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Entre a la ducha y el agua caliente hizo contacto con todos mis músculos, haciendo que dejen de estar tensos y se empiecen a relajar.

Me termine de bañar y me cambié, poniéndome un buzo grande junto con un joggieng y las crocs para poder bajar a buscar algo para comer, mire la hora 4:47 de la madrugada, estoy tirada en la cama llorando hace horas y horas, ni siquiera comí algo.

Me peine un poco y salí de la habitación para ir a la cocina, agarré un paquete de galletas y me fui a sentar al borde de la pileta.

Me senté y metí los pies en el agua, el clima era lindo estaba despejado, se podia ver las estrellas seguramente mañana va a ser un día soleado.

Suspiré y me metí una galletita en la boca mientras miraba como mis pies jugaban en el agua.

Saque mi celular del bolsillo y entre a mi lista de spotify, puse a zeballos.

- Se que no tendría que importarme, pero que le voy a hacer, así nací y así me fue no hay un puto día sin estrés- cante y suspire.

Cerre los ojos mientras cantaba susurrando, ¿que mierda voy a hacer?.

Sentí como alguien se sentaba a mi lado, mire al costado y ahí estaba el prendiendo un cigarrillo mientras miraba el agua de la pileta.

- ¿Que haces despierta a esta hora?- dijo soltando el humo, volví mi vista a mis pies.

- Nada, ¿vos?- no tendría que estar hablando con el, era la primera regla que me puso. Pero no se iba a enterar, o eso espero.

- Nada- dijo dándole otra calada, era tan lindo cuando fumaba- no comiste nada hoy, ¿por que?- hablo después de unos segundos, lo mire y el seguía mirando el agua.

Tenia capucha y no se en que momento, pero había metido los pies al agua.

- No tenía hambre- dije restándole importancia, me miro fijamente por primera vez en toda la conversación y esos ojos oscuros, esos ojos tan profundos generaban un zoológico adentro mío, que me mire tan solo que me mire, bastaba para derretírme por dentro.

- Tenes los ojos rojos, ¿por que lloras?- preguntó volviendo su mirada al frente, mis nervios aumentaron, ¿que le iba a decir?- ¿por que te pones tan nerviosa?- volvió a preguntar, respiré profundo tratando de tranquilizarme.

- Por lo mismo que lloras vos- dije y conseguí que me vuelva a mirar.

- ¿Y por que lloras por mí?- preguntó y suspiré.

- ¿Todo te tengo que contestar?- dije y sonrió, volvió a mirar el agua mientras le daba otra calada al cigarrillo.

- No entiendo porque lloras por mí, si fuiste vos la que decidió tomarse un tiempo- tenía razón, pero ¿que le puedo decir?.

- No siempre es tan fácil como vos crees- dije y miré mis pies- no creas que disfrutó que lo nuestro haya terminado, porque no es así- el asintió y se levantó.

Observe cada uno de sus movimientos detalladamente, se puso las crocs y tiro la colilla del cigarrillo al piso para después pisarla y terminar de apagarla.

- Hasta mañana, Roma- dijo y empezó a caminar en dirección a la puerta.

- Chau, Mateo- dije pero estaba segura que no me escuchó.

Me quede ahí sentada, con miles de sentimientos juntos y la mayoría de ellos malos.

Estaba empezando a amanecer y el viento se hizo presente, me levanté de ahí y subí a mi habitación.

todo cambia | truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora