Mas amenazas

15 3 0
                                    

Despues de aquella noche que pasamos juntos eliz se notaba más radiante que nunca, su sonrisa nada podía desaparecerla y eso me hacía feliz, como de costumbre aún nos asechaban demonios pero siempre estaba cerca para resguardarla de cualquier amenaza.

Eliz regreso a su trabajo gracias a que se llevaba muy bien con su jefe, así que yo decidí seguir con mi investigación, sabía que no haría nada pero en mi mente aún pensaba en el poder de sparda, ahora quería poder para protegerla, poco a poco esa humana se hizo el faro de mi camino de oscuridad, mi vida se tornada al rededor de ella y su bien estar.

Un día en el que ella no asistió a su trabajo decidí pasarlo a su lado, hablábamos de el futuro y como queríamos pasarlo, "vergil quisiera irme de fortuna, a un lugar en el que solo estuviéramos los dos, tal ves a algún prado lejos de las personas" esto me lo decía sentada en aquel sofá de su hogar mientras sostenía una taza de té, se vea ilusionada esperando mi respuesta "también me gustaría alejarnos de todo, podríamos vivir a las afueras de fortuna" al decir esto ella comenzó a sonreír "vergil hay que hacer los preparativos para irnos, podemos hacer nuestro propio hogar" muy emocionada se levanto de su asiento y corrió a su habitación que ahora compartíamos, algo preocupado me levante y fui tras ella "eliz espera" al llegar a su habitación la encontré con una maleta abierta metiendo su ropa en ella, al verme se detuvo "eliz yo se que quieres irte pero aún no podemos, necesitamos saber donde viviremos, no podemos solo agarrar nuestras cosas e irnos" mi rostro era de serenidad y comprensión "ven siéntate" le indique la cama para que tomara asiento y así hablar mejor "yo también quiero pero hay que planearlo, buscar un lugar y si no hacer uno" ella entendió que tenía razón pero aún así su rostro reflejaba un poco de desilusión y algo de tristeza, la abracé "no tienes porque apresurarte, tenemos todo el tiempo del mundo" poco a poco iba olvidando mi misión.

Los días pasaron después de nuestro nuevo plan de irnos, eliz y yo vivíamos agusto a excepción de los demonios que por algún motivo se hacían más recurrentes llegando al punto en el que de noche mientras dormíamos apareció una horda de demonios liderada por un demonio de gran nivel, en ese momento me encontraba durmiendo a lado de eliz con una pijama que ella me había regalado, era un pantalón negro y una camisa de dormir igual color negro con algunos botones color azul, un estruendo en el comedor me levanto eran aquellos demonios destrozando todo.

Salí de la cama donde eliz yacía sentada asustada por ese fuerte sonido "eliz quédate aquí ya regreso" con eso dicho agarre a yamato que se encontraba en la silla a un lado de donde dormía y corrí hacia el comedor aún descalzo, al llegar encontré a algunos demonios de bajo nivel "como se atreven a irrumpir en mi hogar" estaba más que molesto, rompían todo a su paso, con un movimiento rápido de mi espada los mate pero fuera de ahí se escuchaba a alguien hablar "creo que es momento de que salgas hijo de sparda" me sorprendió que supieran que era yo, pensé que venían por eliz, salgo del hogar de eliz y lo miro ahí frente a mi un demonio alto con una armadura negra, piel escamosa con dos grandes cuernos, tenía patas de caballo y portaba una capa, su rostro era dos ojos completamente circulares color negro, parecía quemado su rostro color negro, tenía un hoyo por nariz que se juntaba con sus inexistentes labios, dejaba ver sus dientes en forma de pico "¿quien eres tú y porque vienes a mi hogar?" Me miro analizando mis ropas "¿de verdad eres el hijo de sparda? Tú apariencia es...la de un simple humano, te ves..patetico" sus palabras denotaban cierta burla algo que a mi me hizo enfadar "esta ves dejaré que te marches pero si te vuelvo a encontrar no dudes en que te mataré" estaba dispuesto a ignorar su impertinencia solo por eliz que se encontraba en casa, "yo no dejaré que tú te vayas" sin darme cuenta ya estaba frente a mí agarrando mi cuello y alzándome en el aire "que débil es el hijo de sparda" me lanzo hacia la casa donde mi cuerpo fue detenido por la pared, mataría a ese sujeto.

Me levante y desenfunde a yamato, con mi velocidad mate a la horda que se encontraba tras de él y me transformé, no quería seguir destrozando la casa de eliz así que agarre su rostro y con todas mis fuerzas lo lancé para sacarlo de ciudad fortuna justo en el aire atrás de él di un salto hasta alcanzarlo para cortarlo con yamato, su cuerpo cayó a las afueras de ciudad fortuna partido por la mitad, al llegar pude ver como su cuerpo se recuperaba y volvía a ser uno, lo vi esperando sus movimientos pero desapareció y apareció frente a mi dirigiendo su puño directo a mi rostro, rápidamente lo esquivé y me posicione tras él para cortarlo nuevamente, esta ves cortaría todo en cachos, termino siendo una masa amorfa en el suelo, en medio de eso se podía ver un cristal donde toda esa masa se incorporaba y regresaba a ser el mismo sujeto sin algún rasguño, entendí al instante que tenía que romper eso "tú no puedes matarme, ves ni siquiera puedes herirme" señalaba su cuerpo "si me das a la humana me iré y ya no sabrás más de mi, es más dame sus ojos quédate con la humana no me interesa realmente" entonces si iba tras eliz "qué tal si mejor te mato" lo dije de forma arrogante a lo que él reaccionó divertido "hahaha ni siquiera puedes herirme ¿que te hace creer que puedes matarme?".

El pasado de vergil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora