EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO.
CAPÍTULO 5.
Después de un día inconsciente, reaccioné. Gracias a Dios no tuve contusiones graves en la cabeza, me fracturé el brazo izquierdo en tres partes desde la muñeca hasta el codo, me tuvieron que operar, quince suturas en total. Ese brazo me quedó horrible. El dolor, ni se diga. No quise que les avisaran a mis padres para no preocuparlos.Nada podían hacer estando tan lejos, ¿para qué angustiarlos?, así que preferí esperar. Cuando salí del hospital les hablé para explicarles. Me dejaron una semana en observación, me hicieron todo tipo de estudios por el golpe que recibí en la cabeza, aparte me dieron seis meses de incapacidad. Apenas me recuperara tenía que hacer terapias en mi mano. ¿En qué momento cambió todo? Imaginé que este era el final de mi paso por Italia. Pensar es eso me llenaba de frustración, ya no iban a renovar el contrato, ¿cómo pueden cambiar las cosas en tan solo segundos?
Cuando me dieron el alta hablé con Mariana, ella sabía de mi accidente.
Llamada larga distancia.
—Hola amor, ¿cómo estás?
—Mi vida, que bueno escucharte, estaba tan preocupada por ti. ¿Cómo sigues?
—Acabé de llegar a la casa, aún adolorido y con algunos raspones, pero ya mejor.
—Me alegra tanto escuchar que ya estás mejor, estaba muy preocupada por ti. ¿Ahora qué va a pasar?
—Lo más seguro es que no me renueven el contrato, no después de esto.
—No pienses así amor, el accidente no fue tu culpa, los accidentes pasan y ya.
—Ojalá ellos pensaran lo mismo amor, esperemos para saber qué pasará.
—Cuídate mucho por favor, cualquier cosa me avisas, te amo y te extraño mucho.
—Cuídate hermosa, hasta pronto, también te echo de menos.
Hablé con mis padres, mi madre estaba muy preocupada, mi padre solo preguntaba por el contrato, lo cual, al parecer, era todo lo que le importaba. Le dije que aún no sabía nada al respecto. Mi madre quedó más tranquila. Si algo aprendí es; no hagas tantos planes, la vida hace lo que quiera contigo. Como el accidente lo tuve aún con contrato, ellos se encargarían de pagar los meses de incapacidad.
Todos los días en las mañanas me posicionaba frente a mi bicicleta, mi niña como la llamaba yo. Tenía que confesar que unas lágrimas llenas de tristeza y frustración se escapaban de mis ojos. Empecé con las terapias de mi brazo, cuando retiraron los puntos me quedó una cicatriz enorme, pero al menos no quedé con secuelas graves que me impidieran seguir montado en mi bicicleta, mi vida y mi pasión eran esas dos ruedas. Seguía entrenado, aunque bajo supervisión médica, las terapias eran un tanto molestas y dolorosas.
3 meses después.
Ya estaba mucho mejor, aunque la cicatriz me cubría casi todo el brazo era muy notoria. Estaba entrenando cuando llegó mi entrenador y por la cara que traía imaginé que no tenía buenas noticias para mí.
—Hola Esteban, ¿cómo va todo?
—Mejorando mucho gracias a Dios.
—Me alegro mucho.
—Gracias —di un largo suspiro—, imagino que no está aquí solo para preguntar por mi salud.
—Qué te digo yo —soltó una risita forzada.
—Como dicen en mi tierra querida y bella, suéltalo sin anestesia.
—Acabo de hablar con Harrison, me dice que estuvo reunido con los demás patrocinadores y decidieron no renovar el contrato —dio un largo suspiro—, cuánto lo siento Esteban.
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El QUE NOQUISO LUCHAR FUI YO.
RomanceEl QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO. Sinopsis... Mi nombre es Esteban Roldán. Esta es mi historia. Sé que suena un poco extraño, pero esta historia será contada por un hombre, una historia real. La historia de mi vida. ... Jamás pensé enamorarme de la...