CAPÍTULO I: UN DULCE AROMA A VERANO.

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La parte irracional del azabache se sentía totalmente irritado, cansado y probablemente desesperado, mientras que la parte racional, le decía que tomara con serenidad aquel problema que comenzaba a ser sofocante.

Generalmente así lo manejaba desde que habían comenzado aquel "amorío", uno donde había empezado de forma extraña transformándose en algún tipo de sentimiento por parte del azabache.

Sin embargo. Ese sentimiento era muy distinto al que normalmente una pareja demostraría.

-Llegaste veinte minutos tarde-reclamó el castaño frunciendo el ceño.

-Me he quedado en el trabajo, Asahi me pidió si me podía quedar un poco más de tiempo-habló el azabache mantenido un semblante serio.

-Acordamos una hora Tobio-Chan.

-Ya te he dicho que lo siento-resopló ligeramente-Te envíe un mensaje, el cual ni te molestaste en contestar. Siquiera lo viste.

-Eres un inservible, no llegaste a la hora que habías prometido por tu estúpido trabajo-chasqueó la lengua cruzándose de brazos.

-¡Ya te he dicho el por qué!-subió su tono de voz ya cansado-Estas peleando por cosas inútiles e infantiles.

-¡Tú eres el inútil!

-Bien. Me voy-se encaminó hasta la puerta de la habitación, girando la perilla de esta.

-¡Haz lo que quieras Tobio-Chan!-gritó al percatarse de que el azabache se había ido.

Oikawa parecía molesto, pero más que eso se sentía como si un cometa estuviera yéndose en picada, podía sentirse que se desintegraría en cualquier momento sin dejar algún rastro de existencia.

-Felicidades-hablaron con sarcasmo desde la puerta llamando la atención del azabache-A este paso terminarás solo. La pareja que esté a tu lado será muy infeliz, te lo puedo asegurar-le dió un trago al vaso que contenía licor.

Oikawa frunció sus labios, recibiendo los insultos de aquella silueta femenina la cual, con cada una de las palabras que pronunciaba parecían ser pequeñas dagas con un gran filo enterrándose profundamente en Tooru.

-¡Cállate!.

Cerró la puerta de su habitación con gran fuerza, haciendo que la puerta ocasionara un estruendoso ruido. A pasos lentos se dirigió a un pequeño mueble de madera sacando de este un pequeño chocolate con forma de estrella.

Le traían sentimientos nostálgicos, no podría decir que recuerdos o al menos en ese tiempo, para Oikawa hacer recuerdos era algo que no podía hacer ya requería de apreciar el mundo. Y en ese momento él no podía apreciarlo ...

-Quiero encontrarte "Una vez más..."

~

Kageyama se encontraba en su departamento. Bueno, en realidad aquel departamento lo compartía con Asahi, al menos hasta que este decidiera formalizar su relación con su pareja y decidiera irse.

-Lamento haberte pedido que te quedaras-salió de la cocina sentándose a un lado del azabache.

-No importa, de igual manera terminaríamos peleando-suspiró cerrando sus ojos, en sinónimo de cansancio-A decir verdad sigo sin entender en qué momento llegamos a esto...

-¿A pelear constantemente?-inquirió Asahi sin entender a lo que el azabache se refería.

-Digamos que a ser una pareja, no hay palabra que sostenga la relación que tenemos...-miró hacia la nada pensando profundamente-Cambiando de tema, ¿No vendrá Nishinoya?. Es raro verte sin él.

-Está algo ocupado con la llegada de su primo.

-¿Primo?, nunca se me cruzó la idea de que Nishinoya tuviera primos.

-Lo mismo pensé, pero ayer me llevé la sorpresa de que su primo llegaría mañana por el medio día.

-Vaya sorpresa...

Se quedaron hablando por bastante tiempo, sin embargo la noche hizo su aparición llenando el cuarto del azabache de silencio absoluto.

Miraba el techo mientras estaba recostado en su cama, sus brazos se mantenían cruzadas en la parte trasera de su cabeza siendo una almohada. Pensaba seriamente en lo que había pasado el día de hoy, parecía querer recordar el momento justo en que habían comenzado la supuesta relación con Oikawa.

Simplemente podía recordar un día llegando a la casa del castaño y, para sorpresa de Kageyama, Tooru lo presentó como su "novio" ante su madre. A pesar de que se habían quedado con esa etiqueta su relación se basaba en abrazos y pequeños besos.

Sin embargo...

Al abrazarse o darse esos pequeños y castos besos, podía darse cuenta que no tenían la calidez y el cariño de la que Asahi hablaba tanto. Kageyama al pasar de los meses, comenzó a darse cuenta de que Tooru no estaba viviendo la mejor etapa de su vida, y al no poder ayudarlo decidió que la mejor manera era estar junto a él.

No obstante, Oikawa se irritaba con facilidad y Tobio sabía que el enojo y rencor que tenía el castaño era expulsado hacia él.

El sonido del teléfono lo alarmó por un instante. Tomó el aparato electrónico dejando a la vista los mensajes.

Oikawa: Lamentó haberte gritado.

Oikawa: Tobio-Chan no me dejes.

Oikawa: Prometo no alterarme más, llámame por favor...

Tenía en cuenta de que volverían a estar en esta situación pero, aún sabiendo eso decidió contestarle una vez más.

Kageyama: Nos vemos mañana Oikawa.

NUESTRA HISTORIA -KAGEHINA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora