La extraña humana

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Como supuse algo en ella era diferente pero aún no sabía que era, me atraía pero no realmente, decidí dejar de pensar en eso y concentrarme en mi investigación, salvarla había sido una pedida de tiempo para mi, antes de que pudiera salir ella me detiene " ¿tienes donde quedarte?" La miro extrañado " por el momento no", ella sin más me dice que la siga, que tiene un lugar en el que me puedo quedar, yo sin saber porque la sigo, tal ves sea el cansancio o el hambre pero no puedo negarme a su petición, la sigo no muy convencido de mis acciones.

Al llegar a ciudad fortuna de nuevo veo que de noche todo es aún más solitario, las calles son más desiertas y con ventiscas frías, no pareciera que viviera gente en este pueblo, "llegamos" al escucharla vuelvo a prestar atención a ella y al lugar, miro que es una casa de dos pisos color azul cielo con algunas plantas y a los lados de la puerta, se ve un lugar acogedor, me recuerda mi antiguo hogar, "adelante pasa" sin más se adentra en la casa y atrás de ella entro yo, al estar dentro inspeccionó el lugar minuciosamente, veo libros, costuras, tazas, telas, incluso obras de barro, por como estaba el lugar podía deducir que se trataba de su casa, ¿pero porque traer a un extraño a su casa?, esa mujer, algún día sus descuidos la mataran, " toma asiento donde quieras, prepararé una habitación para ti, ¿está bien?", sin decir nada más se fue al segundo piso, por alguna razón al ver su casa y sus cosas, pensaba en que era un acto de confianza muy grande el que me dejara estar aquí, no solo ella irradiaba alegría si no sus cosas tenían un aura alegre.

La escucho bajar de las escaleras y volteo a verla, aún no me quito mi gabardina ¿su amabilidad será la misma cuando me vea? Y como si leyera mi mente me pregunta "¿te quitarás tu gabardina? Se ve gastada y sucia, podría lavarla por ti" yo dudo un poco en aceptar su extraña oferta pero aunque no lo quiera, tiene razón, me quito la capucha y le extiendo la gabardina, me quedo viendo su rostro para ver su cara de sorpresa al mirar mi cabello blanco y mi apariencia similar a la de sparda, pero nada sucede, toma mi gabardina y se va, no lo entiendo, hasta pareciera que yo estaba más sorprendido que ella por verla, "el cuarto está listo te dire donde es" con un movimiento de su pequeña mano me hace una señal de seguirla y yo lo hago, algo en ella no era normal y aunque no sabía que era no me disgustaba y hasta me parecía que era interesante...

Al entrar al cuarto me dice "aquí podrás descansar, dime si necesitas algo ¿ok?, ha y otra pregunta, ¿cuál es tu nombre?" Esa última pregunta me la dijo algo apenada, se miraba en su rostro, yo con algo de más confianza y cansancio respondí "¿invitas a alguien a tu casa sin siquiera preguntarle su nombre?, eso no es muy sensato de tu parte" ella respondió "tú aceptaste venir sin siquiera saber el mío, justo ahora los dos somos igual de sensatos" sonrió un poco y contesto su pregunta "vergil y el tuyo?" Ella sonríe y me contesta "me llamo Eliz" con eso ultimo cerro la puerta no sin antes decir un pequeño buenas noches, creía que el nombre de eliz no le quedaba a su rostro, tal ves ese no era su nombre, con esos pensamientos de ella me acoste necesitaba descansar y como hace tanto no dormía en una cama aprovecharía al máximo todo esto.

Me despertó un olor a hotcakes, parece que mi lado humano reciente mucho las semanas que no como, un poco somnoliento bajo despacio las escaleras, comienzo a sentir mis piernas flaquear ante las escaleras pero esto no me va a poder conmigo, no sé de donde saco fuerza de voluntad para estar de pie frente a lo que parecía ser la cocina, ahí veo a eliz con un overol para cocinar, su cabello estaba agarrado en una cola y tarareaba una canción dulce y alegre, al verme detuvo su canción y me invitó a sentarme dijo que había hecho hotcakes y que esperaba que me gustaran, me puso frente a mi un plato de cuatro hotcakes esponjosos con dos tiras de tocino y un jugo de naranja, me limité a verla y agradecer con mi cabeza el amable gesto ella puso su plato en la mesa, en su plato había dos hotcakes junto con una ensalada de frutas y dos tiras de tocino, tenía un vaso de jugo de naranja, la miré ponerse en una postura de oración, cuando terminó su oración me invitó a comer con una señal con su mano, después me sonrió y comimos, al terminar pregunté "¿porque eres tan amable?, ni siquiera me conoces y aún así me das alimento y un lugar donde dormir" ella responde "no sabía que ser amable era algo malo" recriminándome por mis dudas, " yo nunca dije que fuera malo pero si eres así con todos tarde o temprano te encontrarás con alguien que te mate" digo esto mas para advertir que por preocupación o eso quiero crees yo, "solo soy amable, si algún día muero por ser amable.." se quedo callada, antes de terminar esa oración miro su plato y luego me miro directamente a los ojos y me dijo "moriré feliz porque pude ayudar a alguien que lo necesitaba solo siendo amable" me sonríe pero no entiendo porque es tan feliz, no le importa morir siendo amable, para ella es una muerte digna.

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora