Una cruz roja

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Desperté con eliz en mi pecho desnudó, la noche anterior lo habíamos vuelto a hacer pero esta ves ella terminó agotada, se quedó dormida en mi pecho y yo tras de ella, acaricié un rojizo mechón de su cabello que pasaba por su mejilla, mi tacto la despertó y como si se tratara de un ángel me sonrió dándome los buenos días, acaricié su mejilla apartando un mechón de su cabello, colocándolo detrás de su oreja mientras contestaba su saludo "buenos días eliz", sonrió con sus mejillas un poco rojas, parecía que diría algo pero solo se levanto llevándose con ella la sábana, corrió hasta el cuarto de baño y la escuché vomitar, esta ves no había comido nada, rápidamente me puse mis pantalones, corrí hacia el cuarto de baño, al llegar la encontré sentada en el suelo con su cabeza en la taza del baño, aún vomitaba así que sostuve su pelo para que no le estorbara, "vergil no, déjame, no me mires" estaba loca si pensaba que de verdad la dejaría ahí "no tienes de que preocuparte eliz" después de vomitar todo lo que tenía en su panza la ayude a levantarse, se puso frente al lavamanos y metió agua a su boca, enjuagándola un poco, al escupirla me miro "¿porque no te fuiste?, no quería que me vieras así" no entendí, al parecer el quedarme a ayudarla le había puesto triste pero no entendía porque realmente "¿porque te pone triste que te ayudara?", ella contesto, "vomitar es feo, ademas debí de haberme visto fatal" ¿le preocupaba su apariencia al vomitar?, no pude evitar reírme un poco, era absurdo, ella era hermosa, verla vomitar no cambiaría en nada la imagen que tenía de ella, "¿¿de que te ríes??" Lo decía molesta, entonces proseguí a dar mi explicación "no importa de qué forma te vea para mí tú siempre serás hermosa" lo que dije la tomo por sorpresa, me di cuenta porque su rostro se puso completamente rojo como su cabello, no sabía si había hecho bien en decirle eso porque no decía nada, creí que siendo sincero aligeraría su enojo pero no sé si estaba más molesta o muy apenada su rostro era un poema.

Desayunamos juntos ese día, entre ambos hicimos hotcakes solo como ella los sabe hacer, le dije que me explicara como lo hacía pero dijo que era un secreto, mientras lo hacía yo cocinaba el tocino, está ves en su plato había cuatro hotcakes esponjosos junto con mucha ensalada de frutas y cuatro tiras de tocino, era mucha comida incluso para ella, en mi plato había dos hotcakes esponjosos, un poco de ensalada de frutas y dos tiras de tocino, deje un hotcake y una tira de tocino en cambio ella devoró todo lo de su plato y después devoró lo que deje, sin duda era una humana con un apetito grande, pero me sorprendió que al principio cuando la conocí no comía tanto como ahora, deduje qué tal ves era por haber vomitado tantas veces.

Ese mismo día en la tarde casi noche, ella regresaba de trabajar y por casualidad me encontraba afuera con un balde de agua regando las macetas de enfrente, la mire a lo lejos, entonces decidí esperarla, pero antes de que llegara tan cerca como para poder saludarla vi como caía inconsciente, reaccioné al instante y pude sostenerla antes de que cayera de lleno en el pavimento, me quede en blanco, no supe que hacer no sabía si llevarla a nuestro hogar, a algún lugar que pudieran revisarla o no se, la cargué en mis brazos y decidí llevarla a un lugar donde la pudieran revisar, con el tiempo había explorado muchos lugares de ciudad fortuna, había hecho algunas investigaciones acerca de las costumbres humanas y sus empleos y cómo encontrarlos, las señales de cruces rojas eran hospitales donde se llevaban a humanos heridos y ahí la llevaría, encontré el hospital y pase buscando a alguien que pudiera ayudarla, "buenas noches ¿podría atender a esta mujer?" Le dije a una mujer que estaba frente a un escritorio supuse que era la encargada por sus ropas blancas, ella asintió y me pasaron a una habitación donde me dijeron que la recostara y así lo hice, no sabía si confiar en ellos pero si de algo estaba seguro era que eliz hubiera confiado en ellos.

Rápidamente llegó un hombre con bata blanca y me hizo algunas preguntas "¿que es de la mujer que está aquí?" Y me quede en blanco otra ves, ¿que podía decirle?, yo se que ella y yo éramos algo más que compañeros en una casa, pero ¿como se lo decía al sujeto de enfrente?, podría decirle que era mi mujer pero creí que era muy irrespetuoso decirlo abiertamente, esto era algo íntimo de nosotros, entonces opté por decirle quien quería que fuera "es mi esposa" el sujeto que se hacía llamar doctor anotó esto en una libreta y siguió con el cuestionario "¿cuantos años tiene?" Una ves más ¿que le digo?, sabía que eliz era menor que yo, tal ves por un año, así que eso es lo que le dije "tiene 17 años" el doctor me miro "¿y están casados?" Asentí con confianza el me miro y comentó "hay la juventud de hoy" mientras hacía un gesto de ¿desaprobación?, total terminó con su cuestionario que para mi era totalmente innecesario.

Después de un rato eliz despierta y me ve "¿vergil qué pasó? ¿Donde estamos?", "te desplomaste a mitad de el pavimento, no supe a donde más llevarte más que aquí, llegó un doctor y dijo que te haría unas pruebas, justo ahora lo estoy esperando" cuando termine mi oración como por arte de magia llegó el doctor "me alegra que ya haya despertado señorita eliz, tengo muy buenas noticias para usted y su esposo" mire el rostro de eliz, estaba en shock, fácil mente pude adivinar sus pensamientos, estaba desconcertada por aquella declaración. "¿esposo?" El doctor no pudo escucharla pero yo si, saliendo de hay le explicaría las cosas, solo espero que no se moleste mucho.

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora