Mi deber

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Llegamos a casa aún consternados por aquella noticia que nos dio el doctor, mi mente estaba colapsada, tenía tantos sentimientos encontrados, mire el rostro de eliz que también estaba en shock, incluso más que cuando le dijeron que era su esposo y como no estarlo con aquella noticia.

Flashback
"Tengo dos noticias que darles" dijo aquel doctor alegre "díganos ¿que tiene eliz?" Yo estaba preocupado por ella, solo esperaba que no fuera algo grave "la primera es que se encuentra muy bien de salud, está un poco deshidratada pero no es nada que un suero no pueda curar y la segunda es que está embarazada de hace aproximadamente dos semanas, ¡felicidades!" Ahora no solo ella estaba en shock cuando reaccione rápidamente voltee a verla, de su boca solo salió un "¿que?" Diminuto.
Fin del flashback

Sin decir nada eliz subió a su habitación, no sabía cómo reaccionar, tendría un hijo, sería padre junto con aquella mujer que amaba, de repente esa la noticia en mi cabeza cobraba más fuerza, sería padre, comencé a sentir una inmensa felicidad y en mi cabeza solo estaba esas palabras, sería padre, corrí hacia la habitación de eliz, tenía que decirle lo feliz que me hacía saber que tendría un hijo con ella, entonces entre y la encontré sentada en su cama abrazan una almohada con algunas lágrimas en su rostro miraba hacia la ventana, me acerqué a ella lentamente cerrando la puerta atrás de mi, me senté a su lado aún sin decirle nada y ella hablo "gracias vergil, por darme todo, comprensión, apoyo, cariño, seguridad, amor y ahora un bebé, que aunque aún no nace, lo amo mas que a mi vida" esas palabras de eliz me hicieron sentir feliz, tenía una familia, ahora una que había hecho junto a esta humana, recordé a Dante y mi madre, si ellos vivieran estoy seguro que estarían felices por mi.

Abrace a eliz y bese su rostro junto con sus labios "me haces muy feliz, gracias a ti por salvarme" ambos acurrucados en su cama dormimos, cuidaría a eliz ahora más que nunca, protegería a mi familia esta ves.

A la mañana siguiente desperté buscando a eliz con mis manos pero no me estaba, baje a la cocina de su hogar y estaba ahí sentada en su comer comiendo unas galletas y tomando cafe, parecía pensativa, me acerqué a ella "buenos días" dije, al verme sonrió y me contesto el saludo, después siguió "lamento no tener comida ahora, me sentía algo débil y no pude cocinar" me senté a lado de ella en la silla de su comer e hice un movimiento con mi mano restándole importancia a eso, entonces siguió hablando "vergil, nuestro bebé...¿tendrá tu misma fuerza?" Su pregunta me tomo por sorpresa, no había pensado en eso, al ser mitad demonio y humano supondría que si pero si su madre solo era humana eso no supondría que el bebé fuera ¿más humano?, no supe que contestar, "tal ves si, pero no creo que sea tan fuerte como yo" tal ves lo que dije era algo que ella no quería escuchar ya que su rostro cambió a uno de tristeza "vergil no quiero que nuestro bebé sufra" al igual que ella eso también me preocupaba pero ya había tomado la decisión, me quedaría con ella y con ese bebé, los protegería, "no tienes de que preocuparte eliz, yo estaré a su lado siempre, los protegeré" su rostro se puso rojo levemente y me regaló una sonrisa"gracias vergil".

Los días iban pasando, las hordas demoníacas iban aumentando, así como el embarazo de eliz se iba haciendo más notorio, pronto tendría que dejar de ir a trabajar, eliz y yo hablamos acerca de si sería bueno que los humanos vieran su estado, ciudad fortuna podría ser un lugar con gente muy chismosa a lo que me había contado eliz.

Decidimos que no sería prudente que la gente viera su embarazo, podría traernos problemas con la orden y estaría menos a salvo.

Eliz con el paso de los días había cambiado, su cuerpo estaba algo delgado pero su vientre estaba más redondo, habían pasado ya unos meses desde que supimos de su embarazo y ella se miraba más feliz pero más cansada, tal ves el verla más delgada era mi imaginación por ver su vientre más redondo, sabía que eliz comía lo doble desde que supimos la noticia pero no se le notaba.

Ese día había salido a la biblioteca de fortuna necesitaba hablar con aquel sujeto llamado arkham, le diría que no contara conmigo para nada de sus planes, no le daría razones del porqué solo me desharía de él y le advertiría que no me vuelva a buscar.

Llegue a la biblioteca y buscaba algunos libros, me encontraba en la sección de relatos y poemas justo en esa sección mire aquel libro que me recordaba a mi infancia, lo tomé en mis manos y lo ojeé "William Blake" dije para mi mismo pero sentí como alguien se aproximaba a mi, sabía que era el sujeto al que buscaba.

"Señor vergil, que agradable sorpresa encontrarlo aquí" era aquel sujeto llamado arkham, "el sentimiento no es mutuo" atinó a decir antes de seguir ojeando ese libro entre mis manos "pero ahora que estás aquí te dire" esto lo digo dejando aquel libro de donde lo agarre y girándome a verlo "antes de que diga algo, le entrego el libro que me pidió traducir, dice cosas muy interesantes acerca de un poder oculto de alguien llamado sparda" sus palabras capturaron mi interés, le exigí ese libro y me lo dio, ese libro tenía algunas imágenes junto con algunos escritos, en las imágenes se ve una espada y dos amuletos que conocía muy bien, uno era mío y el otro era de Dante, había otros escritos que no supe que decían pero imaginaba que necesitaba aquella espada, mi sed de poder comenzó a resurgir, necesitaba poder, mucho más poder, saque mi amuleto un poco, esta acción no pasó desapercibida por arkham quien prefirió hacerse de la vista gorda ante mi amuleto, viendo el libro recordé a eliz, necesitaba poder pero ahora tenía una familia que proteger, dejaría esto para después cuando nuestro hijo tuviera edad suficiente como para que pueda cuidar a su madre mientras no estoy, me mantendría al margen, le regrese el libro a arkham "por el momento esto no me interesa" el algo sorprendido replica "pero señor, este poder grita ser encontrado, con el no habrá quien lo detenga" su repentino interés se me hacía preocupante, "arkham, no vuelvas a buscarme, si algún día voy en busca de ese poder yo te buscaré, pero si tú me buscas, te mataré" dicho esto salgo de aquella biblioteca con la intención de no regresar.

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora