Un dia de campo

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Estaba fastidiado de pelear con aquel demonio, protegía muy bien su núcleo, llevábamos un rato peleando, estaba empezando a cansarme "hijo de sparda ¿ya te rendiste?", me miraba con su estupido rostro divertido, estaba harto de él rápidamente corrí hacia él y lo volví a partir en muchos pedazos, esta ves no espere tanto para agarrar su núcleo entre mis manos y lo apreté hasta que se cuarteó, el al darse cuenta movió su masa de carne y se pegó a mi mano quitándome el fragmento del cual se volvió a reconstruir pero esta ves parecía herido "¡eres una basura, como te atreves a tocarme!" De sus brazos salieron membranas como alas con las que salió volando no sin antes decirme "hijo de sparda te juro que regresare" ojalá hubiera tomado sus palabras mas enserio.

De regreso a casa de eliz corrí a buscarla, ella seguía sentada en su cuarto pero esta ves lloraba "¿eliz estas herida? ¿Te pasó algo?" Al verme me abrazo "estoy bien no te preocupes vergil" estaba llorando y ¿me pedía que no me preocupara?, era tarde así que bese su frente y la invité a que durmiera, ya mañana veríamos el desastre que causaron los demonios.

Al día siguiente desperté pero eliz no estaba, tampoco olía a comida humana, algo preocupado baje y la encontré recogiendo pedazos de madera de muebles rotos, estaba limpiando "buenos días eliz" ella al verme contestó mi saludo "buenos días vergil" se miraba algo triste por lo que quise intervenir "no te preocupes eliz, arreglaré esto" la puerta aún estaba en su lugar pero se miraba que estaba en mal estado, no quise que se preocupara más, me puse mis ropas junto con mis gabardinas y le hablé "te invito a comer a algún lugar" mientras me acercaba a ella, me miro extrañada "¿a donde iremos?" No quise contestarle porque realmente ni siquiera sabía a donde la llevaría, solo con una señal de mi mano le dije que fuera a arreglarse y así lo hizo.

Al bajar tenía un vestido azul junto con su capucha blanca, le indique la puerta y salimos a caminar por la ciudad, mirábamos locales con artesanías y antigüedades pero ninguno tenía comida, me estaba empezando a resignar cuando a lo lejos miro un local de comida, decidí entrar solo yo a comprar comida, no supe que pedía, no conocía esa comida así que solo pedí lo que más llamo mi atención, toda la comida me la dieron en una pequeña canasta, al salir me esperaba eliz algo ilusionada "sígueme eliz vayamos a comer a otro lugar" ella con una sonrisa y emocionada me sigue, tararea la linda canción alegre, eso me hace feliz.

Llegamos al árbol solo de aquel prado, no pensaba en otro lugar más adecuado para comer, nos sentamos al pie del árbol y saqué lo que había comprado, eran unos panes con algo entre ellos, también había una especie de palitos amarillos con sal, le pregunté a eliz acerca de eso "¿que es esto que estoy comiendo?" Señalando el palito amarillo en mi mano, al parecer eso era fácil de saber porque ella me miro divertida y comenzó a reír "eso querido vergil se llaman papas fritas" lo decía mientras señalaba lo que tenía en mi mano, "pues nunca había comido papas fritas" a lo que responde "¿de verdad?" Con un rostro de sorpresa, asentí un poco avergonzado por no saber que era, entonces volvió a hablar, "si no sabias que era ¿porque lo pediste?" Sin poder escapar de esa pregunta conteste sinceramente, "no sabía lo que estaba pidiendo" como si mis palabras hubieran sido un detonante ella estalló en carcajadas mismas que me hicieron sentir más avergonzado, "vergil ¿porque no solo dejaste que fuera a pedirlo yo?" No supe que contestar a eso, mejor decidí limitarme a comer esos panes con cosas entre ellos, volvió a hablar como si supiera mis pensamientos "eso que comes se llama sanwish" le di la espalda para que no viera mi vergüenza y ella sabía de mi vergüenza, solo podía escucharla carcajearse a mis espaldas.

Ya en su hogar dijo que se bañaría porque se sentía cansada, aprovecharía para arreglar las cosas destruidas, empezando por la puerta, en eso estaba cuando escuché ruidos en el cuarto de baño, me acerqué un poco para saber que pasaba, se escuchaban arcadas como si estuviera vomitando, pensé en qué tal ves la comida no le había caído bien y le hablé "eliz ¿te encuentras bien?" Desde el otro lado de la puerta contesto "estoy bien no entres vergil" entonces me preocupe aún más "¿de verdad?" Solo contesto "si no entres" y siguió vomitando, me aleje un poco para darle su espacio, seguí con la puerta.

Una ves que salió del baño me acerqué a ella "¿te encuentras bien?, no es normal que vomites, ¿estaba mala la comida?", con una sonrisa me contesto, "la comida era excelente vergil, solo tuve náuseas pero ya estoy mejor" asentí y la invité a que descansara mientras seguía arreglando partes rotas de los muebles, mire como subió las escaleras, me agaché y me di la vuelta para seguir cuando su vos en mi oído me desconcentro "vamos a la cama vergil" mientras decía esto pasaba sus manos por mis hombros haciendo que una corriente eléctrica pasara por mi espalda, se escuchaba seductora, no me resistí, dejaría aquellos muebles para mañana.

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora