Capítulo 1x17: Princesa maldita.

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Capítulo 1x17: Princesa maldita.

Erase una vez, una princesa cuyo deseo era la simple felicidad, no pedía otra cosa que no fuese ser feliz. Pero un día, una malvada y desconocida bruja, la maldijo con un conjuro de infelicidad, en él decía, que por cada momento bueno que ella tuviese, este le sería devuelto con dudas e indecisiones que la harían desdichada.

Pero nuestra princesa desconocía dicho maleficio, por lo que nunca se esperaba las consecuencias que traía su momentánea felicidad.

- ¡Me ha cogido! ¡Le he gustado! – entré en casa cantando estas palabras.

Marcos y Sam estaban sentados en el sofá y viendo la televisión, pero en cuanto entré canturreando, ambos levantaron la vista y me sonrieron. Sin duda sabían a lo que me refería, les había estado dando un concierto los últimos días para prepararme para la prueba.

- Eso es estupendo. – dijo Sam mientras se levantaba y venía a mí para levantarme en un abrazo.

Mi corazón pareció palpitar más fuerte con su contacto, hacía mucho que no me abrazaba y últimamente apenas pasa tiempo en casa y cuando lo hacía, parecía evitarme o se aleja cuando yo me acercaba a él.

- Nuestra princesita se nos hace mayor, Sam. – dijo Marcos burlándose de mí y abrazándome con algo más de pasión que Sam.

Sus manos eran como pequeñas corrientes eléctricas pasándome por la espalda, sentía su respiración en mi cuello con el abrazo y si lo de antes me parecían palpitaciones aceleradas, ahora el corazón estaba provocando un agujero en mi pulmón.

Alargué un poco más el abrazo de Marcos, apoyé mi cabeza en su hombro y disfruté del aroma de su colonia y de la calidez de su cuerpo. Por supuesto, él no se molestó ante mi necesidad de tenerle cerca, pero sin duda fue un error. Me separé de él y la mirada de Sam era completamente acusatoria, cambiaba el objeto de su mirada entre Marcos y yo, a cada segundo que pasaba, sus cejas se juntaban más y más, hasta podíamos ver el hilo de sus pensamientos en sus preciosos ojos verdes.

No tenía la intención de excusarme por mis actos, ni siquiera creía que hubiese sido para tanto, solo un abrazo más largo de la cuenta, nada más… Pero él sí habló y no precisamente para decir algo bueno.

- ¡Oh Dios mío! ¿Estáis…estáis juntos? – nos empezó a apuntar con los dedos y entre lo rápido que los movía y su pregunta, estaba totalmente desconcertada.

- No Sam, no estamos juntos. – contestó Marcos con un tono algo cansino.

Ahora lo entendí, ¿Sam pensaba que Marcos y yo estábamos liados? Mi corazón volvió a las palpitaciones y con ello a la necesidad de salir corriendo de la casa. Pero este no era un problema del que pudiese huir, aunque me fuera, sus dudas seguirían estando aquí cuando regresara.

- Debe saberlo, Marcos. – dije sin mirarle.

- No lo considero buena idea, hay cosas que no sabes. – ahora si le miré, ¿había algo que  no sabía? ¿pero qué?

- ¡Decídmelo! – ordenó Sam.

- Tiene que saberlo. – sentencié mirando a Marcos. Entonces me giré y me acerqué lentamente a Sam. – Él y yo nos acostamos en los Hamptons, pero no estamos juntos, de verdad que no. – eso último me sonó un tanto desesperado y me arrepentí de eso al momento, Marcos podría malinterpretarlo.

- ¿QUÉ OS ACOSTÁSTEIS? – chilló mientras daba tres pasos hacia atrás y se alejaba de mi lado.

Ese movimiento me dolió más de lo que esperaba y no tanto por el movimiento en sí, sino por la cara de asco con la que me miraba.

En Busca de la FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora