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Luego de besarme con Darragh actúe como alguien madura: Salí corriendo sin voltear atrás. No puedes culparme, estaba confundida y jamás había pasado por algo igual, nunca había experimentado el besar a un chico por voluntad propia y menos el experimentar ese sentimiento de mariposas en el estómago del que tanto han escrito en los libros, aunque lo que yo sentí fue más como gusanos que aparecieron en mi estómago y se esparcieron por cada parte de mi cuerpo.
Tener sus labios sobre los míos me transmitió una electricidad que no sabía que existía pero que me encantó.
Corrí sin parar hasta mi cuarto y me encerré poniéndole seguro a la puerta. Me acerqué a la cama y me dejé caer de espaldas. Mis manos fueron hacia mis labios , unos labios que habían sido besados por el chico más guapo que había visto. Una sonrisa se formó en mis labios cuando me acordé como sus dientes los mordieron.
¿Qué pasará mañana? ¿Querrá hablar de eso? ¿Me pedirá ser su novia? Tal vez ¿Quiere invitarme a una cita?, he leído historias dónde el chico prefiere ir poco a poco pidiéndole unas cuantas citas antes de hacerse novios, tal vez Darragh es esa clase de chicos y primero querrá salir y después me pedirá ser su novia. No podía esperar a que fuera mañana para salir con él y pedirle ir por un helado o ir por una hamburguesa. Ahora Noah también sería parte de mi familia y yo lo ayudaría a salir al mundo sin miedo a ser juzgado por su apariencia.
Cerré los ojos ansiando porque amaneciera y tener cerca de nuevo a Darragh.
***
Cuando los rayos de luz llegaron a mi rostro me desperté con una alegría que no me cabía en el pecho. Corrí al baño y me bañé en tiempo récord para después cambiarme con un short de mezclilla, una blusa ombliguera blanca y con unos tenis del mismo color que la blusa. Me cepillé y me puse un poco de brillo en los labios.
Salí lo más rápido que pude del cuarto y bajé las escaleras buscando por todos lados alguna señal que me dijera donde estaba Darragh. Entré a la cocina y me encontré a Caleb recargado en la isla con la mirada perdida y una taza en las manos.
—Hasta que el desaparecido se deja ver—dije entrando a la cocina.
Caleb dirigió su mirada hacía mí pero la alegría que lo caracterizaba había desaparecido.
—Hola pitufina—susurró débilmente.
No me gustaba este Caleb apagado, quería al Caleb alegre y bromista que había conocido. Me puse al lado suyo y le dí un empujón juguetón con el hombro.
—Te doy 1 euro por tus pensamientos.
—Hoy no estoy de humor pitufina—suspiró
Se acercó al fregadero y tiró el café dejando también la taza. Pasó a un lado ignorándome y salió de la cocina. Lo seguí a paso rápido hasta la sala donde se dejó caer en un sillón y empezó a escribir en el celular.
—¿Qué te pasa Caleb? Desde ayer que no te veo y hoy apareces actuando de esta forma—dije sentándome a su lado.
—No tengo nada.
—Claro que tienes algo, ¿Tiene que ver con la tal Madisson?—pregunté.
Se puso de pie de un salto y se volteó en mi dirección.
—Mira Mackenkie, eres muy amiga de Johan pero hasta ahí. No eres mi madre, no eres mi hermana y mucho menos mi amiga así que deja de meterte en lo que no te importa y busca a tus padres para que puedas largarte de esta casa. Aquí no es un lugar de calidad para niñas perdidas ni niñas de la calle, si tanto quieres dinero pues ve a una esquina que estoy seguro que clientes no te faltarían-dijo molesto.
Las lágrimas bañaron mi rostro y un nudo se instaló en mi garganta. Las palabras de Caleb fueron como un cuchillo cortando todo a su paso.
—Caleb...yo sé...yo sé que dices todo esto por...porque estás molesto pero no tienes que...que desquitarte conmigo...yo...yo puedo ayudarte pero...no me digas esas cosas...tu...tu eres mi amigo—tartamudeé.
No me importaba que me viera llorando. Quería a mi amigo de vuelta, quería a ese chico que me hacía reír y que se dormía en mi cuarto después de las películas de terror para que yo no tuviera miedo.
—¿Es enserio?—dijo.
Caleb soltó una carcajada poniendo mi piel de gallina.
—No puedo creer que te creyeras el cuentito de que yo era tu amigo. Si me porte bien contigo es porque quería poner a Johan de buenas y que me soltará dinero, aunque pensé que si actuaba así contigo sería fácil llevarte a la cama pero resultó que eres más difícil de lo que creí y pensándolo bien, no estas tan buena. Ahora que tengo a Madisson, una mujer de verdad que me complace, ya no necesito a una niñita para divertirme. Hazme un favor y abre los ojos, en esta casa solo eres una extraña a la que Johan ayudó pensando que así podría reemplazar a su hija perdida, ¿Te quedó claro "pitufina"?—dijo riendo en la última palabra.
Se dirigió a la puerta de la entrada por dónde desapareció azotando la puerta. Una vez sola me solté a llorar, mis sollozos salían sin control. Me dolían el corazón, pensé que para Caleb yo era alguien importante pero es igual a todos, él solo buscaba sexo conmigo y descubrirlo de esta forma había matado cualquier felicidad con la que había amanecido.
Este tendría que ser un gran día, saldría con Darragh y en la noche haría maratón de películas con Caleb para que terminará durmiendo en mi cuarto, en cambio tuve una mañana dónde mi corazón se había roto. Quizá Caleb tenía razón, yo soy una extraña en esta casa y Johan solo me ayudó porque le recordaba a su hija.
Escuché pasos apresurados por las escaleras y en menos de un minuto Johan ya se encontraba en cuclillas frente a mí.
—¿Mac qué pasó? ¿Qué tienes?—preguntó preocupado.
Yo no podía para de llorar. Más pasos se empezaron a escuchar antes de tener a todos en la sala, a todos menos a Caleb y a Darragh.
—Mac mírame, necesito saber lo que está mal para poder ayudarte.
A través de las lágrimas volteé hacía Melanie quien se encontraba igual de preocupada sosteniendo las manos de Micah y Noah. Aparte la mirada y la dirigí de nuevo a Johan.
—Y...yo no quiero...no quiero ser la sustituta de tu...tu hija—balbucé—No...no quiero la lastima de...de nadie.
La cara de Johan pasó de la preocupación a la confusión.
—¿De qué estás hablando? No te tenemos lastima y no estás en esta casa para sustituir a Adelaide—dijo.
Las palabras de Caleb seguían retumbando en mi cabeza.
—¿Por...por qué más me invitarían a su...su casa? Yo soy un...una extraña. Caleb dijo que tú...tú querías sustituir a tu hija por...por mí—dije entre sollozos.
Johan se molestó.
—Mira Mackenkie, voy a ser claro contigo. Te traje a esta casa porque quería ayudarte, no buscaba sustituir a mi hija. Caleb está actuando así por la maldita de Madisson, esto es lo que ella hace, manipula a Caleb y lo hace actuar así. No es la primera vez y mientras esa chica este cerca él seguirá actuando como un idiota. Estoy seguro que lo que sea que te dijera no lo decía enserio. Ahora quiero que te saques esa idea de que tú eres una sustituta en esta casa porque no es así, Mackenkie y escúchame bien, tú te hiciste parte de esta familia en el momento en que cruzaste esa puerta y no lo dejaras de ser.
Las palabras de Johan aliviaron un poco el dolor en mi pecho y sin dudarlo me lancé al frente rodeándolo con los brazos. Antes solía tenía a Daniel, Blair, Zoe y Saige, ahora también tenía a estás personas que habían llegado a mi vida como mis ángeles de la guarda.
Como ustedes lo pidieron hay maratón 😍 así que toma asiento y disfruta.
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CENIZAS (En Proceso)
Подростковая литература⚠️PROHIBIDA COPIA Y/O ADAPTACIÓN⚠️ Mackenzie vive en una vieja casa a las afueras de Madrid, bajo las ordenes de un respetado vendedor de vienes raíces pero nadie sabe lo que pasa detrás de esas puertas. Con un pasado tormentoso, Mackenzie trata de...