Capítulo 1x15: ¿Mi amigo? Está bien, puedo intentarlo

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Capítulo 1x15: ¿Mi amigo? Está bien, puedo intentarlo

Las decisiones que más te cuesta tomar, esas que te dejan con una sensación de inseguridad en el estomago, son quizás las más importantes que tomarás nunca, pero también pueden ser las más erróneas. A veces, simplemente tienes que dejar que las cosas surjan por si solas, dejarte llevar por la vida, quizás no debas querer controlarlo todo.

Pero para Anne, el hecho de controlar su vida, era algo ha intentando hacer durante toda su vida. Si bien nunca lo ha llegado a controlar del todo, ella lo ha intentando siempre.

Desperté bastante temprano para habernos acostado tarde. Tenía los nervios descontrolado, todo lo sucedido anoche, mi casi besos con Marcos, mi extraña sensación con Sam y mi entrevista de trabajo con la madre de Jake, todo eso parecía rondar por mi cabeza como si esta fuese un lavadora en pleno centrifugado. Así que hice algo que no solía hacer, algo que Marcos me reñiría si me viera, me puse a cocinar.

Sí, vale, ya se que la cocina no es mi fuerte, pero hago las mejores tortitas de toda mi familia y puesto que necesitaba ocupar mi mente en algo trivial, unas tortitas para desayunar me pareció la mejor solución.

Sam y Marcos aún dormían, así que si me salían malas, ellos no tenían que porqué enterarse. Pero ese planteamiento duró hasta que una sartén se me cayó encima del fregadero y con el ruido, desperté a Marcos. Estaba claro, no estaba hecha para la cocina.

- ¿Qué haces? – me preguntó Marcos muy seriamente.

- Tortitas. – contesté de forma desinteresada. – Siento haberte despertado, se me resbaló.

- ¿Cuántas veces he de decirte que no juegues en la cocina sin la presencia de un adulto? – le miré entre enfadada y apunto de reírme, no sabía como tomarme su pregunta.

Pero él, a pesar de que intentaba parecer sumamente enfadado, los ojos estaban sonriendo por sus labios.

- Bien, pues cuando veas a un “adulto”, te chivas. – le dije mientras le sacaba la lengua.

Y ahí ya no lo pudo controlar más, se echó a reír mientras me miraba con sus tiernos ojos color canela, yo apenas podía seguirle el juego, mi corazón parecía estar haciendo la base de una canción rap.

- Esta bien, déjame que te ayude. – me dijo mientras entraba en la zona de la cocina y se acercaba demasiado a mí.

- NO – dije chillando, él me miró con una ceja levantada y algo molesto. – Las tortitas es lo único que sé hacer, déjame que cocine para ti. – entonces le empujé hacia el otro lado de la barra americana y le senté en un taburete. – Tú quédate aquí observando, solo observando.

Le puse café en una taza y él obedeció sin rechistar, ni siquiera hizo ningún comentario de mi manera de preparar tortitas. Pero al final terminé, hice tortitas para todo el bloque al parecer…

- ¿Te importa ir tú a despertar a Sam? – dije casi suplicando.

No dijo nada, simplemente me miró extrañado durante un rato y después se fue hacia el cuarto de Sam. No tardó en venir y cuando lo hizo, su mirada era aún más extrañada.

- No está. ¿No ha dejado ninguna nota? – levanté los hombros en señal de desconocimiento y él se puso a buscar por el salón. – Aquí esta: “He quedado, no me esperéis para comer.”

Marcos no le dio importancia, pero por alguna razón ahora necesitaba hacer más tortitas. Tenía que tener la mente ocupada si no quería volverme loca pensando que estará haciendo. No es que me importe mucho, ¿o si me importa? pero después de lo de anoche, de ese momento en el que mi corazón de desbocó, sentía que necesitaba volver a verle para saber más acerca de eso.

En Busca de la FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora