. -¿Estás mirándola a ella?- El padre hace una sonrisa traviesa.
-Ja, ja, ja. ¿Piensas que me gusta?- Mew le sigue el juego riendo sarcásticamente.
-Es bonita, ¿no?
-Atrágantate con tu frappé. Hasta el fondo de tu garganta.- Mew le amenaza volviendo a mirar en la dirección a la que miraba. -Estaba viendo el anuncio con el gatito al lado del helado. Me recuerda a ti.
Gulf finalmente presta atención y ve el anunció pegado en la pared a la derecha de la chica. El gato es anaranjado de ojos amarillos. El padre deja de beber del sorbete para poner su rostro serio. -No soy un gatito.- Gulf dice todo serio. Mew lo mira.
-Soy un felino.- Gulf corrige.
-En qué se diferencia eso de un gatito, padrecito.
-Un gatito es algo que puedes acariciar cuando sea que sea, pero un felino, es algo que puede comerte o darte el permiso de tocarlo. Y Dios es mi testigo, de que yo siempre me los como.
Gulf dice como último antes de tomar el frappé y lanzarlo para que caiga en la basura detrás de Mew. El vaso efectivamente entra al basurero así que el padre alza una ceja todo orgulloso antes de ver a Mew quién sigue cautivado por las palabras del felino. El felino coloca dos manos bajo su mentón para sostener su cabeza, viéndolo con ojos sensuales.
-Dios también es testigo, padre, de cómo me has dado permiso de tocarte y cómo te he comido.
Mew lanza su vaso hacia atrás, sin mirar, y encesta el vaso en la basura. Gulf ahora deja su expresión orgullosa para desafiarlo con los ojos. Mew es quién ahora tiene una sonrisa orgullosa poniendo dos manos bajo su mentón también para mirarlo.
ESTÁS LEYENDO
OH PADRE QUE ESTÁS EN LA IGLESIA•MewGulf
Mystery / ThrillerGulf Kanawut es un sacerdote sin filtro. No tiene interés en nadie que no sea rico o que le beneficie en algo. Es serio, callado, mentiroso y sus ojos dan mucho miedo porque estos son oscuros como los de un tiburón que ve sangre. Sin embargo, no es...