EL PASAR DE LOS AÑOS.

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Tiempo después.

El tiempo puede dar grandes lecciones que se aprenden a través de errores y éxitos; han sido tres años de gran crecimiento en el reino de Arendelle así como en las personas que lo habitan. De nuevo iniciaba el Otoño acompañado del festival de cosecha, todos los arendellianos se reunirían para un gran festín en la plaza que estaba alrededor de la estatua de los jóvenes y antiguos reyes Agnarr e Iduna. Las mesas estaban ya listas con manteles rosas sobre ellas, algunos sirvientes del palacio colocando platos, cubiertos y vasos para todos aquellos que tomaran lugar en las mesas.

Dentro del castillo, la Reina Anna daba por terminada la reunión del consejo y mientras todos abandonan la cámara ella se quedaba a organizar los últimos documentos, el cargo de Reina era bastante pesado pero siempre tenía tiempo para su familia.

—Adelante —respondió Anna tras escuchar unos golpes en la puerta.

—Ya es hora —entró su hermana, Elsa—, tan solo requieren el anuncio de la Reina para comenzar el festival.

—Lo sé, en un momento iré —respondió con cierta desesperación—, solo, necesito terminar de guardar todo... —sintió como Elsa se acercaba a ella.

—Déjame ayudarte —dijo Elsa ayudándole— ¿Cansada? —preguntó.

—Bastante, me duele la mano de tantas peticiones que firmé —Anna respondió soltando el aire— aunque no debo estar tan cansada con tú ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas recostarte? ¿Quieres agua, chocolate, algo?

—Anna, deja de preocuparte, estoy bien —Elsa acomodó los papeles en pilas y entre portafolios.

—¿Dolor? —insistió Anna sin escuchar a su hermana— Vamos, algo debes tener y seguramente no lo dices —Elsa soltó un suspiro.

—¿Vas a escucharme? —miró a Anna y ella asintió— no te preocupes por mí, me siento bien, me abruma que todo el mundo pregunte como me siento.

—Elsa, hasta donde mi conocimiento abarca, que tuvieras dolores toda la noche no es bueno.

—¿Jack te lo dijo? —Anna asintió a la pregunta de su hermana—, lo mataré, le dije que no te comentara nada por ahora porque estás estresada —Elsa hizo una pausa—. Tuve dolores en la noche, Yelena y Pabbie me visitaron y dejaron en claro que no es nada grave o fuera de lo común, hasta ahora solo he sentido algunas presiones en la espalda baja pero no siempre ocurre eso.

—El trabajo no es excusa como para no enterarme que pasa con mi hermana y con mi sobrino o sobrina —Anna reclamó mientras ponía sus manos en el vientre ya agrandado de Elsa— Jack hizo bien en avisarme, así estaré al pendiente de tí en el festival.

—Te juro que no pasará nada, a este bebé le faltan semanas por querer salir —sonrió Elsa mirando a su hermana—. Una vez aclarado esto, vámonos que el reino espera.

Anna asintió y salió con Elsa que la sujetaba de su brazo. Estos años no solo fueron progreso para el reino y los habitantes, sino también para la familia real que esperaba al nuevo integrante, todos estaban emocionados pues ahora habrá navidades en las que se entreguen regalos sorpresa, cumpleaños con todos los juegos posibles y entretenimientos para niños y entre muchas otras cosas.

—Elsa —se detuvo Anna— Te alcanzo en la puerta del palacio ¿Si? Debo ver organizar algo, será rápido.

—Está bien, en lo que arreglas eso esperaré a Jack —informó Elsa y bajó las escaleras con una mano en el barandal y la otra en su espalda.

Anna espero por un momento en lo que Elsa bajaba las escaleras, después de ello se digirió a la biblioteca donde la esperaba un soldado de nombre Galt.

DOS MUNDOS II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora