Mi mision

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Saber que esa humana estaba satisfecha con morir ayudando a la gente me hizo sentir extraño, a lo largo de mi vida e visto incontables muertes de humanos y demonios, algunos bajo mi espada y aún así nunca me importó saber si eran o no buenas personas o buenos demonios, para mi todos eran insignificantes, humanos o demonios.

Pensaba en mi próximo movimiento hasta que escuché un azote en la puerta de atrás de la casa, fue algo repentino que llamó mi atención, corrí hasta el lugar del que venia esos sonidos solo para encontrarme con esa humana siendo golpeada por un demonio justo en su rostro, parecía querer taparse los golpes pero era inútil su cuerpo humano no podía con tanta brusquedad, me aproxime a donde estaba y mate a aquel demonio con mi espada, estaba frustrado, no podría protegerla por siempre y esto me estaba molestando, ¿porque los demonios tiene tanto interés en matarla?, ¿que es lo que hace que ellos quieras asesinarla?, tengo tantas dudas y las resolvería en ese instante, me aproxime a eliz solo para ponerme a su altura y preguntarle "¿porque todos los demonios te persiguen con intenciones de matarte?¿hiciste algún pacto con alguno y no cumpliste o hiciste enojar alguno?, necesito saber que es lo que atrae a tantos demonios si no nunca podré ayudarte" en ese momento no pensaba mis palabras, extrañamente dentro de mi, muy dentro quería ayudar a esa humana, tal ves como gratitud por su amabilidad, al verme ella intentó sentarse en el suelo y yo la ayude para que pudiera responder mis preguntas, me dijo "desde pequeña vi como un demonio mataba a mis padres, pero no me quede de brazos cruzados no no, apuñale a ese hijo de perra, pero que haría yo una niña contra un demonio, solo recuerdo haber despertado a un lado de los cuerpos de mis padres con un dolor intenso en mis ojos, desde entonces los demonios me persiguen como abejas a su panal, es molesto pero estoy resignada por algún día ser asesinada por alguno de ellos, creo que respondiendo a tu pregunta, hice enojar a un demonio jiji" era una humana muy habladora y eso me agradaba ahora sabía que si quería ayudarla tendría que matar al demonio que hizo enojar, por lo pronto si esta conmigo podré protegerla, matando demonios por mi claro, esto no es por ella, quiero crees que no es por ella.

La cargo en mis brazos y la llevo a su habitación, sus heridas no son tan graves pero tiene moretees en su rostro y sus brazos, me sorprende que haya vivido tanto tiempo perseguida por tantos demonios, estoy dispuesto a irme cuando detiene mi andar agarrando la manga de mi gabardina "vergil, ¿podrías quedarte?, solo hasta que duerma un poco, no quiero que me maten aún" la veo y sin decir nada asiento con mi cabeza, aún tenía un libro que leer antes de ir a robar otro al castillo de fortuna, ella soltó mi manga y cayó profundamente dormida, me dirigí a mi habitación en busca de mi libro y regrese, en su habitación tenía un pequeño sofá en el cual había unas ropas, no parecía ser muy ordenada pero tampoco desaliñada, parecía normal, leía mi libro tranquilamente hasta que se escucharon pasos en la casa, era imposible, aún estando dormida no la dejaban en paz, baje con yamato en mano listo para rebanar a cualquiera que quisiera cruzar la puerta de su habitación pero mi sorpresa fue nula cuando me topé con una ardilla que había entrado desde un árbol en su patio trasero hasta la ventana de su cocina y se posaba frente a mi, comía una bellota y mejor preferí no interferir en sus alimentos, regrese a lado de ella que aún dormía tranquilamente, sigo pensando en que a llegado tan lejos siendo tan descuidada, dejo ventanas abiertas y aún así duerme tranquila, sin protección alguna, me pregunto como a sobrevivido sin alguien que la ayude, tomó asiento a un lado de ella y la veo dormir, sus labios un poco hinchados por los golpes se veían un poco secos y a pesar de todos esos moretees, su rostro se miraba bello, era una mujer hermosa y delicada pero fuerte e independiente, me recordaba una flor, en realidad cada vez que la veía me recordaba diferentes flores, esta ves parecía una rosa.

Al verla despertar pregunté "¿como te sientes?" A lo que ella respondió "me siento un poco mejor, aún me duele mi cara pero estaré bien y tú?" Me sentía preocupado por ella pero eso no se lo diría "me siento bien" ella se levanto y camino hacia la cocina al parecer podía caminar bien pero por si acaso la seguí, me pregunta "¿tienes hambre vergil?" Pensaba en que contestar, había comido hace una semana no necesitaba comer más, pero se veía tan sola, algo en mi no quería dejarla comer sola, le asentí con la cabeza y sonrió, era una humana muy fuerte, al terminar la comida pude ver que se hacía de noche y como un golpe fuerte recordé mi misión, no estaba aquí para cuidar a una humana, estaba aquí para conseguir poder y jugando al caballero no lo iba a conseguir, me disculpe con ella y salí de su hogar, ya me había quedado mucho tiempo a su lado, necesitaba respuestas y poder, salí en dirección al castillo, buscaría el otro códice a cualquier costo.

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora